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Las energías renovables siguen avanzando hacia la descarbonización, sobre todo en países como España, donde el 60% de la producción energética proviene de aerogeneradores y placas solares, pero los objetivos de reducción del CO2 presente en la atmósfera siguen lejos de cumplirse. Ante este problema, muchos siguen considerando la energía nuclear como la gran tabla de salvación, sobre todo para alimentar las crecientes necesidades de electricidad de los centros de datos, con gigantes como Google, Microsoft, Meta o Amazon con proyectos ya en marcha en ese sentido.

Más allá de recuperar centrales en desuso o construir nuevas y costosas infraestructuras, las mayores esperanzas están puestas en los SMR (siglas en inglés de pequeño reactor modular). Estados Unidos lidera esta nueva carrera, con propuestas sorprendentes como la de integrar microrreactores nucleares en camiones para poder tener energía barata en cualquier lugar, pero Europa no quiere quedarse atrás. Uno de los últimos avances en ese sentido proviene de la compañía sueca Blykalla y la alemana Uniper, que han unido fuerzas para llevar a cabo el diseño, desarrollo y construcción del prototipo de un revolucionario reactor modular.

El que sería el primer reactor nuclear sueco en cerca de 40 años se ubicará en la central atómica de Oskarshamn, al sur del país. Su objetivo principal no será producir energía -ni siquiera tendrá combustible-, sino demostrar la fiabilidad y seguridad de las tecnologías necesarias para su puesta en marcha. Según Bloomberg, las instalaciones estarán listas este verano y las pruebas comenzarán en el tercer trimestre de este mismo año, aunque el reactor comercial definitivo se retrasará hasta finales de la década o principios de la siguiente.

Qué lo diferencia

Lejos de las típicas chimeneas gigantes de las centrales nucleares convencionales, el tamaño compacto de los SMR y la tecnología que utilizan permite instalaciones mucho más pequeñas y con gran potencial para llevar energía a zonas aisladas o complejos industriales. Sus posibilidades en la producción de hidrógeno y la desalinización del agua también podrían contribuir a descarbonizar diversos sectores.

Dentro de los pequeños reactores modulares también hay varias aproximaciones diferentes, dependiendo de factores como el tipo de combustible o las necesidades del reactor en sí. En el caso del proyecto de Blykalla, llamado SEALER-One (Swedish Advanced Lead Reactor), apuestan por un concepto pionero, construido con materiales patentados para proteger las cápsulas de combustible de la corrosión que genera el uso del plomo líquido como refrigerante.

Los reactores nucleares modulares de la empresa sueca Blykalla

El plomo, utilizado habitualmente en los reactores nucleares de los submarinos, puede corroer y erosionar las estructuras de acero inoxidable, lo que ha evitado su uso de forma más extendida. Pese a eso, es una sustancia con muchas ventajas añadidas: "es un blindaje contra las radiaciones y enfría el sistema al tiempo que garantiza la retención de los elementos radiactivos", señalan en su página web.

Además, la temperatura de ebullición del plomo es de 1.700 ºC, clave para facilitar un sistema de baja presión y para ofrecer una seguridad pasiva. Eso quiere decir que el reactor no requiere suministro de electricidad, otros medios de alimentación o la acción humana para la refrigeración de emergencia del calor residual.

Así, incluso en caso de accidente, fallo o catástrofe natural, si se altera el núcleo del reactor "los productos de fisión volátiles quedan retenidos en el refrigerante de plomo y no sería necesaria la evacuación de las personas que residen en los límites del emplazamiento". La gran innovación de los reactores propuestos por Blykalla y Uniper son los tres tipos de acero aleados con aluminio, desarrollados para resistir el desgaste y  la corrosión producidas por el plomo.

Combustible para 25 años 

Este reactor de prueba es sólo un primer paso hacia SEALER-55 que, como su nombre indica, alcanzará una potencia de 55 MW. Está previsto que su combustible con gran densidad de uranio dure 25 años. En este caso, los ingenieros de la empresa sueca han elegido el nitruro de uranio, que proporciona una vida útil del combustible un 40% más larga e implica mejoras en la seguridad, gracias a una conductividad térmica siete veces mayor en el combustible.

Diseño preliminar del edificio que albergaría el SEALER-One Blykalla Omicrono

La otra gran ventaja, además de la seguridad pasiva y la duración extendida del nitruro de uranio, es su tamaño compacto, de sólo 5 x 5 metros (o lo que es lo mismo, 25 m2). Las dimensiones reducidas de sus componentes favorecen así la escalabilidad y la repetición del proceso para establecer una cadena de producción. Así, el objetivo final de la compañía es iniciar su producción a principios de la década de 2030, con un objetivo inicial de fabricación de 1.000 unidades

"El reto de la nueva energía nuclear es que su construcción lleva mucho tiempo y que históricamente ha sido muy cara", aseguró Jacob Stedman, CEO de Blykalla, en declaraciones a Bloomberg. "Pero con nuestros SMR tenemos una solución que será mucho más barata y rápida".

En el mismo artículo de la cabecera estadounidense señalan las intenciones de la compañía de construir primero un reactor de 70 MW, para posteriormente doblar esa capacidad hasta los 140 MW. Ese futuro reactor permitiría abastecer las necesidades energéticas de ciudades de unos 300.000 habitantes, como Alicante, Vigo o Córdoba, en el caso de España. 

Otro de los planes de futuro de Blykalla es utilizar sus SMR para "revolucionar el panorama energético de la industria marítima". Y van camino de conseguirlo, ya que SEALER es uno de los cinco diseños de reactor SMR elegidos para el proyecto noruego NuProShip, que busca "una solución energética viable y rentable para los buques marítimos".

En los próximos años, la iniciativa analizará las características y las necesidades operativas de cada diseño de SMR para elegir el más adecuado y versátil. Entre sus ventajas frente a otros modelos, los responsables de Blykalla destacan "su adaptabilidad a variantes más pequeñas y su idoneidad para aplicaciones SMR de alta temperatura".