Las cosas no le están saliendo bien a Elon Musk. La fallida décima prueba de lanzamiento de la Starship por parte de la SpaceX se constituyó como el quinto cohete perdido en lo que iba de año. Musk lo sabe y por eso ha diseñado unas nuevas aletas de rejilla gigantescas para el propulsor Super Heavy.
SpaceX ha dado a conocer sus aletas de rejilla para el propulsor de nueva generación, un sistema de rejilla gigantesco que se postula como la solución idónea para el control de la Starship en sus vuelos de prueba.
Estas aletas han sido rediseñadas, siendo un 50% más grandes que sus predecesoras, hasta el punto de haber cambiado las cuatro aletas habituales del diseño anterior a tres completas, con numerosos beneficios bajo el brazo.
Las nuevas aletas de rejilla de SpaceX
Las imágenes lanzadas por SpaceX muestran la primera aleta de rejilla rediseñada para el propulsor Super Heavy de nueva hornada propiedad de Elon Musk. Se conforman en un disco que ha subido un 50% su tamaño principal.
Muestra de ello lo vemos en las imágenes compartidas por la cuenta de SpaceX, en las que podemos ver un ingeniero parado en mitad de la propia aleta. Estas aletas actúan como superficies de control aerodinámico para mejorar aspectos fundamentales del vuelo.
Según la propia SpaceX, al pasar de cuatro a tres aletas rediseñadas se consigue un mayor control del vehículo espacial, permitiendo incluso al propulsor descender con mayores ángulos de ataque.
No solo eso; estas aletas se usarán, dice la empresa aeroespacial, para la "elevación y captura de vehículos", incorporando un nuevo y mejorado punto de captura, unido a una posición más baja en el propulsor.
Este diseño alinea las aletas con los brazos de captura de la torre de la Starbase. "Al bajarlos, se reduce el calor que reciben de los motores de la Starship durante las fases de calentamiento", relata SpaceX.
Además, SpaceX ahora ha colocado los ejes de las aletas, el actuador y la propia estructura fija dentro del tanque de combustible principal del Super Heavy. La idea es afianzar la ya famosísima maniobra de 'captura' usando los brazos mecánicos gigantes Mechazilla.
Los beneficios de este sistema, dice la NASA, son varios. El más obvio es que al reducir el calor que las aletas reciben de los motores, se reduce el riesgo de que puedan sufrir daños directos en dichas fases de calentamiento.
Estos cambios llegan en un momento de alta tensión para Elon Musk, que ya planea el siguiente lanzamiento de prueba de la Starship antes de que acabe el mes de agosto. El último tuvo lugar a finales de junio.
Los últimos lanzamientos de la Starship no han sido todo lo potables que le gustaría al magnate sudafricano. En junio, la primera fase del cohete se transformó en una brutal bola de fuego que degeneró en un aparatoso accidente.
En mayo SpaceX volvió a fracasar, también perdiendo el cohete Super Heavy en el descenso. La firma de Musk no pudo desplegar los simuladores de satélites Starlink prometidos para la prueba tras unos primeros instantes de vuelo sin problemas.
