El asiento vacío del Rey es la imagen. Ponemos a Lesmes, lamentando el secuestro/confinamiento de Felipe VI, pero tendríamos que haber sacado en esta foto dominical una silla vacía con las heráldicas borbonas en la Ciudad Condal. Los de ERC no quieren al Rey en Barcelona y Sánchez lo secuestra. No hay otra. Que se enteren quién manda aquí.

La fijación indepe con el Rey, con mucho de ninots y performance meona, era algo con lo que mucha masa crítica transigía: "¡Mort al Borbó!", creo que gritó alguna vez Tardà, y así y todo, Felipe VI y familia estaban siempre presentes en los akelarres separatistas, entre brasas y piojos. Quemar al Rey les daba fuerza, y un mosso, al rato, sacaba desganado un extintor.

Pero aquí lo doloroso no es lo que pida ERC -aberración histórica en un país bananero-, sino lo que le da Sánchez: un vacío de Rey, el hueco de su ausencia, que diría el poeta de Úbeda.

De nada valen los paños calientes, ni las excusas del negociado del falaz Marlaska: aquí Narciso Sánchez -si hacemos caso al argumentario gubernamental (sic)- es incapaz de garantizar la seguridad del Jefe del Estado. Una aberración, claro, como lo de la "bilateralidad" y el pascuero y la mesa de diálogo y todas esas cursiladas que erosionan como lima podrida el Estado de Derecho.

La cosa es que el Rey no fue a Barcelona e Iceta, perejil de todas las salsas, vino a decir que SM tiene que tener una "presencia inteligente" en Cataluña. Y lo dice Iceta, un hombre al que la vida debería haber inhabilitado para el ejercicio político y que ahí sigue y seguirá sorbiendo y soplando hasta que se congele el infierno.

Después de pasarse el protocolo por el forro en los actos con el Rey, después de que Sánchez se crea que el Estado es él y que puede instalar una dinastía en sus palacetes okupados, Moncloa ya ha encontrado la forma de callar a Zarzuela: el Rey ni está ni se le espera ni en Barcelona ni en Mondoñedo. A Torra, eso sí, la Laureada de San Fernando y al resto, indulto y sardanas con cargo al gasto público en Lledoners, el nuevo Montserrat de esta gentecilla de los lazos.

La cogobernanza era esto: que Sánchez esconda al Rey y que Moncloa nos venda que el mocetón del Ramiro de Maeztu es bilingüe y todo un estadista, en Bruselas y en la Puerta del Sol.

Está España para cortársela y echársela a los guarros; y no, no es una metáfora.

CODA: Y luego está lo de "las tres montañas" del ministro, claro.