Hace poco más de cinco años que el rover Perseverance de la NASA puso rumbo a Marte. Desde allí, este robot sigue recopilando información y muestras de materiales que ofrecen grandes avances en el estudio del origen y evolución del planeta.
En este sentido, la NASA ha anunciado hoy un nuevo hallazgo del vehículo, explicado con detalle en un artículo científico publicado en Nature. La muestra, llamada 'Cañón Zafiro', fue recolectada por el rover en julio de 2024 en el borde del Valle de Neretva, un valle fluvial excavado por el agua que se precipitó hacia el cráter Jezero.
Este tipo de investigaciones son clave para entender la potencial química prebiótica o incluso biológica en Marte y otros mundos planetarios. Los informes presentados revelan procesos químicos comparables con los encontrados en la Tierra en lagos antárticos.
Imagen de la muestra con posibles biofirmas
Perseverance partió en 2020 rumbo a Marte con la misión de encontrar vida microscópica, ya sea presente o pasada, sobre la superficie marciana. Aunque estas nuevas pruebas no suponen la esperada evidencia de vida actual en Marte, la interacción orgánica-mineral observada abre interrogantes sobre procesos químicos y el surgimiento de biofirmas, es decir, señales que sugieren la presencia de vida o una química particular relacionada con los seres vivos.
Sean Duffy, administrador interino de la NASA designado por Donald Trump, es el encargado de presidir la conferencia que anuncia este nuevo hallazgo. Le acompañan especialistas encargados de la misión, como Lindsay Hays, científica sénior de exploración de Marte, perteneciente a la División de Ciencias Planetarias.
Gracias al mapeo realizado con el espectrómetro CRISM y otros instrumentos especializados del rover, se confirmó la presencia de minerales típicos de ambientes acuosos, incluyendo arcillas (esmectitas) y carbonatos.
Los autores principales del artículo, Joel Hurowitz y Mario Parente, señalan que el rover Perseverance identificó nódulos de minerales inusuales (vivianita y sulfuro de hierro) en rocas de fango ricas en arcillas en Neretva Vallis, una zona sedimentaria depositada por antiguos sistemas acuáticos. En este trabajo también han partificado los españoles Alberto González Fairén y Felipe Gómez, investigadores en el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA).
Rover Perseverance.
La abundancia de fosfatos (especialmente vivianita) es de gran importancia biológica, y su presencia en Marte refuerza la hipótesis de ambientes con química redox potencialmente prebiótica. Este término hace referencia a reacciones químicas que podrían haber ocurrido en la Tierra primitiva y que fueron cruciales para crear las moléculas orgánicas necesarias para que la vida surgiera.
El resultado es comparable a las transformaciones observadas en lagos antárticos y ambientes terrestres donde microorganismos reducen sulfatos a sulfuros.
Desde su aterrizaje en el cráter Jezero del Planeta Rojo en febrero de 2021, Perseverance ha recolectado 30 muestras y aún le quedan otros seis tubos de muestra vacíos por llenar. Mientras, continúa recopilando información detallada sobre objetos geológicos que puede examinar con su herramienta de abrasión.
La NASA planea una misión para traer a la Tierra estas muestras de Marte, pero afronta una grave crisis y ha tenido que reestructurarse. Su presupuesto se ha disparado a 11.000 millones de dólares y sufre grandes retrasos.
Debido a los problemas económicos y de calendario que la hacían inviable, la agencia ha abandonado el plan original. Ahora mismo, sus técnicos están evaluando activamente nuevas propuestas, mucho más sencillas, rápidas y económicas, incluyendo opciones de empresas privadas como Lockheed Martin para intentarlo antes del año 2040.
Además, la enorme complejidad técnica de la misión presenta un alto riesgo de que fracase. La otra gran preocupación es la seguridad: el peligro de contaminar nuestro planeta con las muestras exigirá construir laboratorios de máxima bioseguridad para su estudio.
