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España está atenta a la escalada de tensión producida entre Pakistán e India, después de que se perpetrara un ataque terrorista en el territorio en disputa de Cachemira. Esto se ha traducido en una serie de pruebas de lanzamiento de misiles BrahMos en el Mar Arábigo; unas maniobras militares que salvando distancias recuerdan a las que España realizó en febrero del año pasado en Málaga, Granada y Alborán con ejercicios militares Eagle Eye. En el caso indio, las fuerzas armadas del país han podido probar misiles de crucero supersónicos BrahMos, vigentes desde noviembre del 2006.

Estos misiles de crucero que albergan a sus espaldas casi dos décadas de uso se consideran como los misiles de crucero más rápidos del mundo en funcionamiento, gracias a su capacidad de alcanzar velocidades de hasta Mach 3.0. La munición en cuestión tiene un coste unitario de 2,7 millones de dólares y puede ser lanzada desde un amplio abanico de vehículos militares, que van desde lanzaderas móviles terrestres hasta aviones, barcos e incluso submarinos.

En este caso, la Armada de India explicó cómo lanzaron múltiples misiles de este tipo para "revalidar y demostrar la preparación de las plataformas, los sistemas y la tripulación para un ataque ofensivo de precisión de largo alcance", en un claro mensaje contra Pakistán y sus tensiones. Y es que los BrahMos disponen de un alcance corto-medio, que puede ir desde los 300 hasta los 500 kilómetros de rango, pudiendo alcanzar un techo de vuelo de unos 15 kilómetros de altura.

Los misiles BrahMos indios

El desarrollo de estos misiles ha corrido a cargo de la Organización de Investigación y Desarrollo de Defensa (DRDO) de la India en colaboración con la Empresa Unitaria Estatal Federal NPO de Mashinostroyenia (NPOM) de Rusia. De hecho, el nombre alude a BrahMos Aerospace, un centro de desarrollo de productos e investigación ubicado en Nueva Delhi, y hace alusión a dos ríos de ambas potencias; el Brahmaputra y el Moscova.

A finales del 2004 se pudieron llevar a cabo las primeras pruebas de lanzamiento desde varias plataformas distintas, incluyendo un camión de transporte, pudiendo llevar a estos misiles BrahMos a maniobras capaces de llegar a Mach 2,8. Mucho antes, en 2001, India pudo disparar por primera vez este misil desde el Integrated Test Range (ITR) en Chandipur, en una configuración de lanzamiento vertical, con resultados exitosos aplicables a combates reales.

Barco INS Rajput disparando un misil BrahMos en 2012. Armada de la India. Omicrono

Numerosas pruebas a lo largo de los años pudieron determinar su efectividad en ataques desde el mar a tierra, pudiendo golpar y destruir varios grupos de blancos con éxito. La excepción fue en enero del 2009, cuando India probó un nuevo sistema de navegación en el BrahMos que falló a la hora de alcanzar los blancos requeridos. Todas estas pruebas dieron lugar a nuevas versiones de los BrahMos, como el Block-II que comenzó a desarrollarse a partir de marzo del 2009. El Block III, que pudo ser probado en 2010, se postuló como una versión mejorada con guía avanzada y software actualizado, con capacidad de caída en picado de gran altura.

Las variantes del BrahMos no han sido pocas. Por ejemplo, tenemos la variante de lanzamiento aéreo BrahMos-A, que reduce el peso del misil a 2,55 toneladas y que está pensado para ser liberado en alturas de 500 a 14.000 metros. Por otro lado tenemos el BrahMos-M, también de lanzamiento aéreo que en esencia era una versión miniaturizada con alcance de 290 kilómetros o el BrahMos-II, un misil de crucero hipersónico en desarrollo, capaz de alcanzar velocidades de Mach 7, aspirando a ser el misil hipersónico más rápido del mundo.

El BrahMos original, en su esencia, puede atacar objetivos a nivel de tierra gracias a sus funciones de vuelo casi a ras de tierra, lo que permite al misil volar hasta niveles mínimos de 5 metros por altura. Dependiendo de los modelos lanzados desde según qué plataformas, los BrahMos pueden albergar cabezas nucleares de entre 200 y 300 kilos, aunque es posible dotarlos de explosivo convencional semi-perforante. Y es que debido a que el misil puede alcanzar velocidades tan altas, este puede ser una mejor opción en caso de requerir impactos de penetración más perforantes contra los enemigos.

El cohete en cuestión, por otro lado, integra un sistema de propulsión de dos etapas diferenciadas; la propulsión y aceleración inicial corre a cargo de un cohete de propulsión con combustible sólido, para dar paso a una segunda etapa con un estatorreactor de combustible líquido en forma de ramjet. Según la India, que los BrahMos sean tan veloces permiten a los misiles evitar ser interceptados por sistemas de defensa aéreos antimisiles existentes, lo que sumado a su precisión, los hace tremendamente letales en terrenos como el combate marítimo.

A todo esto debemos sumarle el hecho de que los BrahMos, siendo misiles antibuque, pueden atacar objetivos con bases terrestres dada su versatilidad. No es para menos, ya que estos pueden ser lanzados en posiciones verticales o inclinadas, manteniendo una configuración prácticamente idéntica para plataformas terrestres, marinas y submarinas. Eso sí, la versión BrahMos para lanzamientos aéreos cuenta con aletas traseras adicionales que mejoran su estabilidad en el proceso de lanzamientos.