Tanto de la mano de Neuralink de Elon Musk como de otras compañías, se han puesto de moda los implantes cerebrales, con interfaces cerebro-máquina (BCI) que entre otras cosas permite a pacientes incapacitados a tener una vida mucho más normal.
La startup Paradromics, que se especializa precisamente en este tipo de interfaces con sus propios implantes, ha recibido luz verde para realizar ensayos clínicos en humanos, con la esperanza de restaurar la capacidad del habla en pacientes con parálisis.
En este sentido, pondrán a prueba el implante Connect-One, que usa la interfaz BCI Connexus de la startup. Unos dispositivos que presumen de contar con más de 400 electrodos de platino e iridio que registrarán señales cerebrales al posicionarse directamente en el cerebro.
Probarán este implante en personas humanas
Tal y como adelantan tanto Paradromics como New Atlas, la empresa centrada en dispositivos BCI consiguió la aprobación expresa para realizar un estudio clínico que evaluase si esta interfaz BCI era segura en humanos.
Este estudio que se celebrará en el primer trimestre de 2026 aglutinará a dos personas con parálisis que poseen capacidades limitadas para hablar y moverse. Este será solo el inicio, ya que si no se producen inconvenientes, se ampliará el estudio a 10 pacientes.
Connexus, de Paradromics.
Paradromics, afincada en Austin y con varias aprobaciones de la FDA en su haber, ha logrado una excención para dispositivos en investigación (IDE, por sus siglas en inglés) para un estudio EFS de viabilidad temprana.
Cabe aclarar que, según relata Paradromics, esta es la primera compañía en lograr un IDE para probar un BCI implantable que permita a pacientes hablar de nuevo. Se trata, concretamente, del dispositivo Connexus con el sistema Connect-One.
La interfaz BCI Connexus promete precisamente que personas afectadas por problemas de motricidad tales como ELA, accidentes cerebrovasculares o lesiones medulares puedan comunicarse de nuevo, e incluso utilizar ordenadores.
Este BCI traduce las señales neuronales recogidas por el implante en habla sintetizada, texto y control del cursor. La clave es que presenta un sistema de comunicación con alta velocidad de datos con replicación de acciones complejas de las manos con el ratón y el teclado.
Implante de Paradromics.
El implante como tal está diseñado en metales de grado médico, equipando un cuerpo de aleación de titanio con más de 400 electrodos increíblemente diminutos, con 40 micras de diámetro. Esto es un diámetro menor al de un pelo humano.
Los electrodos, fabricados en platino e iridio, disponen de un procesamiento integrado que registra las señales cerebrales con un flujo de datos de alta velocidad y con una latencia reducida. Estos se colocan bajo la piel, extendiéndose justo debajo de la superficie cerebral.
Tanto la interfaz BCI como sus componentes, incluyendo su transceptor interno, se implantarán de forma quirúrgica, siendo relativamente invasivos respecto a otras soluciones del mercado basadas en puro software.
Las señales cerebrales emitidas por las neuronas individuales presentes en la corteza motora se enviarán mediante un cable conectado a un transceptor ubicado en el pecho. Dicho transceptor pasará estos datos de forma inalámbrica a un segundo transceptor con un enlace óptico.
Implante Connexus.
El segundo transceptor se encargará de proporcionar energía al sistema con carga inductiva, creando un circuito funcional completo. Todos estos datos se enviarán a un ordenador equipado con modelos LLM y algoritmos de inteligencia artificial.
Serán estos modelos los que analicen toda la información cerebral recogida por las interfaces y electrodos para traducir estas señales. Los dos participantes principales recibirán una matriz de electrodos directamente en la corteza motora.
La corteza motora se encarga precisamente de planificar, controlar y ejecutar funciones motoras y movimientos voluntarios, que entre otras cosas también habilitan el habla, trasladando la información recogida en esta zona cerebral al BCI.
Se podrá transformar esta información en un sistema de control de dispositivos externos o en palabras mostradas en pantalla o relatadas en un sistema de comandos de voz.
Infografía del implante.
Si bien es cierto que el sistema BCI se tendrá que implementar de forma quirúrgica en los pacientes, cabe aclarar lo reducido del implante. Según Paradromics, estas interfaces tendrán un ancho de 7,5 mm y una profundidad de 1,5 mm.
El objetivo según la startup es que los pacientes escogidos para el ensayo intenten pronunciar frases concretas y que el ordenador las reproduzca en forma de voz o texto, aprendiendo por el proceso a determinar la naturaleza de la actividad cerebral.
Los modelos de IA y lenguaje integrados en el dispositivo externo aprenderán a distinguir qué patrones presentan las actividades neuronales recogidas, asociándolas a cada sonido del habla y así 'permitir' que estos pacientes puedan comunicarse.
Paradromics espera convertir esta información en audio prácticamente en tiempo real generando una voz sintética usando grabaciones antiguas de las conversaciones de los participantes. El éxito de este ensayo será clave para la expansión de estas pruebas a un número mayor de pacientes.
