Más que la internacionalización del conflicto, con la presentación del partido de Puigdemont en Bélgica hemos convertido Bruselas en una fiesta, y quién sabe si en un burdel a ciertas horas en que la democracia cristiana es menos democracia y menos cristiana (hay fotos de la cuadrilla). Un burdel de los de Jacques Brel, a esas horas que se abordan cupos y entre la nube de vaho helado de Bruselas no hay tanta diferencia entre un valón o un occitano con veleidades indepes. El detalle lo tenemos, la presentación de Puigdemont en la fase final de su chiringuito que no se sabe si es escapada, chulería, demencia o un Erasmus en una Europa que no está para carajaditas de semejante nivel. Y ya van los heraldos cantando que el Estafermo bebe los vientos porque Junqueras y así le hagan el corro de cara al 21-D. Que el acoso y derribo a Rivera es un hecho.

Rajoy tiene la habilidad sanguínea de la horchata en las venas, y probablemente el tiempo y España y el Estado de Derecho al que ha llevado a los bordes de la implosión le prescriban. En la peor crisis desde el bigotazo de febrero del 81 se le han visto cuatro tuits firmados por MR, como para refrendar su estadismo de mesa camilla mediante las iniciales.

Y sin embargo ahí tenemos la operación contra Arrimadas donde a Rajoy le va mucho, que no vaya a ser que la bella jerezana vea y cuente las verdades del sistema. Que se ponga hermosa y estupenda en un atril, pongamos por Blanes, y les haya cantado las vergüenzas a todos estos que van y vienen del momio y por ello matan.

Cuenta este periódico que Rajoy quiere a Junqueras en la calle mientras que ERC lo quiere entre barrotes; con ese martirologio y un tuitero interpuesto que nos cuenta que Oriol es creyente y quizá le llegue la santidad en una de esas noches memorables y a la manera de una pastorcilla de Fátima. El 21-D se acerca y a Arrimadas le empiezan a nevar canas y toda una ingeniería del sorayato que teme que la jerezana ponga en solfa el epílogo del relato, el del pasteleo por cerca del Majestic y lo que ya todos sabemos.

Ha trascendido que Oriol es creyente y hasta reza por nosotros, constitucionalistas. Bendita sea su celda y esas cosas suyas entre San Francisco y la noche oscura del alma. Otros, Rull y Turull se acogieron a la "Agencia Europea del Acatamiento".