La guerra de los superordenadores para inteligencia artificial está servida. En España ya copan titulares, con empresas como Huawei desarrollando sus propias soluciones para superar a una Nvidia fuerte en este terreno.
Apenas dos años después de que Nvidia presentara DGX GH200, su propia solución de supercomputación de memoria masiva para IA emergente, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha puesto en marcha su propio superordenador de IA.
Y no uno cualquiera: el TX-Gain se postula como el superordenador más potente nunca visto antes en una universidad de Estados Unidos, posicionándose como el primero en el listado TOP500 de los mejores superordenadores en varias categorías distintas.
El superordenador de IA del MIT
El TX-GAIN es un equipo específicamente diseñado para desarrollar y aplicar sistemas de IA generativa, produciendo cálculos intensivos que permitan iterar sobre esta tecnología en campos más allá del lenguaje.
Una de las claves del TX-GAIN es la presencia de 600 aceleradores de GPU de Nvidia, también diseñados para operaciones de inteligencia artificial y computación de alto rendimiento.
Instalaciones del TX-GAIN.
Así, el superordenador del MIT se alza con un rendimiento máximo de dos exaflops de IA, o lo que es lo mismo, dos quintillones de operaciones de coma flotante por segundo. Gracias a esto el TX-GAIN se convierte en el sistema de IA más potente del noroeste de EE.UU.
Desde el MIT hacen una distinción entre los sistemas de IA tradicionales, que se centran sobre todo en tareas de categorización (por ejemplo, identificar la naturaleza de un sujeto en una foto). La IA generativa se basa en resultados completamente nuevos y extrapolación.
Aunque los modelos grandes de lenguaje o LLM están siendo la baza principal de muchos laboratorios de IA, el Laboratorio Lincoln que aprovechará el poder de TX-GAIN irá mucho más allá de estos ámbitos.
En palabras del MIT, usarán la IA generativa para evaluar señales de radar, complementar datos meteorológicos en zonas sin cobertura, detectar anomalías en el tráfico de red y explorar interacciones químicas para diseñar nuevos medicamentos y materiales.
Superordenador TX-GAIN.
Jeremy Kepner, investigador del Laboratorio Lincoln y director del Centro de Supercomputación Lincoln (LLSC) explica que la potencia del TX-GAIN permitirá a los investigadores "lograr avances científicos y de ingeniería".
En palabras de Kepner, el sistema "desempeñará un papel importante en el apoyo a la IA generativa, la simulación física y el análisis de datos en todas las áreas de investigación".
Rafael Jaimes, investigador del Grupo de Sistemas Contraarmas de Destrucción Masiva del Laboratorio, detalla las bondades a nivel científico que presenta la enorme capacidad de computación del TX-GAIN.
"TX-GAIN nos permite modelar no solo muchas más interacciones de proteínas que nunca, sino también proteínas mucho más grandes con más átomos", dice Jaimes. Esto supone "un cambio radical para los esfuerzos de caracterización de proteínas en la defensa biológica".
LLSC del MIT.
El superordenador del MIT permitirá crear sistemas de IA generativa que lejos de reconocer patrones, los generará. Se podrán entrenar modelos generativos (de nuevo, no solo en el terreno del lenguaje) que ayuden a nuevos descubrimientos científicos.
Kepner imagina un entorno en el que usar el poder de un superordenador "se sienta como trabajar en un portátil". Para ello, se basan en un enfoque intuitivo que permita a la gente "ejecutar su modelo y obtener respuestas rápidamente desde su espacio de trabajo".
Desde el MIT aclaran que el TX-GAIN fortalecerá las colaboraciones en materia de investigación con el MIT, incluyendo colaboraciones con el Centro de Ingeniería Cuántica o el Observatorio Haystack, entre otros.
Según el Instituto, la última iniciativa está encargándose de desarrollar "prototipos, escalando y aplicando rápidamente tecnologías de IA para la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial de EE.UU, optimizando la programación de vuelos para operaciones globales como un ejemplo ya implementado".
