Un icono de la tecnología está de vuelta. Los que empezamos ya a peinar canas vivimos el boom de las cámaras desechables, esos dispositivos que permitían inmortalizar momentos en una veintena de disparos sin posibilidad de error. Ahora, Fujifilm lo trae de vuelta.
La compañía tokiota vuelve a poner en el mercado su emblemática cámara de un solo uso Quicksnap. Lo hace con un diseño ligeramente renovado pero sin renunciar a ese encanto atemporal de la fotografía analógica.
La nueva versión destaca por su ligereza, practicidad y estética de siempre. Vuelve con una película de formato 135, con su distintivo estilo cinematográfico y la autenticidad de los carretes de la firma.
Fujifilm QuickSnap
El diseño y la estética de la cámara se han convertido en parte fundamental de su identidad. En este sentido, Fujifilm ha decidido recuperar elementos tan emblemáticos como el aspecto, el logotipo original, el logotipo corporativo y su color verde tradicional, con el objetivo de devolverle la esencia y reconocimiento a esta representativa cámara de un solo uso que ha formado parte de la vida de muchas generaciones.
Su funcionamiento sencillo y funcional hace que siempre está lista para acompañar al usuario en escapadas, viajes, rutas, festivales de música o simplemente, en el día a día. Incluye pilas con lo que bastará con girar el dial y presionar el disparador.
La magia de este dispositivo es que cada disparo es único. Ofrece 27 disparos, sin previsualizaciones y sin repeticiones. Solo el usuario, la luz del momento y ese instante que no volverá. Además, cuenta con un flash integrado con alcance de 3 metros que se puede activar fácilmente con el botón situado en la parte frontal de la cámara.
Uno de los detalles importantes del modelo, así como su precio (19,95 euros), es su peso, que se queda en 90 gramos. Además, tiene un formato compacto, la convierte en la compañera perfecta para llevar en el bolsillo y capturar momentos en cualquier lugar.
Fujifilm QuickSnap
“El regreso de la QuickSnap es una invitación a reconectar con la esencia de la fotografía analógica. En un mundo saturado de filtros y pantallas, con esta cámara queremos devolver al usuario la emoción del disparo único y del instante irrepetible. Este relanzamiento es más que la vuelta de una cámara, se trata de una distinción de valor a nuestra historia y una apuesta por un futuro más creativo”, explica Héctor Rodríguez, brand manager Instax and consumer products.
Asimismo, Rodríguez ensalza ese "placer de la fotografía analógica, creativa y de un solo uso sigue en auge impulsado por el legado de Fujifilm. El momento “wow” tras el revelado de las fotos sigue siendo una experiencia incomparable y única”.