¿Se daría un paseo en un taxi autónomo? Esta experiencia que ya es normal en ciudades como San Francisco o Los Ángeles, pronto podría estar disponible en Europa. EL ESPAÑOL-Omicrono se ha subido a uno de estos coches sin conductor, que a partir de 2026 circularán por dos países europeos de la mano de Lyft y Baidu.
La empresa de VTCs, Lyft, y la empresa china, Baidu, han anunciado este año una alianza para desplegar los coches autónomos en Reino Unido y Alemania. Operarán con los coches eléctricos RT6 de sexta generación desarrollados por Baidu que no necesitan intervención humana, similar a los de Waymo (Google) que pueden verse por las calles de San Francisco.
No son los únicos en expandir su tecnología en el viejo continente. La empresa china WeRide lanzó un programa piloto de vehículos autónomos en Suiza en enero. Y en España se han iniciado proyectos como autobuses autónomos en zonas limitadas de Madrid.
"No los veo como inminentes, sino que va a ser más a medio plazo, pero que llegarán, eso está claro", explica a este medio Julio Sanz García, presidente de ANTAXI Asociación Nacional del Taxi sobre la incursión de esta nueva clase de transporte inteligente en las carreteras españolas.
Desde ANTAXI son conscientes de que "en un futuro podrían las licencias actuales de taxi ser licencias para transportar viajeros de forma autónoma", pero piden que se respete y se tenga en cuenta la estricta regulación, "actualmente la normativa aquí en España es muy protectora para los usuarios, muy garantista. Hay un montón de condiciones y de requisitos que con todo rigor tienen que aplicar los taxistas y no deberíamos perder eso".
Vídeo | Así es viajar en un taxi sin conductor por San Francisco: su reacción ante peatones y coches
"La automatización puede contribuir de forma decisiva a reducir la siniestralidad y salvar vidas", explica a este medio Francisco Sánchez, Director de Electrónica y Movilidad Inteligente de CTAG (Centro Tecnológico de Automoción de Galicia). "También permitirá aprovechar mejor el tiempo en el vehículo, al liberar al conductor de la tarea de conducción, y abrirá nuevas oportunidades de movilidad inclusiva para personas mayores o con movilidad reducida".
Una atracción turística
San Francisco es una ciudad llena de estímulos, con edificios y monumentos icónicos. Pero hay otro detalle que no pasa desapercibido, la enorme flota de coches sin conductor que circula por la ciudad. Los taxis autónomos han dejado de ser una simple anécdota en California.
Los Jaguar I-PACE de color blanco de Waymo destacan entre el tráfico por la cantidad de sensores y cámaras que tienen instalados en el exterior, incluido el techo. El pasado mes de mayo, informaban que su servicio Waymo One ofrecía más de 250.000 viajes pagados cada semana en Phoenix, San Francisco, Los Ángeles y Austin.
Asiento del conductor vacío mientras el taxi autónomo circula
En concreto, aseguran tener 1.500 vehículos operativos en estas ciudades y a las que se sumarán más en adelante. "Aunque hablamos de centenares o pocos miles de unidades, todavía lejos de una adopción masiva, ya que el modelo de negocio sigue siendo incipiente y todavía no rentable" recalca Sánchez.
En plena bahía de San Francisco, a pocos metros del mítico Muelle 39, no paran de llegar coches de Waymo para recoger a sus clientes. Vemos pasar más de cuatro coches de la marca hasta que llega el nuestro. El resto de pasajeros también se montan en el vehículo grabando con sus móviles.
El coche se detiene frente a nosotros y para poder acceder es necesario desbloquearlo desde la aplicación, así se aseguran de que otras personas no se monten en el vehículo que hemos reservado. El manillar de las puertas se despliega para dejarnos pasar y una voz femenina dentro del vehículo nos saluda por nuestro nombre y en español: "Buenos días, Marta".
El vehículo se pone en marcha cuando se lo indica el pasajero, al mismo tiempo que recuerda a todos que deben ponerse el cinturón de seguridad. Incluso, el asiento del conductor, vacío, lleva puesto el cinturón: para dar ejemplo, como medida disuasoria para que no se siente nadie en él o broma de la empresa.
Capturas de la aplicación de Waymo One
La conducción es prudente, incluso lenta; un conductor de carne y hueso habría pisado ligeramente más el acelerador en más de un tramo del recorrido. Se agradece esa velocidad tranquila en un coche 'sin conductor' y por una ciudad en la que las cuestas parecen las caídas del Dragon Khan de PortAventura.
Aun así, el piloto autónomo se encuentra con situaciones en las que debe improvisar, como un atasco en el que decide echarse a un lado para evitar detenerse encima de un paso de cebra. Se detiene ante otros coches, esquiva vehículos aparcados en doble fila y tiene en cuenta peatones que no caminan por donde deberían.
Pantalla interior del Waymo autónomo
Está equipado con dos pantallas, una delantera y otra trasera para que todos los pasajeros tengan acceso al sistema. Desde estos paneles se puede controlar la música que suena en el coche, así como ver el sistema de conducción.
Un mapa virtual muestra en las pantallas la ruta que realiza el vehículo. Solo los otros coches autónomos de Waymo se representan con una imagen completa, mientras que el resto de objetos, desde vehículos hasta personas, se representan con una silueta azul. De esta forma, el pasajero puede comprobar en directo que el taxi ha visto esos obstáculos y cómo los esquiva o se detiene frente a ellos.
Sensores y cámaras
Hay seis niveles de automatización de la conducción, desde el Nivel 0 (L0), que describe un vehículo controlado totalmente de forma manual, hasta el Nivel 5 (L5), que describe un vehículo totalmente automatizado que no requiere la intervención del conductor el que consiguen estos taxis.
Sensores en el exterior del vehículo autónomo
Los vehículos de Waymo están equipados con sensores Lidar, cámaras y radares para crear una imagen en 3D. Los datos recogidos por esta tecnología se procesan en el ordenador que integra el vehículo, junto con los datos de mapeo que se han realizado en la ciudad antes de poner a los coches a circular.
El entrenamiento del sistema ha requerido más de 20 millones de kilómetros de conducción real para que el auto comprenda que un ciclista, un peatón, o bien otro objeto no se mueven de forma idéntica, y poder predecir las numerosas rutas posibles que los otros conductores pueden tomar.
"Entre los riesgos están la ciberseguridad, la aceptación social y la necesidad de garantizar que los sistemas funcionen de manera segura en cualquier circunstancia de tráfico y climatología", recuerda Sánchez. Aparte de esta tecnología, el coche cuenta con una serie de medidas de seguridad como un ordenador de respaldo que se ejecuta en segundo plano, también un sistema de frenado y energía secundarios.
Aun así, Waymo ha retirado del mercado más de 1.200 vehículos autónomos para actualizar el software y abordar los riesgos de colisiones con cadenas, puertas y otras barreras viales después de que los investigadores de seguridad automotriz de Estados Unidos abrieran una investigación el año pasado.
Interior del robotaxi de Waymo circulando frente a otro coche autónomo de la marca en San Francisco
Según informa Reuters, Waymo dijo que tenía conocimiento de 16 colisiones con cadenas, portones y otras barreras entre 2022 y finales de 2024. Pero los incidentes no resultaron en lesiones, según un informe presentado ante la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras.
Su implementación en España
La conducción autónoma no es del todo desconocida en España. Proyectos como el primer autobús sin conductor se han puesto en marcha en Madrid. Este vehículo fabricado en España circula por la Casa de Campo sin adentrarse en el bullicioso tráfico de la capital.
"Mientras otros mercados priorizan el robotaxi individual, aquí se pueden potenciar soluciones colectivas y de última milla, como los shuttles autónomos o los servicios integrados en el transporte público", explica Francisco Sánchez. La CTAG colabora con EMT Madrid en este primer bus autónomo.
Coche de Waymo con sensores y cámaras en el exterior
En España se está avanzando tanto en tecnología con proyectos como este, como en el desarrollo de normativas. Las asociaciones de taxistas están también en este proceso: "vamos a intentar esforzarnos en que no valga todo", explica el presidente de la ANTAXI. "En otros países sí que las normativas son más flexibles, cualquiera puede poner los vehículos que pueda para el transporte de viajeros."
Francisco Sánchez también comparte esta idea: "Más que fijarse en otras regiones, Europa tiene todavía la oportunidad de liderar este campo. Todo ello, basándose en la tradición europea de normativa robusta, estándares técnicos comunes y alto nivel de exigencia en seguridad vial".
Después de la tecnología y la normativa, quedará en manos de los pasajeros elegir si subirse o no a uno de estos coches. "A día de hoy con esa educación que tenemos en cuanto a lo que es la circulación, yo tendría serias reticencias para meterme en un coche y que me llevara solo", dice Julio Sanz.
