A menos de 15 kilómetros por hora un extraño vehículo recorre un terreno accidentado, superando obstáculos de hasta 30 metros sin conductor ni pasajeros a bordo. Parece la escena de una película de ciencia ficción, pero se trata de las pruebas de campo de uno de los vehículos que compiten por ser el transporte de los futuros astronautas que vivan en la Luna en la misión Artemis V de la NASA.
El año pasado la NASA seleccionó a tres empresas para avanzar en las capacidades de un vehículo lunar terrestre (LTV, por sus siglas en inglés): Intuitive Machines, Lunar Outpost y Venturi Astrolab. Las tres contaban entonces con prototipos cuyo diseño han mejorado para cumplir con las exigencias de la agencia estadounidense en esta competición y cuyo ganador se dará a conocer en breve.
El plan es que el LTV esté en la superficie lunar antes de Artemis V, la misión que implicará el tercer aterrizaje de astronautas dentro de este programa y que se espera para 2030. Entonces, servirá como medio para desplazarse por la superficie, pero también como vehículo autónomo o controlado en remoto y capaz de realizar misiones de exploración solo.
El próximo vehículo
El contrato de entrega indefinida de la NASA tiene un valor de 4.600 millones de dólares para todas las adjudicaciones; que al cambio son aproximadamente 4.237 millones de euros, y engloba los próximos 15 años. Esto supone cinco años de desarrollo y una década de operaciones en la Luna, la mayor parte de los cuales se destinarán al ganador de esta competición.
Antes la NASA compraba los vehículos, pero ahora, la nueva dinámica implica el 'alquiler' de la tecnología. De esta forma, el vehículo seguirá siendo de la empresa desarrolladora y podrá alquilárselo a otros clientes cuando la agencia no lo necesite.
Tras elegirlo, a la empresa seleccionada se le encargará una misión de demostración para continuar en el desarrollo del vehículo lunar y validar tanto su rendimiento como su seguridad antes de usarlos en Artemis V.
Lejos de dividir al sector, este sistema de competición ha creado alianzas entre empresas grandes y pequeñas. Por ejemplo, el equipo de Intuitive Machines incluye a Boeing, Northrop Grumman y Michelin. Por otro lado, Lunar Outpost incorporó a su equipo a Lockheed Martin, Goodyear y General Motors; y Astrolab colabora con Axiom Space de Houston.
Lunar Dawn LTV
Según la información proporcionada por la NASA, el LTV será capaz de soportar las condiciones extremas del polo sur de la Luna y dispondrá de tecnologías avanzadas de gestión de energía, conducción autónoma y sistemas de comunicación y navegación de última generación. Incluso fuera de esos periodos, el proveedor podrá utilizar su LTV para realizar actividades comerciales en la superficie lunar; eso sí, sin que estén relacionadas con las misiones de la NASA.
Cabe señalar que la solicitud de propuestas del contrato requería que cada proveedor propusiera una solución para dar servicios de extremo a extremos, es decir, además del desarrollo del automóvil, planear su entrega en la Luna y la ejecución de las operaciones en la superficie del satélite natural.
Moon Racer- Intuitive Machines
El primero de estos modelos es el Moon Racer de Intuitive Machines, un vehículo capaz rodar por la Luna a una velocidad máxima de 15 km/h y superar obstáculos de 30 metros, requisitos que cumple el resto de modelos por encargo de la agencia.
Su peso es de una tonelada y media métrica e incluye un módulo de aterrizaje lunar de aproximadamente 8 toneladas métricas en la plataforma de lanzamiento. El rover mide 2,6 metros de altura, 3,9 metros de ancho y 4,34 m de longitud sin remolque.
Moon RACER está diseñado para ser lanzado a la superficie lunar a bordo del Nova-D, el módulo de aterrizaje lunar de carga de Intuitive Machines. Se espera que las comunicaciones directas a la Tierra y de retransmisión lunar se realicen a través de la red comercial de transmisión de datos de Intuitive Machines, lo que le permitiría servir como centro de comunicaciones entre los astronautas y la Tierra y retransmitir datos desde la superficie a los satélites lunares y casa.
Desde la adjudicación de este contrato, el equipo de Intuitive Machines ha realizado pruebas de campo, construyendo dos maquetas terrestres a escala real. Las principales mejoras se centran en la adaptación del vehículo a los astronautas que lo usarán. De esta forma, se ha refinado la entrada al interior, así como el sistema para rescatar a la tripulación si se encuentra incapacitada.
Simulador de Intuitive Machines
En abril de 2025, el equipo demostró sus capacidades de conducción autónoma de la maqueta terrestre móvil en el Centro Espacial Johnson de la NASA utilizando un escáner LiDAR y un software de navegación terrestre desarrollado por su compañero de equipo, CSIRO, la agencia científica nacional de Australia. El rover circuló por terrenos complicados demostrando su capacidad de exploración.
Las pruebas se realizan tanto en terreno real, como por simulación. Intuitive Machines cuenta con un simulador de 6 grados de libertad en las instalaciones de Houston desarrollado en colaboración con AVL. El simulador imita la gravedad y el terreno lunares en tiempo real mediante un modelo virtual creado a partir de subsistemas reales, lo que permite a astronautas e ingenieros probar el rendimiento y las operaciones durante el desarrollo del vehículo.
Lunar Dawn - Lunar Outpost
Igual que el modelo anterior, el LTVdesarrollado por Lunar Outpost puede operar a velocidades inferiores a los 15 km/h, pero si es necesario podría aumentar la velocidad. El diseño LTV de Lunar Outpost incluye herramientas de fácil acceso y un banco de trabajo para los astronautas de Artemis. También un brazo robótico en la parte trasera del vehículo puede extenderse un par de metros para limpiar paneles solares o reparar plataformas de alunizaje y lanzamiento.
El rover ahora cuenta con ruedas más grandes que superan mejor los obstáculos, una suspensión mejorada y un nuevo conjunto de sensores, que incluye cámaras y lidar, para proporcionar una vista completa del área circundante hasta un par de cientos de metros.
Una parte crucial en el diseño de estos vehículos es tener en cuenta que los astronautas lo utilizarán con sus trajes de exploración. Por eso estas empresas valoran los comentarios de quienes se están preparando para viajar al satélite. Consejos sobre la altura de las escaleras para entrar y salir del vehículo, cuánto podrán levantar las rodillas y la posición correcta de los asideros, teniendo en cuenta la movilidad reducida que imponen los trajes espaciales.
Una prueba de la tecnología desarrollada por Lunar Outpost (su pequeño explorador Mobile Autonomous Prospecting Platform o MAPP) ya ha volado a la Luna, a bordo del módulo de aterrizaje lunar Athena de Intuitive Machine.
La empresa afirma estar impulsando tecnologías propias para que el rover pueda sumergirse en regiones permanentemente sombreadas (PSR) donde se cree que el hielo presente podría convertirse en agua potable, oxígeno respirable y combustible para cohetes.
Flex- Venturi Space (Astrolab)
FLEX de Astrolab también estaba diseñado cuando obtuvo el contrato de la NASA. Desde entonces, la compañía ha estado perfeccionando el diseño para cumplir con los requisitos de la NASA. Por ejemplo, se ha modificado la ubicación de los astronautas en el rover, pasándolos a la parte frontal, como en un coche. Esta modificación se ha realizado para mayor comodidad de los astronautas, que antes conducían desde la parte trasera como los capitanes de un barco.
Astrolab LTV
El otoño pasado, la compañía anunció el envío a la Luna de un prototipo a escala reducida, llamado Plataforma de Innovación Lunar FLEX (FLIP). El lanzamiento de FLIP está previsto para finales de este año, en el primer vuelo del módulo de aterrizaje lunar Griffin de Astrobotic. Con él se pondrán a prueba las tecnologías que más adelante usará Flex en mayor escala.
Cada Rover FLEX puede transportar una carga útil de 1600 kg, con volúmenes superiores a 3 m³ totalmente configurables tanto para cargas útiles científicas como de marca.
Vehículo LTV para la Luna
El rover FLEX puede apoyar operaciones humanas, ciencia teleoperada o semiautónoma, exploración, logística, estudio y construcción de sitios, y otras actividades cruciales para una presencia sostenida en la Luna y más allá.
