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La constelación de geoposicionamiento europea Galileo está a punto de incorporar dos nuevos satélites. Este próximo miércoles 17 de diciembre, cuando el reloj marque en España las 6:01 de la mañana, un cohete encenderá sus motores con los dos orbitadores en su interior.

La misión, denominada VA266, tendrá como vehículo de lanzamiento un cohete de la versión 62 —un Ariane 6 con dos boosters— y se efectuará desde el Centro Espacial Guayanés, ubicado en Kourou (Guayana Francesa).

En este decimocuarto lanzamiento del programa Galileo, los satélites denominados SAT 33 y SAT 34 se colocarán en una órbita terrestre media a una altitud aproximada de 22.922 kilómetros.

Según informa Arianespace, la separación entre ambos satélites se producirá 3 horas y 55 minutos después del despegue.

A partir de ese momento, comienza el rol de operación que, en este caso, lleva a cabo EUSPA. Este organismo cuenta con el apoyo de la ESA y del fabricante de los satélites para comenzar a verificar todos los parámetros.

Técnicos trabajando en la sala blanca con los satélites Galileos ESA

Se establece si los satélites están correctamente inyectados en la órbita y los paneles están desplegados. Dos aspectos críticos que determinan el éxito o el fracaso de la misión.

Una vez finalizado, se entra en el "holding point o punto de espera", ha asegurado Xavier Pena, jefe de Proyecto GSOp de EUSPA.

"El satélite se pone entonces a buscar el Sol para orientarse y así recargar las baterías que se han ido gastando desde su separación". Es ahí donde se alcanza el punto de respiro —breathing point, en inglés— "que no dura más de unos minutos" y se alcanza 4 horas y 45 minutos después del lanzamiento.

Las operaciones continúan después de eso y se alargan varios días, en los que todos los equipos comienzan a verificar los subsistemas de los satélites y "empezamos a maniobrar para llevarlos a su órbita final". Tras tres meses, si todo va según está previsto, el satélite comienza a prestar servicio.

Constelación crítica

Galileo "es el sistema de navegación por satélite más avanzado del mundo, damos las mejores prestaciones", tal y como recalcó Iñaki Alcantarilla, jefe del Sector Exploración y Evoluciones de la Comisión Europea, organismo del que depende la constelación.

"Tenemos alrededor de 30 satélites orbitando, mientras que la constelación nominal es de 24", explica. "Con lo que tenemos más satélites en caso de que haya algún fallo".

El experto también recalca la precisión que consigue todo el sistema. En el servicio cerrado, dedicado a usuarios gubernamentales para aplicaciones como defensa, Galileo alcanza 20 centímetros, mientras que el servicio abierto "tiene precisiones de alrededor de un metro".

"Otros servicios de geoposicionamiento satelital tienen del orden de tres, cuatro y hasta cinco metros en sus servicios abiertos", asegura.

Encapsulado de los dos satélites Galileo en la cofia del Ariane 6 ESA

Este próximo lanzamiento supone el regreso de los satélites Galileo a Kourou, que ante la falta de un lanzador pesado, como es el Ariane 6, no habían ejecutado más lanzamientos desde el enclave francés, ha asegurado Miguel Manteiga, jefe de la Oficina del Programa Galileo en la Agencia Espacial Europea.

Además, para este vuelo, la Agencia Espacial Europea ha desarrollado un nuevo dispensador para que los satélites puedan separarse de la última etapa del cohete.

"Yo creo que hoy nos estamos dando cuenta de lo importante que es tener un sistema independiente más allá de los aliados", recalca Alcantarilla. "Hoy en día tener un sistema de navegación por satélite es fundamental".

El objetivo de la Comisión Europea para principios de 2026 es que Galileo se declare Servicio Público Regulado (PRS, en inglés). "Es muy importante por las tensiones geopolíticas que están ocurriendo en estos tiempos", afirma Iñaki Alcantarilla.

"También en 2026 queremos empezar a dar el EWSS, el servicio satelital de advertencias de emergencias", afirma el experto. "Sin ningún cambio en el teléfono móvil, se va a poder recibir una señal de Galileo cuando haya una emergencia".

El punto fuerte de este sistema es que permitirá enviar la alerta a las personas que se encuentren en áreas muy localizadas geográficamente, algo que se ha comprobado complicado con los cauces actuales mediante antenas de telefonía.

Representación de un satélite Galileo en órbita ESA

"El mensaje va a tener instrucciones para la población ante problemas como maremotos, indicando a las personas que se trasladen a una zona alta", ha afirmado.

Estos sistemas no van a reemplazar a los actuales desplegados, pero podrán servir como una conexión directa entre satélite y terminales cuando, por ejemplo, la infraestructura de telecomunicaciones terrestres esté fuera de servicio.

Preparando Galileo G2

La Agencia Espacial Europea cuenta con una cartera de 50 satélites, de los cuales 32 se han lanzado ya y los dos siguientes son los protagonistas del VA266.

"Cuatro más están acabados y se lanzarán en los próximos 18 meses", ha explicado Manteiga. Esto da un resto de 12, que es el número de satélites de la segunda generación —Galileo G2— en la que se encuentra trabajando la ESA.

"El flujo de I+D de la Agencia Espacial funciona en ciclos de 15 años y empezamos con conceptos preliminares de esta segunda generación en 2015".

El objetivo de la ESA es poder lanzar los primeros Galileo G2 a finales de 2027. Un hito que supone un reto tecnológico importante ya que estos nuevos satélites "son ocho veces más grandes en volumen y varios órdenes de magnitud más capaces" que los orbitadores actuales.

La característica principal de las plataformas de próxima generación es que "se pueden adaptar sin necesidad de lanzar nuevos satélites".

El objetivo de la ESA es crear sistemas definidos por software que permitan ajustar los servicios prestados mientras se encuentran en órbita. Se trata de un planteamiento mucho más abierto y flexible que se ha convertido en un estándar para aplicaciones aeroespaciales y de defensa.