Hay una posibilidad del 50% de llegar a Marte en 2026, dentro de unos 18 meses. Este es el cálculo que ha indicado Elon Musk en una imponente presentación sobre los planes de SpaceX para lanzar su cohete más grande y poderoso al planeta rojo donde los robot humanoides de Tesla ayudarán a construir una base marciana, el futuro de la humanidad en sus manos.

A finales de 2026 se abre una pequeña ventana, una nueva oportunidad que ofrece el viaje más cercano entre la Tierra y Marte, pues los planetas se alinean alrededor del Sol cada dos años. Este es el momento que SpaceX quiere aprovechar para demostrar que Starship puede completar este difícil viaje.

La presentación de este ambicioso programa espacial se ha compartido en la red social X, comprada por Elon Musk hace varios años. Llega justo después de una nueva misión de prueba fallida, el noveno vuelo de Starship en el que la nave ha explotado, el tercero consecutivo.

Además de los recientes problemas para completar las misiones de Starship, Musk ha sido noticia esta semana por anunciar su salida de la Administración de Trump como asesor, tras expresar su "decepción" con el proyecto fiscal del presidente de Estados Unidos. El magnate ha prometido centrarse de nuevo en sus empresas, como Tesla y SpaceX. La primera no pasa por su mejor momento económico.

Primero robots, luego humanos

Con el evento de Tesla del año pasado Musk ya demostró su capacidad para presentar un futuro fantástico con robots humanoides y robot taxis, aunque la tecnología aún no esté lista. Los robots de Tesla ha vuelto a ser parte de la escenografia de esta presentación espacial.

Estas máquinas serán las primeras en llegar al planeta a bordo de un cohete Starship y serán los encargados de establecer la base, en algunas de las localizaciones que ya ha seleccionado la empresa en la superficie de Marte. La empresa ha bromeado mostrando a los robots como la famosa fotografía de los trabajadores almorzando en la viga de un rascacielos de Nueva York.

Según programa presentado, la construcción de esa base no se realizará hasta 2030. Antes, con varios viajes, se pretende demostrar la tecnología y enviar materiales para empezar esa conquista del planeta.

El objetivo del magnate, que ha repetido en varias ocasiones durante la presentación es asegurar el futuro de la humanidad con dos planetas habitados en el Sistema Solar. Sus satélites Starlink servirán para unir las comunicaciones entre ambos destinos, un objetivo marcado para 2033.

La reutilización del cohete es la clave de este programa, el magnate ha recordado que con las fábricas que está creando en Texas y Florida son capaces de producir un cohete cada dos o tres semanas, aunque el ritmo actual es más lento para aplicar mejoras de diseño.

Un cohete más grande

Para conseguir todo este nuevo mundo, primero hay que llegar al planeta. Para ello, el multimillonario ha presentado los puntos clave de la tecnología que está desarrollando SpaceX para sus futuros cohetes, los nuevos Starship, más grandes y resistentes.

A finales de este 2025 anunciarán la próxima generación de Starship, "Será más alto" ha dicho Musk. El propulsor, Super Heavy, de esta tercera generación tendrá 72,3 metros y capacidad para guardar 3.650 toneladas de propelente y 8.240 toneladas de fuerza de empuje.

Por su parte, Starship, la segunda fase de este vehículo, medirá 52,1 metros de alto, con capacidad de 1.550 toneladas de propelente y 1.600 toneladas de fuerza de empuje. La menor masa inducida de los motores Raptor 3 permite una mayor capacidad de carga útil. Tampoco necesitan escudo térmico estos motores lo que aporta ligereza al cohete.

Por ponerlo en contexto, la primera versión de Starship mide 50 metros de altura y 9 de diámetro, y cuenta con una capacidad de 1.200 toneladas de propelente, además de un empuje de 1.500 toneladas-fuerza. Mientras que el Super Heavy alcanza los 69 metros de altura, con capacidad para 3.400 toneladas de propelente, y su empuje de despegue a las 7.590 toneladas-fuerza gracias a sus 33 motores.

Además de ser más grande y potente, este cohete reutilizable deberá realizar un viaje complejo entre dos planetas donde un punto clave será la transferencia de propelente en pleno vuelo, algo que ya se realiza con aviones, pero nuevo en cohetes.

El magnate ha explicado que dos cohetes Starship se acoplaran en el espacio para que uno le transfiera combustible y oxígeno al otro. Es una parte clave para los viajes de larga distancia hasta la Luna o Marte, que "con un poco de suerte demostraremos el año que viene" ha terminado diciendo.

Otro desarrollo importante es el escudo térmico, no solo para sobrevivir a la reentrada en la atmósfera terrestre, sino también en Marte. La atmósfera del planeta rojo es 95% CO2 lo que supone un reto mayor a la hora de sobrevivir que en el planeta habitado. "Es un reto realmente complicado de conseguir" ha aclarado el multimillonario, la empresa lleva varios años trabajando en este objetivo.