La propaganda es el arte que permite persuadir a un abstemio para que se lance a la compra de una botella de vodka. Es en ese terreno, no en el de la comunicación y la publicidad sino en el de los abstemios borrachos, en el que se va a jugar -se juega ya de hecho- la campaña electoral. Es difícil mantenerse sereno en España en estos tiempos. No ver doble. Caminar en línea recta.  

Sánchez se ha mostrado como un alumno aventajado del Barón de Münchhausen, aquel militar hanoveriano que adornaba con tales excesos el relato de sus hazañas que fascinó primero, fue víctima de chuflas después y acabó dando nombre a un trastorno psiquiátrico consistente en fingir de forma patológica cualquier dolencia con la sola finalidad de llamar la atención.

En otra época, tampoco hace tanto, el número y el peso de falsedades que colecciona el presidente del Gobierno le hubieran impedido continuar en el cargo. Bien es verdad que la corrupción y otras ruindades han hecho bajar mucho el listón de la exigencia ciudadana. 

La videoteca está llena de tierras trágame. En cuestión de semanas pasamos de la moción de censura instrumental para convocar elecciones al firme propósito de agotar la legislatura; de llamar "rebelión" al proceso independentista a considerarlo sedicioncita indultable; de calificar a Torra de "racista" y "Le Pen" a ofrecerle cumbres bilaterales; de anteponer la "dignidad" de los inmigrantes del Aquarius a retener en puerto al Open Arms o desviar a Malta al Nuestra Señora del Loreto; de proclamar el fin de la reforma laboral de Rajoy a perpetuarla...

Carmen Calvo explicó esa sobrenatural mudanza de criterios con un argumento ontológico: no es lo mismo el individuo Pedro Sánchez que el ser que habita la Moncloa. Y es verdad que alguna pista obtuvimos de la mutación con aquellas primeras fotos en el Falcon y las Ray-Ban. 

Nadie como Sánchez, por otra parte, ha entregado la institución al servicio de su causa. ¿Quién habló de financiación ilegal? Qué insólitos los mítines políticos de la portavoz Celáa tras los consejos de ministros. Qué extravagantemente manipulados sondeos los de Tezanos. Cuánto comunicado del PSOE con el membrete de la Moncloa, sea el que sirvió para formalizar la ruptura con Pablo Casado, sea el de este mismo miércoles para difundir un argumentario electoral con los logros del presidente y la lista de "lo que no le dejan hacer al Gobierno quienes han rechazado los PGE".

España zigzaguea, beoda. Beba quien sobreviva para olvidar.