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El Sentinel-6B es el nuevo guardián de los océanos. Este satélite del programa Copernicus ya orbita la Tierra continuando con una misión que se ha mantenido durante décadas gracias a generaciones de satélites. Su objetivo último es mejorar el pronóstico de fenómenos extremos como inundaciones o huracanes.

El satélite Sentinel-6B ha despegado este 17 de noviembre, a las 06:21 CET (la hora de España peninsular) a bordo de un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg en California. Tras desplegarse del cohete, el satélite entró en órbita poco menos de una hora después del lanzamiento.

A las 07:54 CET el Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA en Alemania recibió su señal a través de la estación terrestre de Inuvik en Canadá, lo que indica que Sentinel-6B está operativo y funcionando correctamente.

Aunque forma parte de la familia de misiones Copernicus de la Unión Europea, el orbitador ha sido desarrollado por la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) y otros socios estadounidenses y europeos. “Este logro demuestra lo que se puede conseguir cuando los organismos internacionales y las industrias colaboran para alcanzar un objetivo común", ha celebrado la directora de programas de observación de la Tierra de la ESA, Simonetta Cheli.

Estas mediciones ayudan a los científicos a comprender el aumento del nivel del mar, información crucial para aplicar políticas climáticas efectivas con las que proteger a los millones de personas que viven en zonas costeras de todo el mundo. Así, la previsión de huracanes ha mejorado notablemente desde principios de la década de 1990, cuando la NASA comenzó a lanzar satélites designados para analizar la superficie marítima.

Sus instrumentos

El satélite reemplazará a un orbitador gemelo que fue lanzado en noviembre de 2020 también con el propósito de analizar en profundidad la altura de la superficie de los mares de la Tierra. Este programa espacial comenzó a principios de la década de 1990 con el satélite franco-estadounidense Topex-Poseidon y continuó con la serie de misiones satelitales Jason.

Además de cartografiar la altura de la superficie del mar para comprender los cambios a largo plazo, Copernicus Sentinel-6 también proporciona datos para aplicaciones prácticas operativas. Por ejemplo, la misión mide la altura significativa de las olas y la velocidad del viento, datos que se utilizan para la predicción oceánica casi en tiempo real.

Medición del mar de las últimas décadas ESA (Agencia Espacial Europea) Omicrono

La ESA presume que este nuevo satélite proporciona las mediciones más completas del estado del mar. Los satélites Sentinel-6 llevan un altímetro que funciona midiendo el tiempo que tardan los pulsos de radar en viajar a la superficie terrestre y regresar al satélite. Combinadas con datos precisos de la ubicación del satélite, las mediciones de altimetría permiten determinar la altura de la superficie del mar.

El paquete de instrumentos de los satélites también incluye un radiómetro de microondas avanzado proporcionado por la NASA. El vapor de agua en la atmósfera afecta la velocidad de los pulsos de radar del altímetro y, por lo tanto, las estimaciones de la altura de la superficie del mar.

Estas observaciones permitirán a los científicos monitorear los cambios en los océanos en términos de altura, calor y movimiento, además de mejorar los pronósticos de las condiciones extremas que provocan inundaciones y huracanes.