De entre todas las amenazas con la que tienen que lidiar los soldados desplegados en el campo de batalla, los drones se han erigido como un de los vectores más importantes. Estas pequeñas aeronaves no tripuladas son capaces de cargar varios kilogramos de material explosivo en formato arrojadizo, que dejan caer sobre vehículos y personal para causar el mayor daño posible, o bien integrado en el propio fuselaje apara realizar ataques kamikazes.
Para luchar contra ello, Ucrania acaba de presentar una nueva arma de guerra electrónica con el fin de crear cúpulas antidrones portátiles que protejan en movilidad a sus efectivos. El ministro de transformación digital ucraniano, Mykhailo Fedorov, lo ha anunciado a través de su canal de Telegram donde lo ha descrito como un "sistema de protección de vehículos blindados contra vehículos aéreos no tripulados rusos".
El Piranha AVD 360, como así se llama, ha completado satisfactoriamente la fase de pruebas y está listo para la producción en masa, según recoge Defence UA. Este es el paso previo al despliegue en las unidades presentes en el campo de batalla que, si se cumplen los plazos previstos, no deberían tardar más de unas semanas en recibir las primeras unidades.
Escudo antiaéreo portátil
El desarrollo del Piranha AVD 360 se ha llevado a cabo dentro del clúster Brave1. Esta plataforma empresarial público-privada cuenta con la participación de varias instituciones gubernamentales —desde ministerios a órganos militares— con el fin de apoyar a compañías nacionales en el desarrollo y fabricación de tecnología estratégica.
Piranha Tech es quien está detrás del desarrollo de este dispositivo de guerra electrónica como una de las compañías ucranianas más importantes del sector. En su catálogo cuentan con otros sistemas antidrones como los rifles y una versión fija, también denominada Piranha, enfocada a su instalación fija. Similar a SIGLO que el Ministerio de Defensa de España desplegará en 32 ciudades.
"El complejo crea una cúpula protectora de hasta 600 metros a su alrededor", ha indicado Fedorov. "Bajo la influencia del sistema, el helicóptero o el dron kamikaze no pueden recibir comando ni transmitir datos". El funcionamiento del Piranha AVD 360 se basa en crear una fuente de interferencias en unas frecuencias específicas con el fin de anular las comunicaciones de la aeronave.
En el caso de un dron remotamente pilotado, el operador podría perder el control del dispositivo y el ataque planeado quedaría anulado. "Como resultado, el pájaro se queda suspendido en el aire, realiza un aterrizaje de emergencia o cae incontroladamente", señala el propio ministro.
Otro tipo de amenazas, como los drones kamikazes a los que se le asigna unas coordenadas donde impactar, se basan en la geolocalización vía satélite. El "Piranha también suprime los sistemas de navegación satelitales, por ejemplo, el ruso GLONASS". Del mismo modo, anula al estadounidense GPS, al chino BeiDou y al europeo Galileo; cubriendo por completo todas las constelaciones que proveen de geoposicionamiento global.
Esta última capacidad de guerra electrónica es la que puede afectar directamente a las plataformas tripuladas, principalmente a los helicópteros por volar más cerca de la superficie. Desde medios locales apuntan a la eficacia contra la aeronave kamikaze Lancet que las Fuerzas Armadas Rusas han empleado en varias ocasiones contra blindados al servicio de Ucrania.
Una de las particularidades más representativas del Piranha AVD 360 es que cabe en una simple maleta con ruedas. El fabricante ha querido que el sistema sea lo más portable posible para facilitar su integración en cualquier tipo de vehículo y que, además, sea discreto. Tan sólo unas antenas deben colocarse en el exterior, por lo que pasará más desapercibido que otras soluciones que quedan más expuestas y visibles.
En el vídeo de demostración que han publicado junto con el anuncio, se puede ver cómo un dron comercial comienza a señalar problemas en las comunicaciones cuando se acerca a un vehículo equipado con el Piranha. Primero indica al operador que vuele con precaución debido a que la señal GPS es muy débil, segundo se muestra que existen interferencias en la comunicación con el dron y, por último, se pierde la señal por completo.
Krasukha, la joya rusa
Desde el principio de la invasión, Ucrania ha ido capturando algunas armas de guerra electrónica rusos. El ejército del Kremlin, ya desde la época soviética, es un gran especialista mundial en este tipo de tecnología con la que consiguen saturar el espectro electromagnético.
Krasukha-4 es una de esas joyas que Kiev logró arrebatar a Moscú y cuyo propósito se centra en cegar aviones, drones e incluso satélites. La tarea que tiene asignado este sistema de guerra electrónica no es otra que interferir en las señales de satélites y de otras plataformas de vigilancia aérea para esconder de miradas indiscretas bases militares. Lo consigue "a través de la supresión electrónica de los radares aéreos y espaciales", tal y como comentaron oficiales militares durante la presentación del arma en 2015.
El funcionamiento consiste en emitir radiación electromagnética a través de sus antenas que consiga cegar a los sensores enemigos. El Krasukha-4 puede detectar y bloquear radares de vigilancia, sensores electroópticos aerotransportados, buscadores de radar activos y los altímetros que se instalan en los misiles.
Según algunas especificaciones publicadas —al fin y al cabo los detalles se guardan con secreto— el Krasukha-4 puede crear una cobertura de entre 150 y 300 kilómetros de diámetro contra radares. Mientras que este número se reduciría hasta a entre 15 y 25 kilómetros contra satélites espía.
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