Si hay un gran desarrollo en el que está enfocado buena parte de la industria armamentística internacional, además de los misiles hipersónicos, ese es el de las armas láser. Como están demostrando conflictos como el de Ucrania y Rusia o el de Israel y Hamás, el uso de drones y cohetes baratos requiere una elevada velocidad de respuesta y supone un enorme gasto para los sistemas antiaéreos, lo que podría solucionarse con sistemas como el Rayo de Hierro israelí, que ya ha fulminado su primer misil.

En una carrera liderada por China y EEUU gracias a unidades ultracompactas y de gran potencia, además de elementos defensivos para bloquearlas, Reino Unido acaba de demostrar su potencial con una prueba de tiro del sistema de armas de energía dirigida por láser DragonFire (LDEW). Se trata del primer disparo de una plataforma de este tipo contra objetivos aéreos que se realiza en tierras británicas, en concreto en las islas Hébridas.

Aunque el Ministerio de Defensa británico todavía mantiene en secreto detalles e información clave sobre DragonFire, como su alcance, sí ha compartido algunos datos sorprendentes. Por ejemplo, su tecnología de nueva generación le permite acertar a una moneda de 1 libra (con un diámetro similar a la de 1 euro) a 1 km de distancia. "Este tipo de armamento de vanguardia tiene el potencial de revolucionar el espacio de combate al reducir la dependencia de la costosa munición, al tiempo que disminuye el riesgo de daños colaterales", ha declarado Grant Shapp, Secretario de Defensa de Reino Unido.

Energía dirigida

El programa de desarrollo de DragonFire se lanzó en 2017, dirigido por el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa (DSTL) en colaboración con socios industriales como MBDA, su contratista principal, con una inversión inicial de 30 millones de libras que se ha elevado hasta los 100 millones (equivalentes a 116 millones de euros). La empresa armamentística se ha encargado de implementar las funciones de mando y control, mientras QinetiQ ha hecho lo propio con el láser de fibra de vidrio. Por su parte, la rama británica de la italiana Leonardo se ha hecho cargo del llamado 'director de haz', el elemento que permite dirigir el arma con precisión.

El principal desafío a la hora de desarrollar este tipo de plataformas LDEW tiene que ver con conseguir la máxima potencia láser en un punto extremadamente preciso. Para que sean verdaderamente efectivas y causen efectos físicos a grandes distancias, estas armas necesitan concentrar el láser a través de espejos y conseguir que estos resistan los fuertes pulsos de luz.

DragonFire, el arma láser de Reino Unido

Para fabricar el 'director de haz', los técnicos de Leonardo han recurrido a tecnologías especiales de revestimiento de baja absorción y a los conocidos como "espejos de movimiento rápido" (FSM, por sus siglas en inglés), que se utilizan para mantener el rayo láser en el blanco de manera rápida y precisa. De hecho, están diseñados para ser efectivos incluso cuando el blanco se mueve o cuando el barco o plataforma terrestre que transporta el láser se desplaza o incluso si hay interferencias atmosféricas de por medio.

"Para ello, el director del haz se coordina estrechamente con cámaras de alta resolución y alta frecuencia de imagen, dotadas de algoritmos avanzados para proporcionar información al director del haz, de modo que los espejos puedan realizar movimientos extremadamente rápidos y precisos para mantener el haz en el objetivo", explicó en su día uno de los responsables de la firma italiana a Defense News.

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Por su parte, los expertos en láser de QinetiQ, habitual colaboradora del Ministerio de Defensa británico en proyectos experimentales y de alta tecnología como los drones suicidas KINDRED, han sido los encargados de construir el láser. Este sistema de fase combinada es capaz de generar unos 50 kW de potencia, una cifra que tienen previsto multiplicar antes de la entrada en servicio de DragonFire, todavía sin fecha definitiva.

En noviembre de 2022, el DSTL anunció el primer ensayo con este arma de gran potencia y largo alcance en sus instalaciones de Porton Down, una de las bases más secretas de Reino Unido, al sur de Inglaterra. Las pruebas se saldaron con un rotundo éxito y consistieron en disparar el demostrador contra una serie de objetivos a diferentes distancias con precisión milimétrica.

Pruebas antiaéreas

Las nuevas pruebas contra un objetivo aéreo llevadas a cabo en las Hébridas confirman lo que se sospechaba: se trata de un arma con línea de visión directa, capaz de atacar cualquier objetivo visible, en especial los misiles enemigos, drones y otras amenazas por aire. Montado en una torreta, también dispone de una cámara electroóptica y un láser secundario para la adquisición de objetivos.

Según el comunicado más reciente emitido por el DSTL, "las armas de energía dirigidas por láser pueden alcanzar objetivos a la velocidad de la luz, y utilizan un intenso haz de láser para atravesar el objetivo, provocando fallos estructurales o resultados más impactantes si se apunta a la ojiva".

El sistema DragonFire montado en una torreta Qinetiq / DSTL / Ministerio de Defensa del Reino Unido Omicrono

Sin embargo, la gran diferencia con respecto a las armas tradicionales tiene que ver con el reducido coste de esta solución frente a otros sistemas antiaéreos como los Patriot estadounidenses. "Dispararla durante 10 segundos tiene un coste equivalente al de utilizar un calentador normal durante una hora. Por lo tanto, tiene el potencial de ser una alternativa de bajo coste a largo plazo para ciertas tareas que realizan actualmente los misiles". En concreto, el coste de cada disparo del DragonFire suele ser inferior a las 10 libras, es decir, 12 euros.

"Los ensayos de DragonFire en las Hébridas han demostrado que nuestra tecnología, líder mundial, puede rastrear y atacar efectivos de alta gama a distancia", aseguró Shimon Fhima, director de Programas Estratégicos del Ministerio de Defensa británico. "En un mundo en el que las amenazas evolucionan, sabemos que debemos centrarnos en hacer llegar la capacidad al combatiente, por lo que intentaremos acelerar esta próxima fase de actividad".

El Ejército de Tierra británico y la Royal Navy ya están preparando sus equipos para la integración de DragonFire, que puede aumentar significativamente sus capacidades de defensa antiaérea además de ser un elemento decisivo de disuasión en futuros conflictos. Tampoco se descarta su integración final en Tempest, el caza furtivo de sexta generación con capacidad supersónica que está desarrollando BAE Systems para la RAF. 

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