Lo del falso máster de Cristina Cifuentes y la pelea entre PP y Cs a cuenta de su sustitución como presidenta de la Comunidad de Madrid parece inspirado en un relato soberbio de Jack London, A piece of steak, publicado en español con el sugerente título Por un bistec. En este cuento imprescindible el escritor estadounidense narra el último combate de un viejo boxeador en el dique seco.

Los paralelismos entre ambas historias son estimulantes, por más que el guión esgrimido por Cifuentes para justificar con mentiras la adulteración de su currículum resulte una antítesis risible de la épica heroica de London.

Tom King es un boxeador que vive en la pobreza y acosado por las deudas y el hambre, mientras que Cristina Cifuentes es una veterana de la política que trata de sobrevivir al ocaso de un partido lastrado por la corrupción y carente de un liderazgo ilusionante.

El púgil de London afronta su duelo con el joven Sandel como la última oportunidad para dar de comer a su familia y escapar de la inminente ruina. La presidenta madrileña está convencida de que si llega a 2019 y logra frenar el avance de Cs tendrá opciones de sustituir a Rajoy, hacer olvidar su pasado académico y renacer políticamente al frente del PP.

El viejo King no consigue que el carnicero le fíe un filete y llega mal alimentado a la pelea. Cifuentes a duras penas logró aparentar que no sabía nada de la corrupción de su partido cuando ha salido a la luz lo de su posgrado.

El boxeador recurre a todo tipo de tretas para que su contrincante se rompa los nudillos en la refriega. La fajadora Cifuentes ha intentado amedrentar a la prensa con querellas, ha mentido en sede parlamentaria y no ha dudado en pringar a la Universidad Rey Juan Carlos y comprometer a todo su partido con tal de salir airosa del escándalo.

El relato de London se ha interpretado como una oda magnífica a la lucha por la supervivencia influida por el darwinismo social, mientras que la defensa de Cifuentes y el aparente cierre de filas del PP ante el órdago de Cs -que apoyará la moción de censura del PSOE si Cifuentes no es sustituida- es la crónica de una muerte anunciada.

Al pobre luchador Tom King le faltó un buen bistec para noquear a Sandel y sobreponerse a su propio fracaso. A Cristina Cifuentes le ha sobrado un puto máster para mantenerse a flote.