La información de El Periódico que revela que el Gobierno de Puigdemont recibió un aviso de la Inteligencia de Estados Unidos alertando de un posible atentado en Barcelona demuestra que Puigdemont mintió de forma flagrante cuando lo negó a la opinión pública. Y esa es la cuestión sustancial en este asunto.

Hubo una advertencia de la NCTC norteamericana que además era bastante precisa: hablaba de un ataque yihadista en "La Rambla". Será más o menos discutible que esa observación no diera lugar a un procedimiento de especial protección, que señala particularmente a quienes tenían la competencia directa para garantizar la seguridad: los Mossos. Su jefe, Josep Lluís Trapero, argumentó este jueves que ningún cuerpo de entre las Fuerzas de Seguridad dio verosimilitud a esa posible amenaza. Pero lo que no pueden hacer Trapero y el consejero de Interior es faltar a la verdad como hicieron en rueda de prensa y encima tratar de desprestigiar al medio que les ha dejado en evidencia.

Aparato de propaganda

Joaquim Forn y Trapero se centraron en aspectos secundarios y accesorios para intentar desmentir a El Periódico. Calificaron de "montaje" el documento publicado de la Inteligencia americana, cuando lo único que había hecho el diario era presentar una copia del mismo con una apariencia muy similar al original. Inmediatamente se puso a funcionar el aparato de propaganda de la Generalitat para desviar la atención sobre el asunto central: las mentiras de la Administración catalana.

La estrategia de las autoridades independentistas es la misma que vienen aplicando desde que decidieron romper con el resto de España: protegerse a toda costa y arremeter contra los medios que no apoyan la secesión. Es muy significativa la actitud de Trapero al atacar al autor de la información: "¿Quién te ha dictado eso?". Y quien así habla es un funcionario policial, cuyo cometido debería ser dar explicaciones técnicas y dejar otro tipo de valoraciones a los políticos.

Enredados en su propia mentira

Puigdemont, Forn y Trapero se enredan en su intento de desmentir la información que prueba que recibieron un aviso de la Inteligencia norteamericana. Aseguran que no les llegó de la CIA, pero se resisten a revelar el origen amparándose en la protección de sus fuentes, un derecho que, curiosamente, está contemplado en nuestra legislación para los periodistas. En cualquier caso se trata de un debate irrelevante para el ciudadano y algo que podrían haber matizado desde el primer día, en lugar de negarlo y mentir. Y si a alguien le quedaba alguna duda, EL ESPAÑOL ha publicado el contenido de nuevos documentos que demuestran los contactos de los Mossos con la NCTC.

Dentro del relato independentista es muy importante dar la imagen de que Cataluña tiene estructuras de Estado y que éstas funcionan mejor que las españolas. Por eso los atentados han sido lamentablemente aprovechados por la Generalitat con la intención de dar a entender que una Cataluña independiente sería mas segura, y que su eficiencia ha quedado demostrada -sostienen- pese a no contar ni con la ayuda de las agencias de Inteligencia ni con la colaboración leal de la Policía y la Guardia Civil. Los documentos publicados por EL ESPAÑOL también desmienten esta queja. Por otra parte, se lamentan de falta de colaboración y ni siquiera trasladaron al Ayuntamiento de Barcelona el aviso de posible atentado en las Ramblas.

La investigación de los ataques de Barcelona y Cambrils ha ido revelando algunos errores policiales tanto en la prevención como en la reacción posterior. Algunos de estos fallos no son achacables en exclusiva a los Mossos, pero otros chocan abiertamente con la imagen idílica que la Generalitat ha pretendido trasladar de este cuerpo. Habrá que corregir los fallos y tratar de mejorar la seguridad de todos, pero políticamente, que es de lo que se trata ahora, lo sustancial es que las autoridades mintieron. Y los catalanes no merecen un Gobierno que les mienta.