Toni Cantó está “convencido” de que la apuesta de Ciudadanos “es buena para el país”. Y eso es lo único que -en términos políticos- le preocupa. Se muestra indignado con quienes sacan la “calculadora electoral” a la hora de tomar sus decisiones. Les señala. Sin remilgos. “¿Qué han conseguido PP y Vox para los españoles? ¡Cero patatero!”.

Igual que Arrimadas y Bal en Madrid, él también ha tendido la mano a Ximo Puig en la Comunidad Valenciana. Allí, han prosperado varios acuerdos. Cantó tacha de “lastre” a Podemos y a los nacionalistas. Por eso insiste en que los pactos de Ciudadanos con el PSOE “son buenos” para liberar al Ejecutivo de esas “influencias”.

No obstante, reitera que a su partido no le gusta Pedro Sánchez. ¿Contradicción? Cantó responde: “No, eso es el centro. Saber pactar a izquierda y derecha pensando en lo mejor para la gente”.

Su vía “ideal” sería un gobierno moderado formado por PSOE, PP y Ciudadanos. “Esa fórmula ya funciona en Europa, pero también en Granada o Castilla y León. Es muy difícil porque el bipartidismo está cómodo en la dinámica de bloques, pero haremos lo imposible por lograrlo”.

¿Podría explicar la travesía que ha recorrido Ciudadanos para pasar del “no inamovible” a Sánchez a pactar con él “las reformas que necesita España para protegerse de la pandemia”? 

Atravesamos una emergencia sanitaria y económica. En situaciones así, lo principal para un partido debe ser la utilidad. Con los últimos pactos, hemos conseguido medidas importantes. Hemos desvinculado los ERTE del estado de alarma, hemos prolongado las ayudas a los autónomos y hemos logrado que los ciudadanos sean tratados de la misma forma independientemente de donde vivan. 

¿Le preocupan las consecuencias electorales que eso pueda tener?

Hay algunos que sacan la calculadora electoral. A nosotros nos preocupa otra calculadora, ésa con la que los españoles pronostican si llegarán a final de mes. Ciudadanos trabaja para quitarle lastre al Gobierno. Podemos, ERC, Bildu… Son un lastre para España. Estaremos felices si el Gobierno se desprende de ellos.

¿Se puede calificar a Ciudadanos como socio del Gobierno? 

No. Es obvio que nosotros no queríamos este Gobierno. Deseábamos uno de concentración en el que estuviéramos PSOE, PP y Ciudadanos. Es lo que sucede en Europa y eso nos va a salvar. Ojalá aquí también pudieran ponerse de acuerdo PP y PSOE. Se lo pedimos a ambos, pero lo ponen muy complicado. No somos socios del Gobierno, sino de los españoles infectados por el virus, de los que no tienen trabajo, etcétera. ¿Me permite una anécdota?

Adelante. 

El otro día, una parlamentaria de Vox se burlaba de mí por haber arrancado al Gobierno ese medio metro menos en las distancias de seguridad. Eso puede suponer que el bar de debajo de mi casa pueda poner dos mesas más, quizá sea lo que le solucione el mes. 

Tratan de definirse como la política útil y el “verdadero centro”. ¿Cree que, en estos tiempos tan crispados, los votantes entenderán que ustedes figuren en el mismo lado de la balanza que PSOE, Podemos y los nacionalistas?

Lo que los ciudadanos no entienden es el espectáculo que esta semana ha vuelto a repetirse en el Congreso. A veces también sucede en Valencia. Esa crispación, ese enfrentamiento… Pablo Iglesias es el ejemplo puro. Llegó a la comisión de reconstrucción y la reventó. Hay fuerzas que están cómodas en ese guerracivilismo.

El Gobierno ya ha anunciado que volverá a llamar a Ciudadanos, esta vez para buscar su apoyo de cara a los Presupuestos. ¿Deben ustedes sentarse a negociar? 

Negociamos medidas ceñidas a la emergencia sanitaria, ahora lo haremos en torno a la emergencia económica. Volveremos a intentar que el Gobierno se libere de los lastres de la extrema izquierda y el nacionalismo. Antes, llegará un acuerdo desde Europa. Luis Garicano ha sido uno de sus principales arquitectos. Es fundamental que estemos vigilantes en los Presupuestos, que alejemos a Sánchez de la locura de Podemos, ERC y Bildu.

¿Cuáles deben ser las líneas rojas de la negociación?

No hablaría tanto de líneas rojas, sino de lo que vamos a intentar conseguir. Con diez escaños, estamos logrando muchas cosas. Pero somos diez. Sacaremos adelante medidas que solucionen la vida de los ciudadanos, que les ayuden a preservar sus empleos y a encontrarlos si no los tienen. Una línea roja, eso sí, será la igualdad entre españoles.

La política es demostrar utilidad; PP y Vox no lo hacen

¿Le parece responsable la oposición que está realizando el PP? 

No. Me pregunto qué han conseguido PP y Vox para los ciudadanos a lo largo de la pandemia. O Compromís en Valencia. ¡Cero patatero! No han logrado nada. Nosotros sí podemos enumerar varios logros. Los he mencionado antes. Pero, ¿qué pueden decir ellos? Nada. La política es demostrar utilidad. Ellos no lo hacen.

¿Considera que Casado también debe negociar los Presupuestos? 

Lo ideal sería que esta crisis la acometiéramos juntos PP, PSOE y Ciudadanos. Que trabajáramos como en Europa. Es complicado romper la dinámica bipartidista. No quieren ni sentarse.

¿Debería Ciudadanos, como partido de centro, intentar unir a PSOE y PP? En Granada, por ejemplo, ya ha sido posible esa mayoría moderada PSOE-PP-Cs.

La diferencia es que allí el alcalde es de Ciudadanos. Ha hecho un esfuerzo extraordinario por alcanzar ese acuerdo. Hicimos de pegamento.

Y en el ámbito del Congreso, ¿Ciudadanos va a intentar, de alguna manera, unir a PSOE y PP? 

Haremos todo lo que podamos. Pero si Casado no quiere, toparemos contra un muro. Lo mismo me sucede en la Comunidad Valenciana. Están todo el día: “Tú lo hiciste mal; no, tú peor”. Oigan, ¿por qué no llegamos a un pacto? No están en eso. Están cómodos en la crítica. Es complicado romper esa dinámica, pero haremos lo imposible para conseguirlo. 

Ciudadanos no sólo se ha reunido con el PSOE, también lo ha hecho con Podemos a través de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. ¿Está conforme?

Es que se trata del Gobierno. Intentaron derogar la reforma laboral de la mano de Bildu. Si queremos frenar ese tipo de cosas, tenemos que reunirnos con ellos. Con normalidad. Una cosa es no entrar en un Gobierno con Podemos, pero la otra es dejar de negociar. Todo lo que podamos hacer para atraerles, también a ellos, hacia el centro, lo haremos. Bravo por Edmundo Bal.

Toni Cantó también fue diputado antes que portavoz en Valencia. Cs

Usted, tanto en clave nacional como ahora en el ámbito valenciano, siempre ha sido muy duro con PSOE y Podemos. Tal y como publicó este diario, hubo una discusión de altos cargos de Ciudadanos en el chat de WhatsApp más privilegiado del partido. ¿Fue usted uno de los discrepantes respecto a la táctica elegida? 

No hay discrepancias, sino diálogo y debate. Una Ejecutiva es eso. El diálogo, a veces, debe ser encendido. Es otro de los valores de Arrimadas. Ha reunido un grupo en el que confluyen distintos puntos de vista. Niego la mayor: veo las discrepancias como algo positivo y necesario. Si no existen esos matices, no es una Ejecutiva, sino una secta.

Pero le preguntaba por su caso particular. ¿Fue uno de los discrepantes? ¿Está conforme con el giro de Ciudadanos? 

No veo tal giro. Ya pactamos con el PSOE en el pasado. Yo acabo de arrancar al Gobierno valenciano una medida muy importante, con millones de euros de presupuesto. Vamos a invitar a los profesionales sanitarios de toda España a pasar aquí las vacaciones con un descuento del 50%. Me consta que mis compañeros, en otras Comunidades, hacen lo propio: llegar a acuerdos con el Gobierno del color que sea. No veo tal giro.

No veo ningún giro estratégico, Ciudadanos ya pactó con el PSOE en el pasado

En las últimas semanas, Sánchez ha priorizado a Ciudadanos respecto a Esquerra Republicana. Si el objetivo era librar al país de la influencia separatista, ¿por qué no lo hicieron cuando sumaban mayoría absoluta? 

Se explicó y se asumieron las responsabilidades. Dimitieron varias de las personas más importantes de la historia del partido. Es momento de mirar hacia delante. Me siento muy orgulloso de formar parte de este proyecto. Ojalá el Gobierno deje de mirar a Esquerra Republicana y mire más hacia Ciudadanos. Será bueno para toda España. Espero que no llegue Iceta y lo fastidie. 

Pero, ¿el objetivo a medio plazo de Ciudadanos es desbancar a ERC como socio principal de Moncloa? 

No. El objetivo es seguir ayudando a los españoles a superar la emergencia sanitaria y económica. Arrancar compromisos día a día al Gobierno. En estos momentos, no me preocupa el partido, sino España. Nuestros mayores vivieron una guerra; y nosotros, una pandemia. Quien esté en temas partidistas se equivoca completamente. 

¿Piensa que la táctica actual -cumbre en Moncloa con foto incluida- entierra los postulados de Albert Rivera?

La situación en la que Albert eligió esa estrategia no tenía nada que ver con la que estamos viviendo ahora. Atravesamos una emergencia absoluta. No se puede comparar una situación con la otra.

En un sentido más amplio: ¿qué diferencias encuentra entre el Ciudadanos de Rivera y el de Arrimadas? 

Muy pocas. Personalmente, son distintos, pero la esencia de Ciudadanos es la misma: lucha contra la corrupción e igualdad entre españoles. Y una férrea defensa de la libertad: hemos visto, por ejemplo, cómo se ha intentado silenciar a la prensa. No se nos dan los verdaderos datos de los muertos. Tenemos un Gobierno que se preocupa por los muertos del siglo pasado, pero que tapa los del presente. Les preocupa más Franco que otros asesinos de hace muy poquitos años. El liberalismo es más necesario que nunca.

La esencia del Cs de Arrimadas es la misma que la del Cs de Rivera: lucha contra la corrupción e igualdad entre españoles

La semana pasada, en una entrevista con este periódico, su compañero Juan Marín dijo: “En Ciudadanos volvemos a ser humildes, pero útiles”. ¿Pecaron ustedes de arrogancia entre las primeras y las segundas elecciones generales?

No sé qué quiso decir Juan. Sí sé que él siempre ha sido humilde. Le he echado en cara a Puig que, mientras Andalucía era líder en reservas para el verano, en Valencia no tuviéramos ni una campaña de promoción.

Con la perspectiva que da el tiempo, ¿cuál es su diagnóstico? ¿Por qué cree que perdieron 47 escaños?

El centro es un lugar tremendamente volátil en este país. La historia lo demuestra. Ha habido varias aventuras fugaces. Creo que no es el caso de Ciudadanos. Conseguimos tener un gran tamaño. Pero en tiempos de crispación, la gente se refugia en los extremos y el bipartidismo. Debemos seguir avanzando en implantación, en trabajo con afiliados, en el fichaje de talento… Todo eso ensambla una red sólida que quizá no teníamos. Por eso la caída fue más grande de lo esperado. 

Ya en clave valenciana: usted se ha mostrado colaborador con Ximo Puig, pero le ha pedido que “suelte lastre” en referencia a Compromís. Habló de una mayoría PSOE-PP-Ciudadanos. ¿Realmente cree que eso es posible? 

¡Uf! En Valencia es complicado. Está muy reciente la memoria de la época del PP y su corrupción. Eso complica el acercamiento entre los bloques. Pero debería ser posible. Tal y como sucede en Europa. Por primera vez, el PP ha empezado a tender la mano a Puig para determinados acuerdos. Quienes han salido en tromba para reventarlo han sido Compromís y Podemos. 

Allí ocurrió algo similar a lo sucedido a nivel nacional con ERC. En cuanto usted tendió la mano a Puig, Compromís avisó al presidente: “No se fíe”.

Dijeron que yo quería sillones. Los únicos que están aterrorizados por perder sus sillones son Compromís y Podemos. Ves un pleno, salgo y parezco del Gobierno por lo constructivo de mi discurso. Pero luego aparecen ellos y se comportan como Pablo Iglesias: revientan cualquier posibilidad de acuerdo. Me dan miedo cuando dicen que quieren revisar el modelo industrial, el turismo… Se lo digo a Puig: “¿Se da usted cuenta de los socios que tiene?”. 

¿Ximo Puig ha estado a la altura durante la pandemia?

Ha estado mejor que Sánchez, pero es que no era difícil... 

¿Lo ve más moderado que Sánchez?

Quizá, sí. Un poco más moderado, pero gobierna con Compromís y Podemos. Pero sí percibo una voluntad de llegar a acuerdos con nosotros en determinados temas en los que sabe que no puede contar con sus socios. 

¿Cuáles son las peores secuelas que dejará el coronavirus en la Comunidad Valenciana? 

Esta crisis ataca a los sectores más importantes de la Comunidad Valenciana: industria, turismo, hostelería… Eso nos hace especialmente vulnerables. Somos una región gravemente infrafinanciada y, por tanto, peor preparada para afrontar el problema. Tenemos pendiente mejorar mucho la productividad en algunos sectores. Debemos exprimir cada euro y emplearlo de la mejor forma posible. Dejémonos de obsesiones ideológicas y de chorradas identitarias.