Esta es la historia de un hombre felizmente casado, aunque un poco atrapado en la rutina, que tiene una aventura de fin de semana. Eso que en algún momento se llamó echar una cana al aire. Cuando el lunes, el tipo trata de retomar su vida normal, su ocasional amante empieza a ir tras él de forma obsesiva, exigiéndole una relación estable.

Lo que parecía una aventura inocua acaba convirtiéndose en una pesadilla con episodios truculentos, como ése en el que, tras entrar a escondidas en el domicilio familiar, la mujer da muerte a la mascota de la hija del matrimonio y la pone sádicamente a hervir.

La película es de 1987 y se llamó Fatal Attraction (Atracción fatal). Ese mismo año, tampoco hace tanto, fue el del atentado en Hipercor (21 muertos, entre ellos cuatro menores y una embarazada) y el de la casa cuartel de Zaragoza (11 muertos, cinco de ellos niñas). 

Fueron los ataques más sangrientos de ETA aquel año, pero no los únicos. En otro, la banda asesinó a dos guardias civiles con un coche bomba en Guernica, donde este domingo darán un mitin Pablo Casado e Inés Arrimadas, que supongo tendrán que ser protegidos por la Ertaintza, aunque ellos no hayan matado a nadie.

El caso es que ha debido de pasar desde entonces el tiempo suficiente como para que haya quien piense que es posible plantearse una aventura con los herederos de los criminales sin que pase nada. Pero algo chirría.

Hace cuarenta días, en pleno estado de alarma, el PSOE suscribió un papel con Bildu para derogar "de manera íntegra" la reforma laboral de Rajoy. Un par de horas después enviaba una nota a los medios de comunicación para decir que el punto primero y principal quedaba anulado.

Este miércoles, instalados ya en la nueva normalidad, ha vuelto a ocurrir algo parecido en el Congreso de los Diputados, aunque de manera más aparatosa. Una hora después de votar a favor de una propuesta de Bildu que incluía la abolición de la reforma laboral como una de las medidas necesarias para reactivar la economía, los socialistas daban marcha atrás, pedían que se repitiera la votación y tumbaban la iniciativa con los votos de PP y Ciudadanos.

Más allá del éxito de taquilla, Atracción fatal causó un gran impacto en la sociedad estadounidense, al punto de que abrió un debate en la calle y otro en los departamentos de Psiquiatría de las Facultades de Medicina. Muchos americanos empezaron a ver con otros ojos la infidelidad, a la vez que las universidades revisaban sus conocimientos sobre el trastorno de personalidad.   

Como no siempre es todo como parece, habrá quien se pregunte quién es realmente Michael Douglas y quién Glenn Close en el drama psicológico de la política española.