Los premios James Dyson ya tienen ganadores de este año. De entre los finalistas anunciados el mes pasado, dos proyectos han llegado al final de esta competición, los cuales se han enfocado en mejorar la precisión del control de la calidad del agua y la vida de las personas con Parkinson.
Cada uno de estos dos proyectos recibirá 36.000 euros por sus inventos. Tras 20 años, el premio James Dyson Award ha apoyado a más de 400 inventos de estudiantes de todo el mundo con alrededor de 1,7 millones de euros en premios. Este año se han recibido más de 2.100 propuestas de inventores de 28 países y regiones.
Entre los finalistas que se han quedado a las puertas del premio había también proyectos interesantes como un detector de enfermedades renales o un calcetín robótico.
Watersense, ganador en sostenibilidad
Inventado por Filip Budny, Doctor en Nanotecnología, esta solución con inteligencia artificial (IA) controla la calidad de las aguas continentales. El dispositivo mide de forma autónoma y en tiempo real la calidad del agua de ríos y lagos, permitiendo que la contaminación se detecte antes.
En España, el 42% de las masas de agua superficiales no alcanzan un buen estado ecológico, según un informe de la Comisión Europea. Al tener un flujo más lento que el mar, los ríos y lagos están más expuestos a contaminantes como la escorrentía agrícola, las descargas de aguas residuales o los desechos industriales.
Filip Budny usando su invento WaterSense
WaterSense no utiliza plásticos, sino sensores de papel reciclable y de bajo coste para medir más de 20 indicadores clave de la calidad del agua, como el pH, el oxígeno disuelto, los nitratos, los cloruros y la conductividad. Los sensores se sustituyen automáticamente como un carrete de fotos clásico para necesitar solo mantenimiento cada 12 meses.
Las muestras se toman a tres profundidades personalizables y los resultados se transmiten por redes móviles. Al final se muestran públicamente los resultados para que las comunidades locales estén informadas. Los prototipos de WaterSense se están probando en 20 ubicaciones de Polonia.
OnCue, ganador en medicina
Por su parte, OnCue es un teclado adaptable para personas con Parkinson. Este teclado dividido para adaptarse a la posición natural de las manos, envía suaves vibraciones a través del teclado y las pulseras cada vez que se presiona una tecla.
Alessandra Galli montando un teclado OnCue
El mecanismo ayuda a los usuarios a mantener un ritmo constante y a sentir mejor las teclas. Y cuando una tecla se mantiene presionada demasiado tiempo, la vibración aumenta gradualmente, animando al usuario a soltarla.
Con la ayuda de la inteligencia artificial, OnCue predice las siguientes letras y las ilumina en el teclado. Estas señales visuales tienen el objetivo de reducir errores y titubeos. Además, su creadora, Alessandra Galli, graduada en diseño de productos integrados, trabaja en un software para personalizar aún más los patrones de vibración y adaptarlos a los síntomas de cada persona.
