El calor sigue azotando a gran parte de España, por lo que muchos aún siguen haciendo uso del aire acondicionado para refrescarse. Unos aparatos que pueden tener los días contados debido a inventos como uno que enfría edificios sin usar gas refrigerante u otro que no necesita electricidad.
A ellos se les une ahora Bloc, un ladrillo de terracota modular que baja 9 grados la temperatura en zonas sin sombra de las ciudades para luchar contra el calor extremo y que ha sido diseñado por dos jóvenes estudiantes de la Escuela Superior de las Artes de Zúrich (Suiza), Andrin Stocker y Luc Schweizer.
Un ladrillo que enfría los espacios urbanos sobrecalentados mediante refrigeración evaporativa con terracota y energía solar; y que ha llegado a la final de los prestigiosos premios internacionales de diseño James Dyson Award.
Bloc se inspira "en el conocimiento tradicional, los sistemas naturales y objetos urbanos" y surgió con el objetivo de "abordar el creciente problema de las islas de calor urbanas y mejorar la habitabilidad de las ciudades durante episodios de calor extremo", según explican sus creadores en la página del concurso.
Los estudiantes se inspiraron para su invento en métodos de refrigeración pasiva, como las tinajas de terracota, los termiteros y los badgir — captadores de viento—, que pueden regular la temperatura y la circulación del aire sin la necesidad de tecnología compleja.
Terracota y energía solar
Bloc destaca por ser un sistema de refrigeración modular de baja tecnología que utiliza agua, aire y sol para bajar de forma natural las temperaturas hasta 9 ºC en climas cálidos y días calurosos. Un ladrillo que está fabricado con terracota impresa en 3D.
Los bloques cerámicos son porosos y absorben agua, que se evapora a medida que el aire caliente pasa a través del sistema mediante ventiladores solares. Según los estudiantes, en días con temperaturas superiores a 30 °C, el ladrillo Bloc consume aproximadamente 50 litros de agua.
El ladrillo de terracota Bloc.
Esta se puede suministrar a través de la infraestructura municipal o mediante un sistema integrado en su techo de captación de agua de lluvia, que, esta última, puede recoger un promedio de 24 litros al día.
Mientras que un panel solar genera alrededor de 200 vatios hora diarios, que son suficientes para alimentar tanto al ventilador como a la bomba de agua para que Bloc funcione de forma autónoma. Los estudiantes afirman que su ladrillo "es escalable, móvil y energéticamente eficiente".
Unas características que hacen que Bloc sea "ideal para su uso en espacios públicos, como paradas de transporte, plazas o patios de colegios". Para el desarrollo de este sistema, sus creadores explican que combinaron "la experimentación digital y física" para perfeccionar "la forma y función".
Los estudiantes usaron gafas de realidad virtual para trabajar en un entorno digital a escala 1:1, "lo que nos permitió comprender las proporciones espaciales y el rendimiento de Bloc en contextos urbanos reales".
Concepto del ladrillo Bloc en una parada de tranvía.
Este método, apuntan, les ayudó a adaptar el diseño para integrarlo a la perfección en espacios públicos. "Inspirados por la geometría autosombreante de los cactus, adaptamos la forma de los prototipos para reducir la exposición solar directa y optimizar la eficiencia de refrigeración", añaden.
Paralelamente, los estudiantes realizaron una variedad de pruebas de material para identificar el tipo de arcilla con mejor rendimiento, que fue la terracota de monococción, ya que esta "mantiene la porosidad suficiente para una refrigeración evaporativa eficaz y, al mismo tiempo, mantiene su estabilidad estructural".
Como resultado, los estudiantes lograron un sistema que es técnicamente eficaz, además de visualmente atractivo y socialmente inclusivo capaz de "abordar la crisis climática respetando las necesidades urbanas".
Pruebas de campo
Bloc no es realmente algo nuevo, ya que anteriormente se presentaron ladrillos similares que cumplen con la misma función. Sin embargo, sí que cuenta con una serie de importantes diferencias sobre ellos, como apuntan sus creadores.
Concepto del ladrillo Bloc en una plaza pública.
Los estudiantes aseguran que Bloc es "único no solo por combinar la refrigeración pasiva tradicional con un diseño moderno, sino también por su innovadora capacidad de almacenamiento de agua en cada ladrillo".
Una característica que le permite superar las limitaciones de la capilaridad de otros sistemas y que hace que Bloc "sea verdaderamente modular y pueda crecer libremente en altura y anchura". Además, los estudiantes también destacan el flujo de aire activo de su invento.
Señalan que este, al estar generado por ventiladores y bombas de agua con energía solar, "mejora la evaporación y la refrigeración, incluso en climas como Europa Central, donde los niveles de humedad son más altos".
El siguiente paso del proyecto pasa por realizar pruebas de campo de un prototipo a escala real de Bloc en entornos urbanos reales con el objetivo de evaluar su rendimiento a largo plazo, "especialmente en climas húmedos".
El ladrillo Bloc integrado en varios elementos urbanos.
Los estudiantes también usarán los comentarios y datos de las pruebas para perfeccionar el diseño modular de su ladrillo y lograr "una mayor eficiencia de refrigeración y una instalación más sencilla". Asimismo, planean explorar nuevas aplicaciones.
Por ejemplo, señalan la posibilidad de integrar el ladrillo Bloc como un elemento de fachada o adaptarlo para refrigerar grandes espacios interiores, como naves industriales.
