Podríamos sacar cualquier foto de Pepefé Tezanos que todas, así a tenazón, nos vendrían a decir lo mismo. Su rictus de venerable sociólogo es como lo del "merecido doctor" de Sánchez, unos adjetivos irreales que sin embargo son y pueden llegar a ser según la metafísica de estos tiempos de censura y verificación.

Porque Tezanos, con el realismo mágico de su CIS, ha venido a demostrar que la psicomagia esa a la que se dedica es voluble y grácil. El CIS es un arma cargada de futuro con muchos boletines con gráficos chillones en cuatricomía que huele a parné.

El CIS es el Paradores de la posverdad para que Pepefé Tezanos nos pregunte si el cuarto poder de lo escrito es prescindible y si podemos encerrarnos ya en el ataúd. Morirse y contestar a las preguntas del CIS es todo uno.

Los tiempos duros que habitamos son más duros si te llama un meritorio del CIS a hacerte una prospección condicionada. Pepefé Tezanos, un militante de los barómetros, te conduce el estímulo y la respuesta, y ha venido a reforzar un Centro sociológico por la vía del descrédito.

El CIS pregunta al viento y el viento le dice que Sánchez. Lo gordo es que el CIS, según concluye Magnífico Margarito, da más realidad sociológica a los terraplanistas que a quienes entienden que Sánchez va tarde, mal y quizá a mala fe.

Si el periodismo es prescindible, el barómetro falaz es inevitable. Se ha llegado al punto de que con la caja vacía el CIS se nos ha vuelto un viernes social. Pepefé Tezanos presta sus servicios con gran entrega, si bien la causa con Sánchez es un truco de mago malo con los conejos mixomatoxos y gagás y con cara de rata de Delibes.

Pepefé Tezanos, portento de los cuestionarios, hipnotizador de crédulos sanchistas, virgen del Escorial y negacionista de las miserias, ha vuelto por la puerta grande. Unos se entierran a sí mismos sin familia y Tezanos entierra la verdad con ese orgullo racial de quien lleva la rosa sociata entre las muelas. Lo dejó todo por el Partido como yo por las rubias; él reaparece y yo me consumo en un sótano... a cada cual según sus posibilidades.

España no necesita médicos ni mascarillas, sino más sociólogos como Tezanos. De ellos será el reino de los tuertos, la España que vendrá cuando apriete la calor y el virus descanse en ese empeño tan podemita de arramblar con el 78 y colectivizarnos la poca esperanza que nos va quedando a "la ultraderecha" (Iglesias dixit).

El CIS nos quiere zombies, y zombies nos hemos vuelto. Pregunte lo que estime y responda lo que quiera, Pepefé...