Publicada

La seguridad en la carretera es una cuestión de vida o muerte. En 2024 fallecieron en España cerca de 300 motoristas en accidentes en vías interurbanas según datos de la DGT, y en muchos de ellos el casco no fue suficiente para evitar lo peor, a pesar de las continuas mejoras en elementos de protección como los cascos.

Cada avance tecnológico en este campo representa un paso hacia la reducción de lesiones y la protección de los usuarios. En este contexto, la empresa británica D3O ha emergido como un actor destacado, desarrollando un material innovador que ahora quiere llevar un paso más allá.

El material en cuestión es un polímero que desafía las leyes de la física combinando flexibilidad y resistencia de una manera única. Sus propiedades han facilitado su entrada en diversas industrias, desde el deporte profesional hasta el ámbito militar, gracias a su capacidad para absorber impactos y reducir las vibraciones.

D30 se puede moldear y adaptar a cualquier necesidad D30 Omicrono

Recientemente, la empresa ha anunciado sus planes para aplicar su tecnología en el desarrollo de Amp, su propio casco. "Es la pieza que faltaba en nuestra estrategia de protección contra impactos en el equipamiento para motocicletas", según Mostyn Thomas, director de marketing de D3O, en declaraciones recogidas por MCN.

Aunque todavía quedan por delante numerosos desafíos logísticos y de I+D para hacerlo realidad, los responsables de la marca británica se han marcado el objetivo de lanzar al mercado en 2027 esta alternativa a los cascos de moto convencionales.

Qué es D30

A diferencia del agua o el aceite, que siguen las leyes definidas por Isaac Newton y tienen una viscosidad constante, los fluidos no newtonianos cambian al ser sometidos a fuerzas o presiones.

D30, patentado por el ingeniero británico Richard Palmer en 1999, es un fluido no newtoniano que en estado normal es flexible y maleable, pero al recibir un impacto se endurece instantáneamente para absorber y dispersar la energía.

El material D30

Una vez que la fuerza cesa, el material vuelve a su estado original. Esta propiedad lo hace ideal para aplicaciones donde se requiere protección contra impactos sin comprometer la movilidad, ya que puede amoldarse fácilmente a otros cuerpos y su baja densidad lo hace ligero y fácil de llevar.

Aunque su formulación exacta es tan secreta como la de la Coca-Cola, sus componentes principales son polímeros especializados, a los que la marca ha aplicado un característico y llamativo color naranja presente en todos sus productos.

Su producción requiere precisión extrema y los ingredientes se mezclan bajo condiciones muy controladas para lograr las propiedades no newtonianas deseadas. Su origen líquido permite moldearlo para obtener diversas formas y espesores, según la aplicación específica deseada.

En cuanto a sus propiedades técnicas, el D3O tiene una densidad de 0,5 a 0,65 g/cm3 y es fiable en un amplio rango de temperaturas que van de -55°C a 120°C. Además, el material no es tóxico y puede soportar hasta 40 lavados a 40°C sin perder sus propiedades.

Aplicaciones prácticas

Desde su llegada al mercado, D3O ha encontrado aplicaciones para su revolucionario material en diversos campos. Uno de sus primeros usos conocidos fue durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006, cuando el equipo estadounidense de esquí estrenó prendas de protección con tecnología D3O incorporada.

Sus aplicaciones deportivas son múltiples, aunque se centran principalmente en cascos para deportes de contacto, fútbol americano, béisbol o lacrosse. Aun así, la gama más amplia de productos de diversas marcas que utilizan D3O se centra en protecciones para ciclistas y motociclistas, desde rodilleras y coderas hasta guantes y chaquetas reforzadas.

Los cascos militares IHPS del Ejército de EEUU utilizan protecciones D30 Delta Three Oscar Omicrono

En el sector militar y de las fuerzas de seguridad, el material también ha sido adoptado hace años para mejorar la protección de los soldados. En 2020, la empresa se convirtió en el proveedor de almohadillas de suspensión para los cascos del Sistema Integrado de Protección del Casco (IHPS) de las Fuerzas Armadas de EEUU.

Estas almohadillas ayudan a reducir el riesgo de lesiones cerebrales traumáticas al absorber y dispersar la energía de los impactos de forma instantánea y muy localizada.

Además, aunque no es el material principal, también se ha usado como elemento complementario del kevlar o la cerámica balística en chalecos antibalas, especialmente para absorber impactos secundarios y reducir el traumatismo por contusión.

Otra de sus aplicaciones más sorprendentes tiene que ver con los teléfonos móviles, ya que el D30 se usa también para fabricar carcasas para smartphones que ofrecen una protección similar a la de los modelos más resistentes del mercado.

Casco de moto

Visto lo visto, lo raro es que D30 todavía no hubiera desarrollado sus propios cascos de moto. De hecho, es algo en lo que llevan trabajando desde 2022, cuando desvelaron Amp, el primer diseño conceptual.

Su apuesta se centra en conseguir unas protecciones que absorban mejor los impactos leves, como los de las ramas de un árbol. Es algo en lo que pueden contribuir decisivamente añadiendo almohadillas de este material en el interior de un casco convencional.

Piezas protectoras de material D30 D30 Omicrono

"Queremos revolucionar el mercado, ya sea en peso, comodidad o rendimiento, pero también debemos considerar cómo se integra el producto con la carcasa principal del casco", asegura el propio Mostyn Thomas. "Es muy difícil pedirle a una marca que desperdicie 40 años de cadena de suministro y operaciones".

Los materiales EPS (espuma de poliestireno expandido) que se usan actualmente en los cascos de moto están muy asentados en el sector, gracias a su ligereza, la facilidad de fabricación y su bajo coste. Sin embargo, en combinación con el D30, pueden ofrecer un rendimiento superior, que en última instancia se traduzca en menos lesiones y víctimas mortales en carretera.