Merodeos

Opinión
31 octubre, 2016 01:24

El Congreso no es el Coliseo romano

El colofón a la marcha convocada por la izquierda radical para rodear el Congreso durante la investidura de Rajoy fue el lanzamiento de objetos a los diputados de Ciudadanos y el aplauso a los de Podemos. En la entrevista que hoy publicamos con Miguel Urbán, el líder de la corriente anticapitalista de esta formación insiste en la idea de combinar la acción en el Parlamento con la protesta callejera, y se muestra partidario de recurrir menos a los "argumentarios" y más al activismo en las plazas. "Debemos tener un pie en las instituciones, pero mil fuera", asegura.

Urbán, eurodiputado desde hace año y medio -ha tenido tiempo para moderarse en Bruselas- duda incluso de la utilidad de los partidos políticos, dice coincidir con Pablo Iglesias en que una de las misiones de Podemos es "dar miedo a los poderosos" y considera a Rita Maestre -condenada por el asalto a la capilla de la Complutense- una "moderada".

Por más que Urbán e Iglesias insistan en convencernos de que tomar la calle es lo propio de la democracia, acabamos de tener este sábado el último ejemplo de lo que traen este tipo de manifestaciones: a algunos los lleva a confundir el Congreso con el Coliseo de la Roma imperial. Como dijo el expresidente Zapatero en la clausura de las jornadas de EL ESPAÑOL, debe apostarse más por la "política deliberativa" y menos por la "política de la presión".