Desde que los smartphones derrocaran a las cámaras profesionales en España como herramientas para hacer fotos, las marcas se han visto obligadas a reinventarse, con modelos Full Frame económicos o sistemas tope de línea para los más exigentes.
En este sentido, ha surgido un nuevo tipo de cámara que está cautivando a ciertos creadores de contenido: las cámaras compactas, pequeñas, para vlogging sin esfuerzo y que no requieren conocimientos técnicos. La Canon PowerShot V1 es el ejemplo perfecto de esta idea.
Como hiciera Sony tiempo ha con sus recientes Sony ZV, Canon ha seguido esta estela y ha lanzado una cámara compacta, que hereda el renombre de las PowerShot para ofrecer un producto casi enteramente dedicado a la creación de contenido moderna. A un precio, eso sí, de 1.049 euros para el conjunto.
Una cámara increíblemente cómoda
No voy a mentir; soy reacio a las cámaras pequeñas. En mi día a día uso un modelo Full Frame, al que ya estoy más que acostumbrado. Además, desde EL ESPAÑOL - Omicrono hemos probado absolutamente todos los dispositivos de gama alta de la propia Canon.
En definitiva, me gusta la contundencia de esta cámara. Por ello era reticente con la Canon PowerShot V1, ya que como ya chiva su nombre, hereda las propiedades físicas de las compactas homónimas que tan buen rendimiento han tenido.
Canon PowerShot V1.
Sin embargo, en todas esas ocasiones hemos elogiado el buen hacer de Canon a la hora de diseñar la ergonomía de sus cámaras, y esta PowerShot V1 sorprendentemente destaca. Y no solo entre las compactas, sino en el resto de catálogo.
Si bien dentro de su categoría la Canon PowerShot V1 es una cámara más voluminosa, este tamaño extra se ve aprovechado para mejorar drásticamente la ergonomía de una cámara que usaremos mucho en nuestras manos.
Canon PowerShot V1.
La Canon PowerShot V1 es quizás una de las cámaras compactas más cómodas que he probado. Su empuñadura, sin ser generosa, se adapta perfectamente a los dedos de mi mano. El pulgar descansa de forma perfecta sobre un saliente convenientemente provisto en la parte trasera.
Lo mismo ocurre con todos los diales, botones y accesos directos de la propia cámara en este mismo sentido. El dial de modos es súper accesible, el botón de encendido y apagado es fácilmente pulsable y los botones se sienten bien construidos y rematados.
Además, tenemos controles separados para los amantes de la foto y del vídeo separado. En un lado tenemos el disparador del obturador, y al otro un botón dedicado para grabar. Bajo el dial de modos disponemos de una conveniente palanca para cambiar entre modo de foto y vídeo.
Junto a estos tenemos no solo cuatro botones de accesos directos fácilmente personalizables, sino una rueda con otros cinco botones más, que por si fuera poco incluyen un dial también personalizable.
Puertos de la Canon PowerShot V1.
Todo queda coronado en la parte superior con una pequeña palanca para manejar la distancia focal del objetivo motorizado, que viene directamente acoplado a la PowerShot V1. No, no podemos cambiarle el objetivo a la cámara.
De nuevo, Canon viene a salvar la papeleta. En el anillo del objetivo tenemos otro dial, y en la parte superior una práctica zapata inteligente para accesorios. Por último, destacamos la genial pantalla articulada táctil de la cámara.
Canon PowerShot V1.
De nuevo, e insistimos; Canon ha pensado en el operario de una sola mano, en el usuario que controla la cámara a su favor y la maneja a una sola mano. Usar la PowerShot V1 en esta configuración es toda una delicia.
Pasar de los modos foto y vídeo es grácil y fácil con su palanca. Cambiar la distancia focal también se hace muy agradable con su palanca dedicada. Hasta acceder a los diales, tanto delanteros como traseros, es un gustazo.
A todo esto hemos de sumarle un peso ideal de apenas 426 gramos, con unas medidas de 118,3 x 68,0 x 52,5 mm que la hacen una compacta de buen nivel pero sin ser pesada en la mano.
Este peso y tamaño vienen dados a que Canon, sabedores de que esta PowerShot V1 se destinará a vlogging, incorpora no una sino hasta tres rejillas de ventilación para acompañar su refrigeración activa incorporada.
Canon PowerShot V1.
Sus dos únicos 'peros' en lo que atañe al apartado físico son esperados. El primero es que las tapas de los puertos son giratorias, y no tipo puertecita. Además, la ranura de la tarjeta SD se sitúa junto a la batería.
Pequeños detalles que no empañan una cámara que está pensada casi al milímetro, con una práctica luz de Tally, un objetivo retráctil del que hablaremos a continuación y una usabilidad sin par en el terreno de las compactas.
Una "cámara para youtubers"
La misma Canon vende esta cámara para un público muy concreto: creadores de contenido, vloggers y usuarios sobre todo enfocados al vídeo. Obviamente podemos hacer fotos, pero el vídeo es sin duda la estrella de este modelo.
Canon PowerShot V1.
Pero primero, las especificaciones. La Canon PowerShot V1 integra un sensor de 1,4 pulgadas CMOS de 22 megapíxeles, enfoque Dual Pixel Autofocus y un procesador DIGIC X ya archiconocido en las gamas de Canon.
La clave está en un objetivo 8,2 -25,6 milímetros, con apertura F variable entre F/2.8 y 4.5 en su rango focal más alto. Un sensor que en fotograma completo, equivaldría más o menos a un 16-50 milímetros.
La distancia focal ya nos adelanta que lejos de lo que pasa con las cámaras compactas habituales que apuestan por zoom larguísimos, esta PowerShot V1 tira toda la carne al asador al gran angular y a la amplitud de la imagen.
Dado que esta cámara está especialmente diseñada para la creación de contenido y el vlogging, estas no son más que buenas noticias ya que efectivamente, la amplitud del encuadre es total. Cabremos en él en literalmente cualquier situación.
Canon PowerShot V1.
Otros detalles incluyen sistema de streaming UVC, compatibilidad con Canon Log 3, filtro ND incorporado en el propio cuerpo y estabilización óptica, que ya os adelantamos que se nota sobremanera.
¿Y qué hay del vídeo? La cámara puede alcanzar como máximo 4K a 60 fotogramas por segundo pero aplicando un recorte al sensor y por ende, restando amplitud al angular del objetivo, aunque con flujos de datos de hasta 230 Mbps.
Si queremos evitar ese recorte, podremos grabar a 4K 30 fotogramas con 120 Mbps de flujo de datos e incluso Full HD a 120 fotogramas, con el mismo flujo de datos. Todo ello con micrófono estéreo de 16 bits y 2 canales.
¿Y qué hay de la ráfaga? La Canon PowerShot V1 puede arrojar 15 fotos por segundo con obturador mecánico y hasta 30 con obturador electrónico. Por supuesto, puede sacar fotografías en RAW.
Que Canon ha puesto una buena cantidad de recursos en esta PowerShot V1 se nota, sobre todo en el apartado del vídeo. Es cierto que a resoluciones más altas perdemos algo de angular, pero si no nos importa este detalle, podremos alcanzar los ansiados 4K a 60 fps.
La idea es sencilla; grabar a 1080p aprovechando al máximo los sistemas de estabilización de la cámara y con la totalidad de la distancia focal, ir al 4K en caso de requerir más calidad o en su defecto, sacrificar amplitud para lograr más fps.
En el modo de grabación más alto, la PowerShot V1 se esfuerza más de la cuenta. Notamos la refrigeración activa comenzar a rodar (máxime teniendo en cuenta que mis pruebas han sido en Málaga, en verano) y la estabilización ser algo peor.
El punto dulce se encuentra en el modo de 4K a 30p o en su defecto, en el modo de 1080p a 60 fotogramas. Intercalando entre estas opciones, vemos a una PowerShot V1 solvente, con un buen nivel de detalle y capaz de todo.
Así graba vídeo la Canon PowerShot V1
No notamos un rolling shutter excesivo y el enfoque cumple en todo momento. Lo que más nos ha gustado sin duda alguna es la estabilización de la cámara, que ha mantenido mis planos estables incluso con mi paso arrítmico y apresurado.
El sistema Pixel Autofocus, sin ser el más top de Canon (reservado a su gama EOS R), cumple enormemente, gracias en parte al reducido tamaño del sensor. El servo funciona espectacularmente bien y siempre consigo el enfoque en todo momento.
En fotografía, no hay problema alguno en cuanto a calidad de imagen. No notamos problemas de ruido hasta ISOS tremendamente altos, y la propia PowerShot V1 nos da un buen rango de velocidad de obturación, con un máximo de 2.000/1.
Soy un usuario fotográficamente hablando muy fan de los teleobjetivos, por lo que en mi caso concreto, el objetivo se me ha hecho más angular de la cuenta. Sin embargo, esto es literalmente un beneficio para el público objetivo que pretende Canon.
Canon PowerShot V1.
La calidad de imagen, tanto en foto como en vídeo, es excelente para lo que estamos pagando y para lo que esperamos de una compacta con un sensor de más de una pulgada. Nada tiene que envidiar a modelos similares, tanto en precio como en características.
Sorprendentemente, su batería ha sido otro de sus grandes puntos positivos. Canon ha tenido a bien utilizar baterías LP-E17 famosas por su uso en cámaras APS-C (e incluso en Full Frame) en este modelo.
Canon PowerShot V1.
Teniendo en cuenta el escaso consumo del sensor incluso si lo forzamos al máximo y que la refrigeración activa hace de las suyas, tenemos un desempeño de autonomía muy decente, con un máximo de poco más de una hora en vídeo y 400 disparos en fotografía.
Hemos superado sobremanera esos números. En fotografía hemos llegado a superar el rango de las 450 fotografías y en vídeo (en resoluciones bajas, eso sí), también hemos superado la barrera de la hora y media.
El filtro ND es otro buen acierto de la gente de Canon. Este filtro reduce de forma parcial la entrada de luz al sensor de la cámara, permitiendo forzar tiempos de exposición más amplios y evitar la sobreexposición de las tomas.
En el terreno exclusivamente del vídeo hemos de destacar la presencia de un micro-HDMI como puerto, junto a un USB-C para carga y transmisión de datos. Un puerto infame, pero cuya presencia era catedralicia, dado el tamaño de la cámara.
¿Me la compro?
Hemos podido probar la Canon PowerShot V1 con el accesorio de kit vlogging que la firma vende junto a la cámara. Por 30 euros más, nos llevamos un soporte trípode con zapata incluida y con un mando disparador que nos permite controlar la cámara a distancia.
Canon PowerShot V1.
Ante la pregunta de si merece la pena la Canon PowerShot V1, la respuesta es clara: sí, siempre y cuando tengamos en cuenta el enfoque de la misma y sobre todo sus anecdóticas limitaciones, fruto de su rango de gama.
Porque los que quieran altas resoluciones con muchos fotogramas, se quedarán cortos con esta cámara compacta. Lo mismo ocurre para aquellos que quieren cambiar sus objetivos. La PowerShot, si bien integra un buen objetivo, no permite esa opción.
Si por el contrario queremos iniciarnos en el mundillo del vlogging y comenzar a hacer nuestros pinitos en la creación multimedia, la PowerShot V1 ofrece todo lo que necesitamos. Sin complicaciones, sin siquiera conocimientos técnicos.
Porque la clave de esta cámara está en la sencillez. He sabido aprovecharla porque soy un usuario avanzado, pero no he requerido esfuerzo alguno para ponerla en marcha. Cualquier usuario, versado o no en materia, podrá manejar esta cámara.
Canon PowerShot V1.
Si es uno de esos usuarios que quiere darle al botón de encendido y ponerse a grabar sin quebraderos de cabeza a un precio relativamente asequible, la Canon PowerShot es sin duda alguna una grandísima opción en este mercado.
