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Son muchas las compañías que están trabajando en su propio avión hipersónico que reemplazaría al jubilado Concorde. Es el caso del XB-1 de Boom Supersonic, que el pasado mes de enero realizó su primer vuelo, o del Quarterhorse Mk 1 de Hermeus.

Un avión hipersónico sin tripulación diseñado para validar sistemas críticos para futuras operaciones hipersónicas que acaba de completar su primer vuelo, alcanzando una velocidad de 130 nudos, es decir, de 240,76 kilómetros por hora.

El vuelo marca un importante hito en el esfuerzo de la compañía estadounidense por hacer de los aviones hipersónicos una parte rutinaria de la estrategia de defensa y aeroespacial, como explican en un comunicado; en el que se puede ver un vídeo de esta hazaña.

"El Mk 1 ha redefinido el ritmo del desarrollo y vuelo de nuevas aeronaves. Estoy sumamente orgulloso del logro de nuestro equipo", ha señalado en el comunicado AJ Piplica, director ejecutivo y cofundador de Hermeus.

“Hemos demostrado la viabilidad de nuestro enfoque de desarrollo iterativo. Pero esto es solo el comienzo. Tenemos mucho más por hacer a medida que el listón se eleva para la siguiente iteración", ha continuado.

Alcanzó los 240,76 km/h

Hermeus ha indicado que el Quarterhorse Mk 1 es un avión que pasó de cero a estar listo para volar en poco más de un año y el objetivo de su campaña de pruebas fue validar el despegue y aterrizaje a alta velocidad de una aeronave grande sin tripulación.

Un avión que cuenta con un ala de bajo alargamiento, alta carga alar y una baja relación entre empuje y peso optimizada para el vuelo a alta velocidad. Una opción de diseño que tiene un coste.

El avión hipersónico Quarterhorse Mk 1 de Hermeus durante la prueba. Hermeus Omicrono

Con una velocidad de pérdida mayor, el avión pierde capacidad de respuesta, lo que hace que el despegue y el aterrizaje sean las fases más críticas y exigentes desde el punto de vista técnico, según la compañía estadounidense.

"Las pruebas en tierra culminaron con ensayos de rodaje a 130 nudos [240,76 km/h] con posquemador a pleno rendimiento en el emblemático lecho de lago seco de Edwards", han señalado.

"Esto ofreció una valiosa oportunidad para validar los supuestos del modelo aerodinámico, evaluar el control direccional de la aeronave y el rendimiento de las superficies de control, entre otras cosas", ha indicado Hermeus.

También validaron el rendimiento de los subsistemas de la aeronave, como la propulsión, los sistemas de combustible, el sistema hidráulico, la potencia, la gestión térmica, el software, la telemetría o la aviónica, entre otros.

"Los datos de vuelo reales del Mk 1 aportan un valor técnico significativo que estamos incorporando a nuestro próximo avión”, ha afirmado Skyler Shuford, cofundador y presidente de Hermeus.

"El equipo ha logrado este hito en un plazo ajustado, operando dentro del ecosistema aeroespacial general, todo para apoyar la reconstrucción de la capacidad perdida de Estados Unidos para desarrollar rápidamente nuevos aviones a escala real", ha concluido.

Una serie de aeronaves

El Quarterhorse Mk 1 es el primero de una serie de aeronaves no tripuladas en la hoja de ruta de desarrollo iterativo de Hermeus. La compañía ha señalado que su enfoque enfatiza la "riqueza del hardware".

También han asegurado que la construcción de múltiples prototipos en rápida sucesión permite al equipo asumir "riesgos técnicos bien gestionados. A la vez que impulsa el progreso técnico hacia el vuelo de alta velocidad, este enfoque permite a Hermeus desarrollar rápidamente a su equipo y talento".

El Quarterhorse Mk 1 de Hermeus durante la prueba de vuelo. Hermeus Omicrono

La compañía también está construyendo progresivamente un equipo capaz de resolver los desafíos de ingeniería más complejos de la aviación para poner en funcionamiento aeronaves hipersónicas.

El equipo está ahora revisando activamente los datos e integrando las lecciones aprendidas en la próxima versión, el Quarterhorse Mk 2, que actualmente se fabrica en la sede de Hermeus en Atlanta (EEUU).

El Quarterhorse Mk 2, con la escala de un F-16, es un avión de alta velocidad diseñado para minimizar el riesgo de vuelos supersónicos sin tripulación y está previsto que comience a volar a finales de este año.