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El pasado 4 de noviembre vimos el lanzamiento del Sentinel-1D, el satélite que se encargaría de rastrear la superficie terrestre lanzado en el Ariane 6 de la Agencia Espacial Europea (ESA). Un equipo que ya ha otorgado las primeras imágenes a la institución europea.

Tal y como confirma la propia ESA en un comunicado, Sentinel-1D ya ha compartido las primeras imágenes en alta resolución. El Consejo Ministerial de la Agencia Espacial Europea, celebrado en Bremen (Alemania), ha revelado estas primeras instantáneas.

En ellas observamos el paso del satélite sobre la Antártida y Sudamérica, apenas dos días después de ser lanzado. El Sentinel-1D también pudo capturar las primeras imágenes sobre la Península Antártica y el glaciar Thwaites, también conocido como el glaciar del 'fin del mundo'.

El Sentinel-1D ya está operando

Pero, ¿qué es el Sentinel-1D? Este es un satélite perteneciente a la misión de mismo nombre, Sentinel-1 del programa Copérnico. Con el 1D, el conjunto de sondas ascendió a cuatro, conformando una misión clave para el rastreo de la superficie terrestre.

Según la ESA, Sentinel-1 tiene como principal objetivo capturar imágenes de radar de toda la superficie terrestre, funcionando de forma continuada día y noche y en cualquier situación climática. Dicha misión está desarrollada íntegramente por la ESA.

Sentinel-1D preparándose para su lanzamiento. ESA Omicrono

No hablamos de una misión baladí; el servicio Copérnico es esencial para distintos tipos de servicios en materia climatológica, como equipos de respuesta en desastres, agencias ambientales, autoridades marítimas y por supuesto, climatólogos.

Copérnico es básicamente el componente de observación principal del sistema de observación del Programa Espacial de la Unión Europea. Es gracias a las misiones Sentinel que se construye la base de los servicios de información operativos de Copérnico.

De la mano de Sentinel, el programa "ayuda a gestionar el medio ambiente, monitorear y reaccionar ante el cambio climático y salvaguardar vidas", dice la ESA. Esta política de datos proporciona un acceso completo, "abierto y gratuito" a toda esta información.

El Sentinel-1D es, por tanto, el último satélite integrante dentro de este grupo, siendo el cuarto de una línea que empezó con el Sentinel-1A, siguió con el Sentinel-1B y se afianzó con el Sentinel-1C.

Sello de la misión Sentinel-1. ESA Omicrono

Sin embargo, esto no implica que los cuatro satélites funcionarán en conjunto. De hecho, el Sentinel-1D está llamado a sustituir a un ya marcado Sentinel-1A, que ha estado funcionando ininterrumpidamente durante 11 años.

El 1D trabajará de forma conjunta con el 1C para generar estos datos, gracias a un radar de apertura sintética (SAR) de banda C, que captará imágenes en altísima resolución de la superficie terrestre.

Tanto es así, que aderezarán este sistema con un conjunto de instrumentos del Sistema de Identificación Automática (AIS) para mejorar tanto la detección como el seguimiento de barcos y navíos similares.

Tras sus inicios operativos, los satélites realizaron sus observaciones más frecuentes con este conjunto AIS. Eso sí, es importante aclarar que el Sentinel-1D es compatible con sistemas de navegación como Galileo o GPS.

Despegue del Ariane 6 ESA

Otra misión más para el cohete Ariane 6, que sustentó el éxito de su primer lanzamiento del cohete el pasado 9 de julio de 2024. El gigantesco cohete pudo llevar a cabo su misión en el mismo puerto de Kourou en el que se realizará el lanzamiento del Sentinel-1D.

Las primeras fotos del Sentinel-1D

El Sentinel-1D, provisto de un radar de apertura sintética (SAR) de 12 metros de longitud, captó imágenes de buena parte de la superficie terrestre. Primero pudo observar la Antártida y la zona de Sudamérica, en la jornada del 6 de noviembre.

Río Elba visto desde el espacio. ESA Omicrono

En la noche de ese día (hora europea), el satélite capturó imágenes de la Península Antártica, de la provincia argentina conocida como la Tierra del Fuego y del ya mencionado glaciar Thwaites. Todos los datos acabaron por transmitirse a la estación terrestre de Matera, del Segmento Terrestre de Copérnico.

Por un lado tenemos la Península Antártica, que se engloba dentro de la península de la Antártida Occidental, con una extensión de 1.300 kilómetros. Por el otro está la Tierra del Fuego, un archipiélago situado en el extremo sur del continente sudamericano.

Dicho archipiélago abarca territorio perteneciente a Argentina por el este y a Chile por el oeste. De hecho, está separado del continente por el estrecho de Magallanes. Su punto más meridional es el Cabo de Hornos.

Finalmente está el glaciar Thwaites, que junto al glaciar adyacente Pine Island se encuentra al oeste de la Península Antártica. Una estructura totalmente vulnerable al cambio climático y uno de los más inestables de toda la Antártida. No ha faltado hasta la ciudad alemana de Bremen, visible en estas instantáneas.

Norte de Alemania. ESA Omicrono

En palabras de la propia ESA, todo el procedimiento que incluyó la transmisión y la descarga de estos datos se realizó en un plazo de apenas 50 horas después del lanzamiento, "probablemente el tiempo más corto desde el lanzamiento hasta la entrega de datos para un satélite de observación de la Tierra basado en radar".

Nuno Miranda, director de la misión Sentinel-1, reconoce que el procedimiento de descarga y procesado de las imágenes se ha llevado a cabo en un plazo "excepcionalmente corto", pese a que otras misiones como Sentinel-1B entregaron sus imágenes en apenas 2 horas tras su activación.

El récord, dice Miranda, lo tiene Sentinel-1D, que rebajó incluso más esa cifra. "Este notable rendimiento refleja la dedicación y la excepcional preparación de todos los equipos involucrados", apostilla el directivo.

Todas las imágenes han sido posibles gracias a que estos instrumentos de radar pueden obtener imágenes de la superficie a través de las nubes y las precipitaciones, independientemente del nivel de luz solar presente.

Norte de Alemania. ESA Omicrono

Esto hace que los instrumentos equipados en los satélites Sentinel sean idóneos para vigilar regiones polares. Además está presente el Sistema de Identificación Automática (AIS), que mejora la capacidad de estos dispositivos para detectar la contaminación marina y los barcos de la zona.

Los datos recogidos por Sentinel-1D y el resto de miembros de la misión es clave para entender el impacto del cambio climático y su avance. Simonetta Cheli, directora de los Programas de Observación de la Tierra en la ESA, destaca este hecho por encima del resto.

"Son datos de los que dependemos como sociedad para continuar debatiendo y actuando sobre el cambio climático, y también datos que necesitamos en aplicaciones para comprender y estudiar nuestro planeta", dijo Cheli.

El director del proyecto Sentinel-1 de la ESA, Ramón Torres, explicó que estas fotos no solo eran imágenes, sino las pruebas fehacientes del "buen estado y el funcionamiento impecable del satélite", uno de los puntos más críticos del lanzamiento.