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La edad no perdona, y no es raro ver personas en España afectadas por problemas de visión. Neuralink de Elon Musk promete devolver la vista a estas personas, mientras se desarrollan ojos biónicos que aseguran acabar con estos problemas.

Ahora, un sistema de implante junto a unas gafas especiales buscan acabar con la atrofia geográfica de degeneración macular asociada a la edad (DMAE), también conocida como degeneración macular asociada a la edad (AMD).

El implante, desarrollado por la empresa Science Corporation y que contó con la participación del Departamento de Oftalmología del Hospital Universitario de Bonn, aspira a restaurar la visión central funcional de pacientes afectados.

Unas gafas con un implante para recuperar la visión

El estudio, ya revisado por pares, fue publicado en el New England Journal of Medicine, con resultados de un ensayo clínico que mostró la eficacia del sistema de implante, apodado como sistema de micromatriz de implante de retina fotovoltaico (PRIMA).

El dispositivo consta de un pequeño implante retiniano, que se alimenta por luz junto a unas gafas especiales que sirven de enlace de comunicación para el implante. Las gafas proporcionan datos inalámbricos y energía al chip.

Infografía del proyecto PRIMA.

Le sigue un sistema de interfaz cerebro-computadora (BCI) que en su conjunto, estaba pensado para paliar los aspectos más lesivos de la atrofia geográfica debido a la degeneración macular asociada a la edad.

El implante fotovoltaico subretiniano se sirve de las gafas, que proyectan luz infrarroja cerca del implante para "restaurar la visión en áreas con atrofia retiniana central", dice el estudio.

La idea es que el implante reciba las señales de estas gafas, equipadas con una cámara frontal que proyecta imágenes infrarrojas en la retina artificial. Además, tiene una función de zoom que amplía las imágenes si fuera necesario.

El implante es minúsculo, ya que mide apenas 2 mm x 2 mm x 30 30 µm. Dispone de un perfil ultradelgado con un sistema de integración inalámbrica.

Tamaño del implante. Science Corporation Omicrono

Las pruebas con pacientes fueron todo un éxito. El estudio fue abierto, prospectivo y multicéntrico, y se evaluó la visión de pacientes con DMAE con y sin las gafas PRIMA en rangos de entre 6 y 12 meses.

Se otorgó PRIMA a nada menos que 38 pacientes, de los cuales 32 pudieron ser evaluados a los 12 meses (3 habían fallecido, 2 no estaban disponibles para las pruebas y 1 se retiró).

En palabras del estudio, PRIMA logró una mejoría "clínicamente significativa" en la agudeza visual de 27 de los participantes. Estimaron que alrededor del 80% de estos los participantes habían tenido una mejoría clara en el período de un año.

Frank Holz, autor principal del artículo en el The New England Journal of Medicine relató que el avance pretende brindar "esperanza a los pacientes necesitados", cuyas tecnologías pioneras "tienen la capacidad de transformar vidas".

Lugar del implante. Science Corporation Omicrono

El origen de toda esta iniciativa comienza en la Universidad de Stanford, donde investigadores estaban realizando pesquisas sobre cómo devolver la visión a personas afectadas por DMAE.

El proyecto cruzó el charco hacia una serie de clínicos e investigadores afincados en Europa. En este sentido, el proyecto ha contado con la ayuda de investigadores como José-Alain Sahel, miembro del equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, Pensilvania.

Si el proyecto sale adelante y se realiza un lanzamiento comercial de este dispositivo, millones de personas potenciales se podrían ver beneficiadas de este avance tecnológico, que haría la vida más fácil a muchos usuarios.