Apoyan el codo en la barra en cuestión, miran su copa con cara de satisfacción por haber elegido la ginebra adecuada, conocen y exigen en esa copa de balón la exquisitez hecha tónica traída desde tierras lejanas y por supuesto visten impecables. Ni una mácula en su vestuario aunque parezca que esta noche los pillas de sport. Así te los encuentras.

Sueltan sus frases gloriosas con las que pretenden seducirte. Presuponen que solo con su cara bonita les vale para acumular otra muesca en el revólver de las que se muestran en público y se alardea en privado. Se usan mutuamente con una conversación a base de topicazos en la que pretenden que tú también te incluyas, quieren conquistarte con sus mediocres argumentos en los que no encontrarás respuesta a ninguna de tus dudas. Actúan juntos a pesar de que pretendan triunfar por separado y como el Augusto y el clown en uno de sus espectáculos, puede hasta que consigan hacerte soltar una carcajada.

Ha quedado instaurada la noche de Pepe y Juanito discotecas, esos dos tipos que se comportan como si fueran amigos de toda la vida y estuvieran encantados de haber coincidido en el mismo antro que tú porque ambos van a conquistarte. La pena es que todo esto no suceda en la discoteca de turno, donde al fin y al cabo siempre puedes mirarlos a la cara con conmiseración, pedir tu propio gintonic y desaparecer dando un golpe a la bata de cola si hace falta. Lo malo es que como mucho solo puedes cambiar y huir del canal de televisión donde te topas con ellos, no vaya a ser que te contabilicen como audiencia y termines en una de esas proliferantes encuestas de intención de voto en las que ni siquiera te preguntan qué papeleta será la tuya. Basta con medir la audiencia o contabilizar los trending topic de la noche.

Hemos alcanzado la perversión de que nuestro presidente no acuda a los debates en los que debería medirse el puesto con el resto de los candidatos, como se le exige en una campaña electoral. Total, esta noche se travestirá de uno de los dos personajes de esta historia; no es ni mucho menos el primero y dudo aún más que de aquí al 20 de diciembre vaya a ser el último.

Ahora queda la duda de saber si este electorado es del que se conforma con pretendientes tan vulgares como Pepe y Juanito discotecas.