Cada vez que la Lotería caía en la Comunidad Valenciana a mí me entraba la risa. Ya fuera el Gordo, el Niño, la quiniela o el numerito de la ONCE bastaba que me enterara de que el agraciado era valenciano para que yo soltara una carcajada. Hasta en veinte ocasiones el Gordo ha tenido la deferencia de aparecérsele a los valencianos. Fijo que la diosa Fortuna es una enamorada de las Fallas, la paella y hasta del caloret y por eso decide de motu proprio rendirse a los valencianos. Suerte, tienen.

Desde el alcalde de Manises hasta el ex vicepresidente de la Diputación de Valencia sin olvidarnos de Carlos Fabra, ganaron en diferentes juegos de azar auténticas fortunas al mismo ritmo que escalaron puestos en el Partido Popular y recibieron halagos en público de toda la plana mayor del partido por el que se presentaban sistemáticamente a las elecciones. Podrían haber dejado su puesto de trabajo con la pasta que habían acumulado así, de sopetón, por un golpe de suerte. Pero ellos se debían a la patria primero y después a los valencianos, quienes no lo olvidemos nunca, revalidaban sus puestos al frente de alcaldías, diputación y Parlamento unas elecciones tras otras. Queda por investigar si eso no era consecuencia directa de aquellas rutas del bacalao de los años 90.

En la actualidad, 179 políticos del PP valenciano están imputados (investigados, perdón) por diferentes delitos contra la Administración en todas sus posibilidades. Los nueve últimos, concejales del Ayuntamiento con Rita Barberá, quien acostumbraba a brindar con horchata cada vez que la suerte le sonreía aunque fuera con el mismísimo Ecclestone. La eterna alcaldesa, expresidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias y hasta este verano diputada de las Cortes Valencianas, ha vuelto a tener suerte y la operación Taula le pilla de senadora. La casualidad evita que haga el paseíllo hacia el juzgado si el Tribunal Supremo no lo remedia, tal y como lo están haciendo y harán 50 hombres y mujeres de su confianza.

Díganme que eso no es potra…

Tienes una probabilidad entre 100.000 de que te toque el Gordo de Navidad y una entre 76 millones de que te toque el Euromillón. A cambio tienes una entre 3 millones de que te parta un rayo. En Génova saben que sus representantes en Valencia han tenido “de siempre” la suerte de su lado así que imagino que estos días andarán como locos por que su otrora referente, a la que hasta la vicepresidenta en funciones idolatraba, salga a dar una vuelta por la playa de la Malvarrosa en cuanto caigan cuatro gotas.

A ver si otra vez hay suerte.