Publicada

El pasado abril, un incendio provocado por un coche eléctrico en Alcorcón acabó con dos bomberos fallecidos, uno en estado crítico y 13 con intoxicaciones leves. Una tragedia que reabrió la polémica que acompaña a este tipo de vehículos, involucrados en cuatro incendios graves solo en la Comunidad de Madrid a lo largo de este 2025.

Según las estadísticas más recientes, en EEUU solo se producen 25,1 incidentes de este tipo por cada 100.000 ventas de vehículos eléctricos, frente a los 1.529,9 incendios por cada 100.000 vehículos de motor de combustión, aunque los híbridos sí parecen más propensos, con 3.474,5 casos.

En cualquier caso, esos datos no reflejan la verdadera realidad: este tipo de incendios son más difíciles y graves de apagar que los de los coches de combustión debido a la naturaleza de las baterías de iones de litio, la intensidad del fuego, la emisión de gases tóxicos y la complejidad de las reacciones químicas que ocurren en las celdas dañadas.

A diferencia de los motores de combustión, los incendios en las baterías de iones de litio pueden derivar en una fuga térmica, un proceso que libera gases tóxicos y eleva la temperatura a valores de entre 1.000 y 3.000 °C. En estos casos, rociar agua sobre el capó resulta ineficaz, ya que el núcleo del problema se encuentra en la parte inferior del vehículo, donde se alojan las baterías.

Para dar respuesta a esta problemática, una innovadora herramienta creada por bomberos de Naperville (Illinois, EEUU) y comercializada por la empresa Trinity Fire Products permite actuar de forma rápida y segura directamente sobre las baterías de litio, el origen del problema en este tipo de siniestros.

Cómo funciona

El dispositivo, llamado Poseidon Nozzle, es una lanza que se desliza debajo del coche sin necesidad de levantarlo. Su principal función es reducir la temperatura en el foco principal del incendio de manera uniforme y controlada, atacando directamente el sobrecalentamiento de las celdas de la batería y minimizando el riesgo para los equipos de intervención.

Fabricado en aluminio aeronáutico, Poseidon Nozzle tiene un peso de solo 7,7 kilogramos. Su diseño plano y compacto facilita su inserción bajo el chasis tanto por un lateral como desde el frontal del coche, una ventaja crucial en espacios estrechos como túneles o aparcamientos subterráneos, donde la maniobrabilidad es limitada y este tipo de incendios pueden propagarse con gran facilidad.

La Poseidon Nozzle se desliza bajo el chasis para enfriar las baterías Trinity Fire Products Omicrono

En estos incidentes, lo más peligroso no son solo las llamas o el calor extremo, sino los gases tóxicos liberados durante la combustión, que pueden provocar severas consecuencias en la salud.

Lo más sorprendente es que el origen de esta tecnología no está en un laboratorio científico, sino en la experiencia de primera mano de los bomberos Danny Puknaitis y Michael Jost, con años de experiencia en el Departamento de Bomberos de Naperville.

Tras enfrentarse a la creciente complejidad de los incendios en vehículos eléctricos, estos profesionales comprendieron que los métodos convencionales para sofocar este tipo de fuegos ya no eran suficientes. Eso les impulsó a desarrollar una solución basada en las necesidades reales de los servicios de emergencia.

Además de su uso principal, la Poseidon Nozzle ha demostrado ser una herramienta polivalente. Y es que también puede emplearse para enfriar depósitos de combustible en coches de combustión interna o para la limpieza general de los bajos de los chasis tras un incidente de este tipo.

Poseidon Nozzle

Otra de sus posibles aplicaciones es la descontaminación de equipos y trajes de protección después de incendios graves en ciudades. Al conectarla a una manguera, la lanza genera una ducha a presión que ayuda a eliminar residuos peligrosos como el benzopireno o metales pesados, protegiendo la salud de los bomberos a largo plazo.

Su eficacia ha llevado a que cuerpos de bomberos de países como Canadá, Reino Unido, Israel y México ya la hayan incorporado a sus protocolos de emergencia para permitir intervenciones más rápidas y seguras.

Baterías más seguras

La otra manera de evitar los incendios provocados por los coches eléctricos tiene que ver con el desarrollo y fabricación de baterías más seguras y menos propensas a incendios y explosiones.

Hasta que empiecen a comercializarse vehículos con baterías de estado sólido, la gran revolución pendiente en el sector, una de las alternativas más prometedoras proviene de un equipo de científicos que propone un nuevo diseño de pila recargable capaz de extinguir su propio fuego.

Según describen en un artículo publicado en Nature, los autores proponen sustituir el electrolito más utilizado —y que es altamente combustible— por compuestos "presentes en un extintor de incendios comercial".

"Un electrolito permite que los iones de litio que transportan una carga eléctrica se muevan a través de un separador entre los polos positivo y negativo", señalan dos de los autores en declaraciones a The Conversation. "Al modificar refrigerantes comerciales asequibles para que funcionen como electrolitos de batería, pudimos producir una batería que apaga su propio fuego".

Jaguar eléctrico pasto de las llamas

"Nos centramos en un fluido comercial maduro, seguro y asequible llamado Novec 7300". Tiene baja toxicidad, no es inflamable y no contribuye al calentamiento global. Apuntan a que combinaron este fluido con otros químicos que agregaron durabilidad y pudieron producir un electrolito usable.

El electrolito alternativo ideado por los investigadores tiene propiedades similares a los utilizados en la electrónica actual, por lo que abre la puerta a su integración en las líneas de producción.

"Si la industria lo adopta", indican, "esperamos que las empresas puedan fabricar baterías no inflamables utilizando sus instalaciones existentes para las de iones de litio". Un punto clave que reduce al mínimo la inversión necesaria.