La irrupción de las bicicletas eléctricas no es lo único que está marcando la evolución del diseño del vehículo de dos ruedas. Algunos de sus elementos más básicos, como los pedales, ya están siendo rediseñados para obtener más rendimiento o para evitar lesiones. Otro de los componentes esenciales de cualquier bicicleta, las ruedas, también están siendo objeto de investigación por ingenieros de todo el mundo, España incluida, para aportar innovaciones como convertir el peso en propulsión gracias a un sistema de muelles.

Una de las novedades más esperadas, porque los intentos de conseguirlo no han llegado a buen puerto, es la de las ruedas sin aire, que por su propia estructura no pueden sufrir pinchazos y no hace falta rellenarlas con una bomba si llevas un tiempo sin usar la bici. Todo puede cambiar gracias a la startup estadounidense SMART Tire Company, que hace dos años ya presentó su prototipo METL basado en tecnología de la NASA y ahora está un paso más cerca de hacerlo realidad gracias a una exitosa campaña de crowdfunding en Kickstarter, con la que busca empezar a fabricarlas en serie.

La compañía dice tener a 10.000 ciclistas en lista de espera para probar sus revolucionarios neumáticos, que además de su tecnología antipinchazos tienen una innovadora memoria de forma. Eso permite que se adapten a las condiciones del firme, lo que conlleva una conducción suave y cómoda en distintos tipos de terreno.

Primeros pasos

Desde hace décadas, la NASA trabaja en reinventar la rueda a través de su experiencia enviando rovers a la Luna y a Marte, donde las condiciones son extremas y no se encuentran fácilmente neumáticos de repuesto. De ahí proviene el "neumático superelástico" que no se puede pinchar ni romper a raíz de un impacto contra una roca marciana, incluso si transporta grandes cargas. Gracias a su aleación con memoria de forma (también conocida como SMA) se adaptan al entorno y vuelven a su estado original cuando no están sometidas a presión.

Desde su fundación en 2020, SMART Tire Company se asoció con el Glenn Research Center de la NASA gracias al Space Act Agreement, que permite que empresas privadas trabajen con la agencia espacial estadounidense para fabricar y desarrollar nuevos productos. Así, la tecnología puntera desarrollada por ingenieros aeroespaciales acaba convertida en productos de consumo, que sirven a su vez para testear las propiedades y posibilidades de los inventos destinados a hacerle la vida más fácil a los astronautas.

Rueda de bicicleta comparada con las desarrolladas por la NASA SMART Omicrono

La base de los neumáticos METL, que son huecos y por lo tanto sí contienen algo de aire (aunque no está presurizado ni es necesario para que mantengan su forma), es un muelle que recorre su circunferencia completa. Está fabricado con una aleación de níquel y titanio con memoria de forma llamada Nitinol, que según los responsables de Smart Tires es "tan fuerte como el titanio y elástica como el caucho".

Además, este material ofrece el mayor retorno de energía conseguido anteriormente en cualquier neumático y una durabilidad extrema pese a su ligereza gracias a las propiedades únicas del Nitinol.

Ultrarresistentes y ligeros

Como el material se desarrolló originalmente para entornos extremos en el espacio, su rendimiento no se ve afectado por ningún cambio de temperatura en la Tierra (soportan hasta 230 bajo cero). Su estructura interna puede durar toda la vida útil del vehículo, por lo que sólo necesitarás un juego de neumáticos que, eso sí, tienen un precio elevado.

El muelle de Nitinol está acompañado por un material de polímero y caucho, que da forma a los lados transparentes y a la banda de rodadura, que es reemplazable. Aunque para necesitar su sustitución hay que usar la bicicleta con una frecuencia inusitada: aguanta sin cambios entre 8.047 y 12.875 kilómetros, dependiendo del terreno.

Una de las demostraciones de neumáticos METL SMART Tire Company Omicrono

La peculiar estructura de los neumáticos METL permite además aligerar las bicicletas. El peso de los prototipos de 35c para carretera/grava pesa únicamente 450 gramos, en torno a la mitad del peso habitual de neumáticos convencionales del mismo tamaño.

Para los que aporten sus fondos ahora, mientras dure la campaña de promoción en Kickstarter, el precio de dos neumáticos se sitúa en 500 dólares (470 euros, aproximadamente). Pero hay otras opciones más premium, como juegos completos de ruedas METL con llantas de aluminio o fibra de carbono, lo que eleva el coste a 1.300 y 2.300 dólares (1.215 y 2.150 euros). Si finalmente entran en producción, las primeras entregas se llevarían a cabo en junio de 2024.

Y después, los coches

Los neumáticos METL para bicicletas son sólo el primer paso en la estrategia de SMART Tire Company. De tener éxito, sus intenciones pasan por comercializar a gran escala neumáticos construidos con la misma tecnología pero adaptados a distintos tipos de vehículos, como patinetes, coches, tractores y hasta sillas de ruedas o aviones.

Para ello, ya han llevado a cabo entrevistas con clientes de todos los sectores, para calcular el precio de los diferentes diseños y tamaños de neumáticos. Esa investigación les ha permitido conocer el enorme potencial que existe en muchos sectores del mercado

Rueda de bicicleta desarrollada con la NASA SMART Omicrono

De hecho, ya han probado un prototipo radial en un Jeep, y ven los futuros vehículos autónomos, que serán más pesados, como una gran oportunidad, ya que necesitarán neumáticos más duraderos. La mejora en la eficiencia del combustible y la reducción en los costes de mantenimiento ya han llamado la atención de algunas de las principales empresas de transporte de larga distancia de Estados Unidos.

En el sector aeroespacial, este tipo de ruedas permitirían reducir entre 45 y 453 kilos de carga útil en el tren de aterrizaje, que ya no dependería de neumáticos muy pesados inflados a 200 psi. Eso supondría una disminución decisiva en la cantidad de combustible y en el coste general de cada vuelo.

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