Cuando hablamos de suministro de energía, hay que saber diferenciar entre, por ejemplo, dar luz a una casa en España o iluminar una zona histórica. El patrimonio histórico baila en una delgada línea en la que necesita ser accesible para las masas turísticas (lo que implica un gasto en energía sí o sí) y que se respete lo máximo posible su integridad. En Pompeya se ha llevado a cabo una solución ideal para esta situación: paneles solares invisibles.

Un poco de contexto. Las ruinas de Pompeya, la famosa ciudad arrasada por el Vesubio acoge a millones de turistas de todo el mundo. Según la CNNhasta 3,5 millones de personas recorren la antigua ciudad romana para ver cómo quedó petrificada en el tiempo. Lógicamente, su tamaño hace necesaria una infraestructura para proporcionar luz al lugar, algo complicado si se quiere respetar dicho matrimonio.

Para ello han instalado una serie de paneles que se camuflan con el entorno, ya que imitan los materiales tradicionales de la zona en la que se instalan. Por ejemplo, estos paneles se instalaron en la famosa Casa Cerere, un termopolio en el que se podían comprar alimentos preparados. Algo así como un bar prehistórico.

Paneles en forma de tejas

Tanto la propia Casa Cerere como la Casa de los Vetti (en restauración más de dos décadas) han recibido esta ración de tejas. Estas, llamadas "tejas fotovoltaicas tradicionales", fueron desarrolladas por la firma Dyaqua, y se pueden diseñar para que imiten no solo la propia piedra, sino madera, hormigón, o ladrillo. Además, se pueden ocultar en suelos, techos o incluso paredes.

Y no son los únicos lugares. Otros emplazamientos que están adoptando esta solución ecológica incluyen la comuna de Vicoforte en Italia y en el Museo Nacional de las Artes MAXXI, ubicado en Roma. Le seguirán edificios en Croacia o Portugal, en los que se instalarán también estos paneles.

Instalación de los paneles invisibles.

Los azulejos de los paneles están producidos bajo encargo por Dyaqua y se confeccionan en Camisano Vicentino. Están hechas de un compuesto de polímero, que permite que los rayos del sol se filtren. Las células fotovoltaicas se integran a mano y se cubren con la capa de compuesto polimérico. Dyaqua explica que el cliente tan solo tiene que especificar cuál es el material a imitar, y ellos se encargarán.

Según expone Gabriel Zuchtriegel, director del parque arqueológico de Pompeya, la cuestión está en la conservación de la ciudad. "Pompeya es una ciudad antigua que en algunos lugares se conserva por completo". El tamaño de la ciudad exigía un sistema de iluminación extenso, lo que hubiera obligado a instalar mobiliario que hubiera "desfigurado el paisaje".

Tejas camufladas. Dyaqua Omicrono

Zuchtriegel celebra cómo, con esta solución, se respeta toda la zona y se ahorran "millones de euros", ya que además de no requerir una gran instalación, se reducirá la factura de la luz debido a que son básicamente paneles solares. "Somos un sitio arqueológico, pero también queremos ser un laboratorio de la vida real para la sostenibilidad y la valorización del patrimonio intangible", explicó.

La idea es sencilla; conseguir que el patrimonio cultural, en palabras del director, se pueda "gestionar de una forma diferente y más sostenible", ayudando a aplicar esfuerzos de sostenibilidad en campos relacionados con la arqueología y a reducir los costos de energía asociados a su mantenimiento de cara al turismo.

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