Publicada

El cerebro es el órgano responsable del movimiento, el pensamiento, las emociones, el lenguaje, la memoria o el aprendizaje y su deterioro o alteración está detrás de las más de 23 millones de personas que padecen algún tipo de enfermedad neurológica en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

A pesar de los avances de la neurociencia, las técnicas de análisis cerebral siguen requiriendo de voluminosas máquinas y complejos procesos para detectar las alteraciones que pueden indicar el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. Por eso, empresas como Connectome Health, con sede en Reino Unido y Suiza, están desarrollando métodos no invasivos para un acceso mucho más rápido y sencillo a esa información.

Su propuesta pasa por convertir el escáner cerebral en algo tan rutinario y fácil de hacer como un análisis de sangre o una visita al oculista. La clave está en una nueva tecnología de neuroimagen avanzada integrada en un casco que captura la actividad cerebral en tiempo real y proporciona datos sobre múltiples indicadores cognitivos.

"Nuestra misión es transformar la forma en que comprendes y cuidas tu cerebro, ayudándote a optimizar la concentración, la memoria, la resiliencia y la longevidad que se siente tan sencilla como seguir tus pasos", señala Lucas Scherdel, neurocientífico, CEO y cofundador de Connectome, en la web de la empresa.

El objetivo de la compañía trasciende el diagnóstico clínico, ya que lo que pretende ofrecer es un servicio de monitorización completa del cerebro, con sesiones de 30 minutos y un perfil asociado a cada usuario con el que consultar los datos y recibir recomendaciones para mejorar aspectos clave de la salud cognitiva.

Cómo funciona

La empresa toma su nombre del conectoma, término acuñado en 2005 que expresa el conjunto de las conexiones neuronales, de manera similar a genoma como conjunto de genes. Poco después surgió el Proyecto Conectoma Humano (HCP), financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NHI) de EEUU, con el objetivo de cartografiar el 'cableado' del cerebro.

Para estudiar este mapa, las herramientas convencionales son la resonancia magnética funcional y la tomografía por emisión de positrones (PET), que requieren de maquinaria muy costosa y exclusiva de grandes centros hospitalarios. Las conexiones del conectoma pueden ser también el primer indicio de problemas neurológicos que, de otra manera, podrían pasar desapercibidos.

Imágenes de un escáner cerebral usando espectroscopia funcional de infrarrojo cercano Nature Omicrono

La novedad que plantea Connectome Health es el desarrollo de un dispositivo portátil con forma de casco especialmente diseñado para aprovechar la información que puede aportar la espectroscopia funcional de infrarrojo cercano (fNIRS, por sus siglas en inglés), una técnica de neuroimagen que permite estudiar la actividad cerebral de forma no invasiva.

Su principio fundamental se basa en la relación directa que existe entre la activación de las neuronas y el aumento del flujo sanguíneo en esa zona específica del cerebro. Cuando un área cerebral incrementa su actividad, demanda una mayor cantidad de oxígeno, transportado por la sangre a través de la hemoglobina.

Los sistemas que usan fNIRS se encargan de monitorizar estos cambios en la oxigenación de la sangre para mapear qué partes del cerebro están trabajando.

Para lograr esta medición se utiliza un método óptico, empleando emisores que proyectan luz del espectro infrarrojo cercano sobre el cuero cabelludo. Esta luz, inofensiva para el ser humano, tiene la capacidad de penetrar el cráneo hasta alcanzar la capa más externa del cerebro, la corteza, encargada de controlar el pensamiento, la conciencia o el lenguaje.

La clave del sistema reside en que la sangre rica en oxígeno (hemoglobina oxigenada) y la sangre pobre en oxígeno (hemoglobina desoxigenada) absorben esta luz de manera diferente. Unos detectores recogen la luz que no ha sido absorbida, permitiendo medir las variaciones y determinar qué regiones cerebrales están recibiendo un mayor flujo de sangre oxigenada en tiempo real.

"Estamos trasladando la ciencia de la conectividad cerebral del laboratorio a la vida de las personas, para que todos puedan comprender cómo funciona su cerebro y cómo apoyarlo", señala Rufus Mitchell-Heggs, director científico de Connectome.

Perfiles cognitivos personalizados

Su objetivo va más allá del diagnóstico y plantean su servicio como una suscripción. Con sesiones puntuales de 30 minutos, el usuario lleva el casco mientras realiza tareas interactivas que permiten 'dibujar' mapas personalizados con los patrones de flujo de información de su corteza cerebral.

Después, un algoritmo de IA se encarga de procesar los resultados y generar un perfil cognitivo, al que el usuario puede acceder fácilmente a través de una app disponible en iOS y Android.

Detalle del dispositivo portátil de Connectome Connectome Health Omicrono

Además de detectar signos tempranos de deterioro, la aplicación ofrecerá todo tipo de consejos y actividades para mejorar elementos clave de la salud cerebral como la memoria, la concentración o la resiliencia mental "para alcanzar tu máximo potencial".

"Nuestro objetivo es capacitar a las personas para que utilicen sus datos como elijan, al tiempo que integramos a los médicos en el proceso lo antes posible", asegura Scherdel en una entrevista con Tech.eu. "En última instancia, nuestro objetivo es conectarnos directamente con los sistemas de salud y garantizar la autorización de comercialización clínica, haciendo que los escáneres cerebrales sean tan rutinarias y accesibles como los análisis de sangre".

Así, Connectome se dirige a un amplio sector de la población, ya sea personas que buscan mejorar su rendimiento o gente mayor que quiera prevenir posibles problemas neurológicos. También está pensado para quienes padecen TDAH u otras alteraciones, para que comprendan mejor cómo funciona su cerebro y dispongan de herramientas para gestionar mejor su día a día.

De momento, el dispositivo ha superado estudios clínicos que lo validan a la hora de identificar afecciones como la atrofia cerebral, el Parkinson o el Alzheimer, pero todavía no ha completado todas las certificaciones necesarias para ser utilizado como herramienta de diagnóstico. Para ser de los primeros en usarlo, tienen activo un formulario en su web para entrar en una lista de espera.

La meta final de los responsables de Connectome es construir "una infraestructura de datos que haga avanzar significativamente la investigación del cerebro", según Scherdel. "Ese es nuestro objetivo a largo plazo: crear una base de datos clínicamente estructurada que acelere el desarrollo de nuevas terapias y diagnósticos para trastornos cerebrales y salud mental", concluye.