El mundo de la construcción está en medio de una gran transformación gracias a las diferentes innovaciones tecnológicas. Una de ellas es la impresión 3D, técnica que se usa en España y en todo el mundo, que inicialmente se asociaba a la creación de objetos pequeños, pero que ha evolucionado hasta el punto en que ahora es capaz de erigir edificios completos en un abrir y cerrar de ojos. Por ejemplo, ya existen unas viviendas que se construyen en menos de 48 horas y, ahora, en Guatemala se ha impreso en 3D en sólo 26 horas una casa que es capaz de soportar terremotos.

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Progreso, una empresa cementera, ha fabricado recientemente el primer edificio impreso en 3D de Guatemala. Se trata de un prototipo de vivienda que se ha diseñado específicamente para resistir la actividad sísmica local. Además, también destaca por combinar esta moderna técnica de construcción con la artesanía tradicional de la zona, ya que el tejado está hecho totalmente de paja.

Esta casa, que todavía no tiene nombre, se ha edificado utilizando una impresora BOD2 de COBOD, que es la máquina de este tipo más vendida del mundo y ya se ha utilizado en otras localizaciones, como en la India, donde 'levantó' una oficina de correos. Un proceso de construcción, en el caso de Guatemala, que consistió en que la impresora expulsara y colocara una mezcla similar al hormigón por capas, siguiendo un plan establecido para levantar el armazón de la estructura.

En sólo 26 horas

Una de las principales características de esta vivienda es que su impresión duró apenas 26 horas, aunque, eso sí, se extendió a lo largo de siete días. Una vez terminado el armazón de hormigón, los obreros tuvieron que añadir las ventanas, el cableado y la fontanería, así como todo lo necesario para poder vivir. También instalaron el tejado de paja de palma, que es tradicional de la región.

Este tipo de tejado se ha utilizado durante generaciones en América Latina, ya que es barato, proporciona confort térmico y es muy adecuado para regiones sísmicas debido a la flexibilidad y ligereza del material. Después de ello, los obreros colocaron los listones de madera con el objetivo de favorecer la ventilación natural. La casa tiene 49 metros cuadrados, repartidos en una planta, y viene con una distribución interior sencilla.

La casa junto con la impresora 3D. COBOD Omicrono

Contiene una sala de estar central, amueblada con una mesa y sillas, así como una pequeña zona de cocina con algunos armarios y un fregadero. También dispone de una habitación y un cuarto de baño. "El proyecto ha logrado validar la viabilidad estructural de la impresión de construcciones en 3D en una región propensa a los seísmos", explica un representante de Progreso en un comunicado de prensa.

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