Una investigación ha revelado a Sergey Brin, cofundador de Google, como el único donante detrás de GSD, un equipo secreto compuesto por ex-militares que viaja a zonas en necesidad, y que ahora lucha contra el COVID-19.

Brin es la octava persona más rica del mundo, al haber fundado todo un imperio de Internet: Google (ahora Alphabet). Después de más de dos décadas dirigiendo al gigante, el pasado diciembre Brin y su compañero Larry Page decidieron dar un paso atrás, aunque su influencia aún se nota en la compañía.

Claro, que Brin no se ha quedado quieto; según una investigación publicada por The Daily Beast, el magnate mantiene por si solo un equipo de élite especializado en reaccionar a todo tipo de desastres naturales, una especie de Equipo A que aparece sólo cuando se le necesita.

El Equipo A del cofundador de Google

El concepto de Global Support and Developtment (GSD) nació en 2015, cuando un superyate llamado 'Dragonfly' pasó cerca de las islas de Vanuatu, en Oceanía, justo después de que sufriesen el impacto del ciclón Pam.

La situación en el archipiélago era tan mala que el capitán del yate llamó a Sergey Brin por si pudese enviar ayuda; Brin le puso en contacto con Grant Dawson, que fuera teniente en la fuerza naval de los EEUU y que entonces formaba parte de su equipo de guardaespaldas.

Sergey Brin, en la presentación de las Google Glass

Dawson usó sus contactos en la fuerza aérea y naval para crear un pequeño equipo de élite, que en apenas 18 horas reunió todo tipo de provisiones y bienes y se dirigió a las islas de Vanuatu para ayudar en secreto.

Un equipo de élite compuesto por ex-militares

Los resultados debieron ser buenos, porque Brin decidió financiar en solitario la formación de GSD como una organización caritativa, cuya composición y financiación eran todo un secreto hasta hace pocas horas.

Ahora se sabe que GSD está compuesto de unos 20 empleados a tiempo completo, más unos 100 contratistas alrededor de todo el mundo, a una llamada de distancia. El objetivo de GSD es ser de los primeros en reaccionar a todo tipo de desastres naturales, moviéndose por todo el globo usando el mencionado superyate.

El yate Dragonfly permite incluso aterrizar un helicóptero

Desde 2015, GSD ha asistido en varias regiones alrededor del planeta, normalmente en respuesta a desastres naturales como huracanes, terremotos y volcanes. Sin embargo, su última misión es muy diferente: están luchando contra el COVID-19. El equipo está en la zona de California, donde han sido los primeros en instalar dos laboratorios de pruebas de tipo 'drive-through', realizando unos 8.000 test hasta ahora.

El secreto de Sergey Brin

Los empleados tienen transfondo militar, y la mayoría son antiguos soldados que trabajan como tales; aunque a bordo del yate tienen todo tipo de comodidades, desde helados a colada fresca mientras trabajan en tierra.

El dinero de Brin no solo ha servido para contratar a estos ex-soldados, sino también para comprar la última tecnología, como drones y radar de sónar para encontrar a posibles víctimas.

Este proyecto parece algo más propio de una película, y ya ha recibido algunas críticas; pese a que su misión sea admirable, el gran secretismo con el que se realiza puede levantar sospechas. El hecho de que un equipo secreto tenga capacidad de aparecer en cualquier parte del mundo, incluso antes que los gobiernos, en un yate de 80 millones de dólares es poco menos que chocante.

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