La industria de la aviación está viviendo un momento algo complicado en lo que a accidentes aéreos se refiere. En lo que va de año ya se han vivido una variedad de ellos, como el conocido caso de Washington en el que chocaron un avión comercial y un helicóptero militar, y en el que no hubo supervivientes; o del jet ambulancia que se estrelló en EEUU con seis personas a bordo poco después. El último suceso de este tipo ocurrió ayer, lunes 17 de febrero, en la noche de España, cuando un avión de la compañía Delta volcó al aterrizar en el aeropuerto de Toronto (Canadá).
Se trata de una aeronave Bombardier CRJ-900, operada por Endeavor Air, una subsidiaria de la aerolínea Delta Airlines, que provenía de la ciudad de Mineápolis, en Estados Unidos, y que sufrió un accidente al aterrizar en el aeropuerto Pearson de Toronto, el más importante de Canadá y uno de los más transitados de Norteamérica; quedando el avión bocabajo en la pista y dejando al menos 18 personas heridas, tres de gravedad.
En las redes sociales se volvieron virales imágenes que mostraban la aeronave girada al revés en medio de la pista, rodeada de nieve; mientras que algunos pasajeros y personal del aeropuerto de Toronto caminaban alrededor del avión, que estaba sin alas y con humo saliendo del fuselaje. Incluso se podía ver a los servicios de emergencia rociando el fuselaje con líquido contra incendios. Las autoridades se encuentran actualmente investigando las causas del aparatoso e inusual accidente, según han confirmado en una rueda de prensa.