Publicada

Una tormenta solar "severa" ha afectado a la Tierra. Además de dejar ver auroras boreales, el principal peligro de este fenómeno es el posible daño tanto los satélites como los dispositivos electrónicos. No sólo podría afectar a las comunicaciones en España, sino en todo el continente europeo, así como en África y Asia, por lo que ha seguido una vigilancia minuciosa.

El pasado martes 11 de noviembre por la mañana, la ESA detectó una intensa llamarada solar de clase X5.1, una de las más potentes de los últimos años. Poco después se observó una eyección de masa coronal (CME), es decir, una enorme nube de plasma lanzada hacia el espacio, con una velocidad inicial estimada en unos 1.500 kilómetros por hora.

Juha-Pekka Luntama, responsable de la Oficina de Meteorología Espacial de la ESA, ha explicado a EL ESPAÑOL - Omicrono que el aumento de la actividad solar en los últimos años "se debe a que nos acercamos al máximo del ciclo solar de 11 años. El mínimo solar anterior se produjo en 2020 y, desde entonces, la actividad ha ido aumentando gradualmente".

No obstante, Luntama, quien ya analizó una tormenta solar más potente que la actual, ha matizado que "la probabilidad de que se produzca un evento solar extremo no está relacionada directamente con la fase del ciclo solar”, ya que también “se han registrado tormentas durante los mínimos solares”.

Añadió que, según observaciones previas, “las grandes tormentas tienden a producirse en los uno o dos años posteriores al máximo solar, por lo que la probabilidad de un evento de gran magnitud es superior a la media en los próximos años".

La tormenta solar detectada por la ESA tendría efectos limitados, de corta duración y sin consecuencias graves para la población en España, según fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades citadas por la agencia EFE. Sin embargo, podría afectar a los satélites, redes eléctricas, dispositivos electrónicos y sistemas de navegación.

Daño de satélites

La Agencia Espacial Europea ha explicado que las tormentas solares son fenómenos producidos por la liberación de grandes cantidades de energía en el Sol, principalmente a través de llamaradas y eyecciones de masa coronal.

Erupción solar. NASA

Según la institución, las llamaradas "envían radiación electromagnética que llega a la Tierra en pocos minutos" y "pueden afectar comunicaciones por radio y sistemas de navegación".

Por su parte, las eyecciones de masa coronal tardan entre 18 horas y varios días en alcanzar el planeta. Cuando lo hacen, provocan tormentas geomagnéticas que pueden alterar el funcionamiento de las redes eléctricas, las tuberías y los satélites, "además de originar auroras" visibles en latitudes altas.

Es decir, estos fenómenos naturales envían al espacio grandes cantidades de radiación electromagnética y partículas cargadas que interfieren en los circuitos y sistemas eléctricos. Estas partículas, como protones y electrones, causan descargas y alteraciones que pueden interrumpir o destruir componentes electrónicos sensibles

"Un evento solar, del nivel de Carrington —la más potente registrada en la historia—, sería provisionalmente catastrófico para nuestra infraestructura actual, tanto en el espacio como en tierra. Es muy probable que un número significativo de satélites de telecomunicaciones y de observación de la Tierra quedaran inutilizados durante un evento de este tipo", ha señalado Luntama.

Tormenta solar Efe

Aunque el responsable de la ESA ha aclarado que "es muy probable que algunos de los satélites siguieran funcionando después del evento", pero tendrían que reiniciarse, proceso que "llevaría días o semanas". Una tormenta solar potente también podría dejar "daños permanentes" en algunos satélites, que "se convertirían en desechos espaciales".

En cuanto a la infraestructura terrestre, Luntama ha afirmado que con una tormenta solar de gran potencia "el impacto más visible sería probablemente apagones regionales en las redes eléctricas. En el peor de los casos, los apagones podrían extenderse a las regiones vecinas y podrían producirse apagones en zonas extensas de Europa".

Los servicios de navegación por satélite y telecomunicaciones también "se verían perturbados o no estarían disponibles debido a los cambios en la ionosfera causados por la tormenta solar". Algo que "afectaría a muchos elementos de nuestra infraestructura, como la aviación comercial o el transporte marítimo, por carretera y ferroviario".

Incluso "a la explotación de recursos y las actividades diarias de los ciudadanos europeos". Las redes habituales de telefonía móvil, internet o radio FM no deberían experimentar afectaciones apreciables, aunque "es posible que las conexiones a Internet de larga distancia, como los cables ópticos submarinos que conectan, por ejemplo, Europa y Estados Unidos, se vean perturbadas o dejen de funcionar durante el evento".

Vigil, el reportero del clima espacial en el espacio profundo. ESA

"Un evento meteorológico espacial importante también afectaría a las capacidades de defensa europeas", ha añadido Juha-Pekka Luntama. Respecto a los satélites gestionados por España o aquellos que prestan servicios esenciales al país, como telecomunicaciones, meteorología u observación terrestre, no se esperan efectos relevantes, según la ESA.

Seguir su evolución

La Agencia Espacial Europea ha confirmado que permanece atenta a la evolución de esta tormenta solar y está recopilando información detallada de la misma a través de sus diferentes centros de servicios especializados. Además, ha señalado que "la tormenta geomagnética continuará a nivel severo y puede prolongar sus efectos durante varios días".

Una de las dudas que surgen en torno a este fenómeno natural, que es difícil de predecir, es saber en qué medida Europa está actualmente preparada para un evento que deje fundidos a los satélites y dispositivos electrónicos. Según ha señalado Luntama, "existe un nivel razonablemente bueno de concienciación sobre la posibilidad de que se produzcan este tipo de eventos y de que puedan afectar gravemente a las infraestructuras críticas".

De hecho, ha asegurado que muchos países europeos "incluyen la meteorología espacial en sus registros nacionales de riesgos". Aunque eso no evita que la preparación para este tipo de eventos "debería mejorarse mediante la organización de ejercicios en los que los operadores de infraestructuras críticas pusieran a prueba sus planes y procedimientos de mitigación del impacto de eventos meteorológicos espaciales graves y extremos".

Una fotografía del sol.

Para Juha-Pekka Luntama la mayor laguna en la preparación europea es que "actualmente no existe un servicio operativo de meteorología espacial que cubra toda Europa. Algunos países europeos cuentan con capacidades operativas nacionales en materia de meteorología espacial, pero Europa necesita urgentemente un servicio público operativo de meteorología espacial que cubra las necesidades básicas para garantizar la seguridad y la resiliencia de las infraestructuras críticas".

Y para minimizar el colapso tecnológico y social en caso de un evento solar extremo, "establecer un servicio público europeo sería una prioridad muy importante", ya que "sería crucial para la mitigación de los posibles daños que todos los operadores de infraestructuras críticas, gobiernos y autoridades de protección civil de Europa dispongan de información precisa y objetiva sobre los eventos de clima espacial para la toma de decisiones".

Luntama también ha asegurado que un servicio público "permitiría a los centros nacionales de meteorología espacial, a los actores comerciales y a todos los demás que prestan servicios meteorológicos espaciales más personalizados realizar sus análisis basándose en información común y coordinada".