No. Cuando el martes los reyes inauguren el VII Congreso Internacional de la Lengua Española en Puerto Rico se estarán acordando de una de las palabras más comunes y soeces de las 88.000 recogidas en el diccionario de la RAE. Habrá dos elementos en el Congreso que inspirarán a la pareja real para pensar en la dichosa palabra. 1) Entre los grandes financiadores del acto está OHL, empresa de Juan Miguel Villar Mir. 2) El lema del encuentro internacional es "Lengua Española y Creatividad". El dueño de OHL es el suegro de Javier López Madrid, el (ex) amigo de los reyes a quien doña Letizia, en un acto de creatividad literaria, escribió el mensaje vía móvil triunfador de la semana.

Dado, pues, que cuando los reyes entren al recinto del Congreso Internacional de la Lengua Española se toparán con lo uno y con lo otro, con el nombre del patrocinador (es dudoso que asista Villar Mir; ¡qué gran foto nos perderemos!) y con el lema apelando a la creatividad, lo que correspondería es que don Felipe y doña Letizia se susurren al unísono al oído, en una feliz muestra de cariño: “¡Vaya mierda!”. O “Vaya semana de mierda”. O, como don Quijote dijo a Sancho al entrar en El Toboso: “Con la Iglesia hemos dado”. En este caso, con la “merde”.

Según se ha conocido esta semana, la reina escribió el 15 de octubre de 2014 un mensaje cálido y creativo a López Madrid: “Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos bien quién eres, sabemos quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, “merde”. Un beso compi yogui (miss you)”. Al menos, doña Letizia ha resuelto ya, con lo joven que es, una recomendación vital que figuraba en los templos romanos y griegos: “Nosce te ipsum” (Conócete a ti mismo).

En el mensaje del naufragio hay cuatro expresiones que requerirían un largo análisis lingüístico y sentimental. Lo uno y lo otro van unidos cuando se escribe a un ser querido, como era López Madrid: “Mierda”, “Nos”, “Compi Yogui” y “Miss you”. “Mierda”, en este caso, es un ataque al mensajero, la prensa, frente al acusado de actos delictivos, sorprendente al proceder de una reina experiodista . “Nos”, el mayestático Nos, o sea, nosotros, los reyes, sitúa al beneficiario en el plano de la realeza, en este caso a López Madrid. Casi nada. “Compi yogui”, proviniendo de la esposa del Jefe del Estado, podría ser considerada una propuesta a tener en cuenta por la RAE en un próximo debate, como nueva expresión. Y “Miss you”, una despedida en inglés, resulta extemporánea al venir de la esposa del rey de España, que ha de estar siempre atento para limpiar, fijar y dar esplendor al idioma que nos une a todos.

Más allá del insulto proferido contra La Otra Crónica (LOC), uno de los suplementos que creé en El Mundo, en 2009, junto a un pequeño grupo de jóvenes y brillantísimos periodistas, lo que me ha molestado realmente es ese “nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde”, dirigido a quien en ese momento estaba acusado de acoso a una mujer y de haber gastado como consejero de Bankia 34.000 euros con una tarjeta “black”, cuya quiebra costó al Estado 22.000 millones.

Será que “un amigo es alguien quien nos conoce pero nos ama de todas formas”, como escribió Anne Cumming, variante de otra frase de Jacinto Benavente según la cual los amigos son como los libros, “no siempre nos gustan los mejores”.

En Puerto Rico hay una expresión muy común para referirse a quien padece de ínfulas de grandeza. Se les llama “comemierdas”. En mi limitada relación personal con doña Letizia, por la que siento afecto aunque haya llamado excremento, detritus, basura informativa a LOC, no he tenido esa percepción sobre ella. Menos aún del rey, a quien considero una persona preparada, preocupada y ocupada que ha llegado al trono en el momento más inoportuno. Es lo que tiene ser rey: no te eligen y no puedes decir no.

Don Felipe, al ser coronado el 19 de junio de 2014, cerró su discurso con una frase del Quijote. “No es un hombre más que otro si no hace más que otro”. ¿Qué han hecho algunos de los amigos de don Felipe, como el susodicho López Madrid, para ser más que otros disfrutando de la amistad del Jefe del Estado? ¿Escribir 20 veces por móvil entre el 19 y el 20 de septiembre de 2014 a Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid, investigado por presuntos sobornos millonarios? ¿Contribuir a la financiación ilegal del PP de Madrid?

Felipe VI y Letizia I deberían leer en el largo viaje a Puerto Rico la historia de Polícrates, recreada por Herodoto, el primer reportero en la historia del Periodismo, como recordará la experiodista Ortiz. El “rey” de Samos ejercía su tiranía con eficacia para el pueblo tras haberse deshecho de sus dos hermanos. En señal de agradecimiento por su fortuna, lanzó al mar un anillo de oro y esmeraldas, pero la joya volvió a su plato al habérsela tragado un pez. Esto fue entendido como un mal augurio. Efectivamente, Polícrates, al equivocarse de amigos, acabó muy mal.

Conclusión: los reyes deben cuidar sus alianzas y sus amistades. La fortuna es caprichosa y esquiva. Si el rey no acierta en sus decisiones y su esposa no obra con “dedicación, lealtad, dignidad y sentido de responsabilidad” (así definió Felipe VI a su madre, doña Sofía, en su primer discurso a la nación) el reinado puede irse “a la mierda”, como escribiría alegremente doña Letizia.

(Horror. Hablé del anillo de Polícrates. Lo mismo la reina piensa que es una indirecta y hago periodismo tipo LOC: su alianza de compromiso fue comprada por Urdangarin en la joyería Suárez de Barcelona en 2003; al estallar el caso Nóos, en 2012, doña Letizia se la quitó y la lanzó al fondo del cofre, como Polícrates al mar).

¿Los bingueros de la política?

Carátula de la película Los Bingueros.

Sí. En 1979 se estrenó una película casposa convertida hoy en objeto de culto en estos tiempos de inane nadería (pleonasmo). Pajares y Esteso son dos desgraciados curritos que deciden hacerse ricos jugando al bingo. Atraídos por el dinero fácil y por las bingueras “cañón” apuestan, se entrampan y siguen jugando sin sentido.

¿Acaso no estamos asistiendo a una ceremonia parecida a la de los buingueros con el actual juego político, con pactos que no pasan de la línea porque quienes pueden dar el bingo de la gobernabilidad asisten con desdén al espectáculo? PP, Podemos, PSOE y Ciudadanos (estos al menos lo han intentado), más interesados en su calendario que en el bien general, están jugando con el dinero de los contribuyentes. Mientras, el ciudadano, atónito, continúa trabajando.

Cada partido, con su líder, piensa en su jugada. Rajoy, el barón rampante del PP, permanece en la copa del árbol de la Moncloa viéndolas venir. Desde abajo, el oráculo Arriola le pide tranquilidad, así como si le faltara. Según sus estudios, de repetirse elecciones el PP sacaría 25 escaños más e incrementaría un millón y pico sus votos. Arriola ha errado en su estrategia en las últimas elecciones europeas, andaluzas, municipales y autonómicas y en las legislativas del 20-D.

Sánchez quiere ser presidente antes de las primarias del 8 de mayo y del congreso. La lozana andaluza puede darle un mandoble y quitárselo de en medio. Rivera mira con aflicción el futuro: ¿la apuesta con el PSOE no habrá sido demasiado decidida cerrándose el caladero de votos de la derecha? A Iglesias empiezan a temblarle las canillas al ver desunión en sus filas y un movimiento centrífugo en la coalición Podemos. Ganas le dan de cerrar un pacto honroso. ¿Habrá bingo antes del 2 de mayo para evitar repetición de elecciones? Visto así, sí.

¿Homo homini lupus?

Sí. “El hombre es un lobo para el hombre” es una frase de Plauto popularizada por Hobbes en el siglo XVII para referirse al egoísta comportamiento humano que hace tan difícil la convivencia. ¿Cuál es la dentadura mejor preparada para devorar en el Congreso de los Diputados? Entre Sánchez (el político predilecto de doña Letizia, propalan desde el PP con ánimo desestabilizador; así se explicaría el encargo de Felipe VI) y Pablo Iglesias anda el juego. La carne cruda nos humanizó según un nuevo estudio. Al menos, en apariencia. Dejamos de comer raíces y la ingestión de carne troceada contribuyó a que disminuyeran los dientes, se afinaran nuestras mandíbulas y se acortara el rostro.

El ser humano es carnívoro por naturaleza aunque la salvación sea verde como la esperanza. Pero los partidos verdes no pintan nada, porque somos carnívoros. Científicos japoneses han descubierto una bacteria que está en la naturaleza capaz de digerir el plástico, un hallazgo revolucionario. Lo revolucionario sería si sirviera, también, para acabar con el plástico de las tarjetas “black” y otras corrupciones que hacen el ambiente irrespirable.