Aunque la IA haya llegado para quedarse en España, los estragos que está causando no son pocos. Sus riesgos son cuantiosos, y su excesivo uso ha provocado problemas en industrias relacionadas con el texto y la educación. Tanto, que las universidades estadounidenses están volviendo a usar cuadernillos.
En las universidades estadounidenses se popularizó hace años un concepto conocido como los libros azules o libretas azules. Eran pequeños cuadernos que estudiantes universitarios y de secundaria usaban para realizar exámenes y tareas escritas.
Tal y como revelan investigaciones de WIRED y The Wall Street Journal, el último año ha vivido una explosión en ventas de este tipo de libros, olvidados después de la revolución digital. El motivo: el extendidísimo uso de la inteligencia artificial en la educación.
La IA ha trastocado la educación
Desde que la inteligencia artificial explotase en los años 2021 y 2022, los estudiantes han comenzado a usar herramientas como ChatGPT o Gemini para realizar sus tareas principales casi sin esfuerzo, incluyendo exámenes modernos.
Esto ha llevado a que los jóvenes no tengan siquiera que estudiar, sino que simplemente remiten su esfuerzo a una IA que les haga todo el trabajo. Está siendo un problema tal que algunas universidades han dado carpetazo a lo digital y han traído de vuelta estos cuaernos azules.
MacBook con el logo de OpenAI en un fotomontaje.
Universidades como la Texas A&M y la Universidad de Florida han experimentado aumentos de ventas de libros azules en el último año escolar en más de un 30 y un 50%, respectivamente. Durante los dos últimos años académicos, las ventas de la Tienda Estudiantil de California se dispararon un 80%.
Y es que la absoluta digitalización de las aulas ha llevado a que los estudios universitarios y de secundaria modernos se realicen con tabletas y ordenadores. A su vez, esto abre la puerta a que los estudiantes simplemente se valgan de una IA para hacer sus tareas.
Los cuadernos azules estadounidenses, odiados por las generaciones pasadas de los años 2000 y de la década de los 2010, son básicamente cuadernos que requieren un esfuerzo extra pero eliminan de la ecuación las inteligencias artificiales.
Un estudio llevado a cabo por el Wall Street Journal reveló que cerca del 89% de los estudiantes universitarios admitió usar ChatGPT para completar una tarea. A esto debemos unirle unas herramientas de detección de IA poco fiables y que no arrojan buenos resultados.
Junto a toda esta situación, cada vez más centros educativos de distintos rangos han popularizado la idea de prohibir todo tipo de dispositivos electrónicos en clase, ya sean smartphones, tabletas y ordenadores, para evitar precisamente el mal uso de estas IAs.
Es imposible determinar si esta solución es factible o no, pero es llamativo ver cómo las soluciones analógicas que habían quedado atrás en el tiempo desplazadas por la era digital están resurgiendo, precisamente, para hacer frente a los 'beneficios' de esta época dorada de la información digitalizada.