Finalmente, Vox ha decidido continuar con su órdago y ha torpedeado por segunda vez la investidura del popular Fernando López Miras como presidente de la Región de Murcia. Tras una intensa jornada de negociaciones y de reproches cruzados, la formación de Santiago Abascal ha decidido impedir un gobierno de centro y derecha en la Comunidad (PP y Cs) y ha culpado de su decisión a la dirección nacional de Ciudadanos, contraria a un acuerdo tripartito que incluya a Vox.

Según el hombre de Vox en la Región de Murcia, Luis Gestoso, en la mañana del jueves se había avanzado en un acuerdo a tres en materias clave como fiscalidad, economía o política de familia, que ha sido truncado desde Madrid por la cúpula de Cs. 

Irresponsable

En realidad, lo vivido en Murcia es la prueba palpable de la irresponsabilidad de Vox y del laberinto en el que se ha encerrado Ciudadanos: ambos son capaces de quedarse ciegos con tal de dejar tuerto al otro. El drama del PP es que depende de ambos para articular una alternativa a las políticas populistas y nacionalistas en no pocas regiones.

La posición de Vox es de una suma irresponsabilidad porque, asumiendo más del 90% del programa pactado entre PP y Cs, como reconoció ayer, abre la vía a que la izquierda gobierne una región históricamente maltratada por los gobiernos socialistas de la nación, especialmente en lo relativo a las políticas hídricas en una tierra castigada por la falta de agua. 

Madrid

Lo peor de todo es que el episodio de Murcia estaba cantado. Todo hace pensar que Vox ha querido utilizar desde el principio esto para condicionar el desenlace de la constitución del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, donde, si Vox se mantiene en sus trece, evitará que Díaz Ayuso sea presidenta.

Vox puede tener un ideario radical, liberticida y en muchos casos contrario al signo de los tiempos. Pero antes de nada tiene que ser consciente de que sus votantes no entenderían jamás que abriese las puertas de los gobiernos de Murcia y de Madrid al PSOE y a Podemos. Aunque denuncia su marginación, en verdad es Vox el que se ha tejido un cordón sanitario a sí mismo.