Durante la última semana se han escrito muchos artículos sobre la figura de mi padre. Lo agradezco de veras. Se ha dicho que era un hombre inteligente, inquieto, curioso pero, por encima de todo, una persona sencilla y cercana. Sin lugar a dudas, así era mi padre.

El Fiscal General del Estado fallecido, José Manuel Maza. EFE

Además, era un gran amante de la vida, erudito del Derecho penal, enamorado de la Historia y melómano empedernido. A ello, modestamente, añado que era el mejor de los padres. Supongo que (casi) siempre se dice lo mismo, máxime en circunstancias como la que me ha tocado vivir pero, sin lugar a dudas, ha sido y será, junto con mi madre, el gran referente de mi vida.

Discreto y trabajador, disfrutaba con los pequeños placeres que inundan nuestra existencia y los exprimía hasta el final. Cosas aparentemente tan insignificantes como un partido del Atleti, tomar el aperitivo en familia o escuchar a su querida Orquesta Nacional le hacía plenamente feliz.

Siempre veía el lado bueno de las situaciones difíciles a las que nos enfrentamos y lo mismo hacía con las personas que tenía alrededor. Jamás escuché salir de sus labios una mala palabra sobre nadie y cuando le decías que alguien le había criticado respondía con la mejor de sus sonrisas. 

Mi padre se ha ido dejándome la tranquilidad de que la familia y los amigos de verdad lo conocimos tal y como era. Su ejemplo nos ha acompañado hasta el último de sus días y lo hemos sentido siempre cerca, especialmente en los momentos más difíciles. Y así lo seguiremos sintiendo.

Este verano tuve la inmensa suerte de perdernos unos días los dos solos por su queridísima Galicia. Entre visita y visita a monasterios y aldeas, entre raciones de pulpo y cervezas (¡ay su amado zumo de cebada!), entre hoyo y hoyo del campo de golf, hablamos de la fugacidad de la vida, de España y, por supuesto, de fútbol.

Nos comprometimos a repetirlo cada año. El verano próximo él no podrá estar de cuerpo presente pero cumpliremos nuestra promesa y me acompañará a mi vuelta a Monforte, San Estevo, Chantada y Castro Caldelas. Su bonhomía, su discreción y eso que ahora se llama "perfil bajo" serán referentes que me guiarán siempre. Era un buen hombre pero, sobre todo, un hombre bueno.

No quisiera terminar estas líneas sin agradecer en nombre de toda la familia Maza las innumerables muestras de amor y cariño que estamos recibiendo estos días. Muy especialmente agradecemos a S.M. el Rey, al Gobierno, a los representantes de los partidos y demás autoridades civiles, militares y eclesiásticas su compañía, cercanía y consuelo en momentos tan difíciles.

Tampoco olvidamos las innumerables muestras de cariño de personas anónimas, que lo respetaban y apoyaban. Descansa en paz, papá.

*José Manuel Maza es hijo del recién fallecido fiscal General del Estado.