1. Porque somos un periódico joven, pero líderes y sobradamente preparados
Diez años bastaron para convertir la intuición en hegemonía. EL ESPAÑOL nació sin rotativas, pero con una ambición feroz: liderar el tiempo nuevo.
Hoy, tras dos años consecutivos como el medio más leído en España, ha demostrado que la juventud no es signo de falta de experiencia, sino exceso de energía. El liderazgo no se hereda, se conquista diariamente.
2. Porque sin investigación no hay periodismo
El periodismo no vive de comunicados y teletipos: vive de la sospecha. De ese instinto que empuja a abrir una puerta más, a leer unas líneas de un documento confidencial, a llamar por teléfono cuando todo el mundo calla.
En EL ESPAÑOL la investigación no es un género, es una vocación. Cada exclusiva, desde el 'caso Pujol' hasta las tramas empresariales y políticas más recientes como el 'caso Koldo', ha sido una afirmación de lo esencial: el periodismo sólo existe cuando incomoda al poder y da voz a lo que se quiere silenciar.
3. Porque el centro es el lugar donde siempre seremos felices
Entre trincheras ideológicas y griteríos a destiempo, EL ESPAÑOL ha elegido el equilibrio como refugio y compromiso. El centro no significa neutralidad sin alma, sino convicción templada: el espacio donde la razón prevalece sobre el ruido y el análisis sustituye a la consigna. Es el punto donde convergen los matices, donde la discrepancia es virtud y no anatema.
4. Porque contamos con las firmas que marcan la diferencia
Cada medio tiene su voz; pero EL ESPAÑOL tiene un coro. Desde las cartas semanales de Pedro J. Ramírez hasta las entrevistas de Dani Ramírez y Lorena G. Maldonado, las columnas de Cristian Campos o las crónicas políticas de Alberto D. Prieto y Fernando Garea.
Las firmas de EL ESPAÑOL representan una escuela de periodismo y pensamiento. Sus autores interpretan la actualidad con precisión y estilo, con esa mezcla de criterio y palabra que convierte el hecho noticioso en lectura imprescindible.
Ahí están las exclusivas de tribunales de María Peral o las del mundo económico de (mi inseparable y admirado) Arturo Criado y su equipo de Invertia para contar cada día lo que se mantiene oculto bajo las alfombras de terciopelo de los despachos.
Todo esto no sería posible sin el corazón de EL ESPAÑOL. Él casi no firma noticias, pero está detrás de cada una ellas. Es el músculo que bombea los órganos de este periódico. Mario Díaz es el director (adjunto) de la orquesta. Su maestría hace que nadie desafine, él pone la partitura y el resto la interpreta.
Los lectores de EL ESPAÑOL se mantienen informados las 24 horas los 365 días al año. Sin el trabajo de Enrique Lavilla, David Palomo y Gonzalo Domínguez al frente de la mesa de actualidad, nada sería posible. Ellos quizá hacen un trabajo menos visible para ustedes, pero que es crucial para que este periódico funcione con la precisión de un reloj.
5. Porque rugimos para defender la Constitución y creemos en España
El león del logo no ruge por metáfora, lo hace por convicción. Defender la Constitución no es una formalidad ni una liturgia, es una forma de proteger la libertad individual, la igualdad ante la ley y la unidad en la diversidad.
EL ESPAÑOL ha hecho de esa defensa una vocación patriótica sin imposturas: amar a España sin renunciar a criticarla para que el mañana sea mejor que el hoy y, por supuesto, el ayer. Cada rugido, cada editorial, es una toma de posición comprometida con la libertad, la democracia y con cada uno de nuestros lectores.
6. Porque somos independientes financiera y periodísticamente
La independencia no se declara, se consigue. Cientos de accionistas se unieron a nuestro proyecto en la mayor campaña de crowdfunding en la prensa europea. Un modelo de negocio mixto entre publicidad y suscripción ha permitido a EL ESPAÑOL blindar su libertad.
Esa solvencia, que con tanta exigencia vigila nuestra directora general Mamen Vázquez, es la que sostiene el tono inconformista y la mirada libre.
Porque fuimos, somos y seremos libres a pesar de los intentos del Gobierno de Pedro Sánchez de castigarnos por nuestras investigaciones retirándonos la publicidad institucional de forma discriminatoria. Un león nunca se rinde y la manada de EL ESPAÑOL la forman millones.
7. Porque innovamos de forma constante
En una era donde la forma moldea el fondo, la innovación es el nuevo código ético del periodismo. Desde los documentales interactivos hasta los podcasts, desde las narrativas visuales hasta el análisis de datos, EL ESPAÑOL se ha adelantado al futuro. La fórmula es simple: narrar mejor para entender más. Y hacerlo con la estética, la tecnología y el rigor de una generación digital que no renuncia al alma.
Para ello contamos con Daniel Muñoz al mando de la estrategia y con Álvaro Mazariegos como responsable de SEO para que nuestros artículos cada vez sean mejores y lleguen cada día a sus dispositivos.
No sólo es contarlo bien, sino es contarlo "bonito", como diría nuestra directora creativa Lina Smith. Seguiremos apostando por gráficos, mapas, ilustraciones... En definitiva, por el periodismo explicativo e impulsaremos nuevos formatos que conviertan a EL ESPAÑOL en un periódico 360 en los próximos años.
8. Porque tenemos una comunidad de lectores activa y participativa
Cada lector de EL ESPAÑOL no es un consumidor: es un aliado. La comunidad de suscriptores y accionistas acompaña al medio desde su fundación, impulsa debates, comenta, interpela y forma parte de su ADN.
Ese vínculo directo, sin intermediarios, convierte la lectura en un acto colectivo: el de una ciudadanía que exige y comparte información con idéntica pasión.
Además, la comunidad de EL ESPAÑOL no se limita a las páginas digitales: se traslada a la vida real en cada uno de los eventos del periódico. Encuentros como 'La Hora del Suscriptor' permiten a lectores y periodistas dialogar cara a cara, preguntar directamente a Pedro J. Ramírez, conocer a los profesionales detrás de la información y ser parte de debates que trascienden la pantalla.
El Wake Up! Spain se ha convertido en un punto de encuentro anual en el que los líderes económicos, institucionales y tecnológicos debaten, plantean soluciones y anticipan los grandes retos de nuestra sociedad.
Este evento y los observatorios sectoriales han convertido a EL ESPAÑOL en una incubadora de ideas, un medio que no sólo informa sino que impulsa el conocimiento colectivo para anticipar el mañana
9. Porque estamos comprometidos con el liderazgo femenino
El progreso y la igualdad se practican. Desde MAGAS hasta los Premios Top 100 Mujeres Líderes, EL ESPAÑOL ha tejido un relato donde el liderazgo femenino no es excepción, sino norma. La igualdad se ejerce en la redacción, en la firma, ante la cámara y en la portada. No por corrección política, sino por convicción profesional: una sociedad solo avanza cuando su prensa da ejemplo.
Este compromiso traspasa los reconocimientos y se vive como un motor diario en la redacción. Las iniciativas de MAGAS, lideradas por nuestra vicepresidenta Cruz Sánchez de Lara, no sólo premian trayectorias excepcionales sino que muestran referentes femeninos en todos los ámbitos: desde la empresa y la investigación hasta la política, las artes y el deporte.
10. Porque no les fallaremos: esto sólo acaba de empezar
Diez años son apenas el prólogo de una historia más grande. EL ESPAÑOL no mira atrás con nostalgia, sino hacia adelante con hambre. Su éxito no se mide sólo en números ni en lectores, sino en credibilidad.
En un tiempo donde la información se confunde con la propaganda, el compromiso es claro: no fallarles. Seguir buscando la verdad y respetando la sintaxis, como prometió Pedro J. Ramírez aquella mañana de 2015. Y cumplirlo, cada día.
*Esta columna ha sido elaborada con el apoyo de inteligencia artificial. Bonus extra: Porque en EL ESPAÑOL el compromiso con el futuro es tan firme como el que tenemos con nuestras fuentes.
Apostamos por usar todas las tecnologías disponibles para enriquecer nuestras historias, agilizar procesos y ofrecer informaciones cada vez más precisas y accesibles. Creemos que la innovación no es una opción, sino una obligación: la IA es hoy una herramienta fundamental para la mejora del periodismo y una puerta abierta al mañana.
