Los auriculares inalámbricos han llegado para quedarse. Los AirPods de Apple han consolidado una nueva categoría de producto que se ha extendido no sólo a los dispositivos de audio intraauriculares, sino también a los supraaurales; los cascos de diadema. Auriculares hay de muchos tipos, con almohadilla interna, sin ella, con forma de alubia e incluso los que parecen un piercing. 

Al mismo tiempo que podemos llevar la música a todas partes con la conexión inalámbrica, la industria también ha puesto el foco en mejorar la calidad de la misma. Que la experiencia global sea mejor. El desarrollo del audio espacial aporta una inmersión en superior en el sonido, dando realmente la sensación de que se está ahí dentro. Una forma de disfrutar más que nunca, y justo aquí, en apreciar los matices y vivir la música es donde destacan los Sony MDR-MV1, unos auriculares tan buenos, precisos y potentes que me han hecho volver a un lugar donde pensaba que no iba a hacerlo: a llevar unos auriculares con cable a todas partes. 

Porque sí, los MDR-MV1 (470 euros) son unos de los auriculares de diadema más ambiciosos de Sony, pensados para estudio, diseñado para los ingenieros de sonido y músicos profesionales. Pero son tan buenos, se disfruta tanto de la música con ellos, que durante los últimos meses me han acompañado en mi día a día, en viajes y, por supuesto, cuando paso las horas delante del ordenador.

Precisión sonora

Por su enfoque profesional, estos auriculares cuentan con diseño posterior abierto que les dota de un amplio campo sonoro, encontrando así la reproducción fiel y llena de matices en el sonido espacial de alta resolución. Se desenvuelven de forma extraordinaria en entornos envolventes como 360 Reality Audio y en sonido estéreo con capacidad de alta resolución. Están pensados por y para que la música te envuelva y consiguen meterte de pleno en ella para apreciar cada una de las peculiaridades de la pieza y poder trabajar con ella. 

Sony explica que con ellos se podrá utilizar procesamiento de señal avanzado y mediciones HRTF en la plataforma 360VME (Virtual Mixing Environment) para reproducir el campo sonoro de manera auténtica. Y aquí el diseño abierto es clave, pues minimiza los reflejos internos, mientras que las resistencias acústicas estratégicas gestionan el flujo de aire, eliminando la resonancia espacial. A nivel de usuario, si usted es un fanático de la música, los disfrutará enormemente; la calidad con la que va a percibir los detalles de las piezas musicales —si tiene una grabación a la altura mucho mejor— va a ser como nunca antes lo ha vivido. 

Sony MDR-MV1 Chema Flores Omicrono

Esta inmersión en el sonido la consiguen gracias a unos graves profundos, unos agudos nítidos y unos medios con detalles, donde lo más importante es la nula distorsión y la precisión con la que refleja el sonido, así como la reproducción natural y sin impostar frecuencias. Esto garantiza la fidelidad de reproducción desde un amplio rango de 5 Hz a 80 kHz. Además, la estructura de conductos traseros equilibra una respuesta nítida de rango bajo al tiempo que preserva la distinción entre frecuencias medias y bajas. Para lograrlo, Sony destaca el papel que ha jugado su nuevo diafragma de 40 mm, con una sensibilidad de 100 dB/mW y que tiene una distorsión mínima, optimizando tanto su forma como su diseño de corrugación.

Extremadamente confortables

Más allá del sonido, que es de lo más impresionante que he probado jamás, otro de los aspectos claves de los MDR-MV1 son lo extremadamente cómodos que son. Pese a ser unos auriculares de diadema se ajustan muy bien al cráneo y a las orejas y podremos pasar horas con ellos tanto para disfrutar de la música como para trabajar con ellos.

Disponen de unas almohadillas suaves y transpirables, que aportan comodidad y frescura pudiéndose usar cómodamente en verano, así como una construcción liviana de aluminio que hacen que el conjunto ronde los 220 gramos. Aunque insistimos, parecen más ligeros de lo que realmente son, y son mucho más cómodos que otros modelos de la competencia con menos peso en su hoja de especificaciones. 

Sony MDR-MV1 Chema Flores Omicrono

Otro detalle importante es el cable. En una época donde las alternativas inalámbricas son cada vez más comunes, la disposición del cable permite llegar a precisión, potencia y nitidez donde los demás no llegan; pero Sony quiere además que sea lo más cómodo posible. Es por ello por lo que el cable cuenta con 2,5 metros de longitud, lo que nos permite movernos por el despacho o estudio con total comodidad y libertad, así como si queremos movernos con ellos por la calle —aunque no es su diseño principal— también podremos hacerlo. Cuentan con el conector estéreo premium de 6,3 mm (1/4"), el estándar en entornos de producción, así como incluye un miniconector de 3,5 mm que se enrosca para garantizar la conexión resistente. 

¿Me los compro?

Los Sony MDR-MV1 son unos auriculares con los que disfrutar de la música. Bien sea para trabajar con ella con la mayor precisión posible o para recrearnos en ella y zambullirnos en nuestras piezas favoritas. La potencia, precisión y el abrazo del sonido espacial son un salto cualitativo increíble de estos cascos. Si usted se los regala a un sibarita del sonido le encantará. 

Sony MDR-MV1 Chema Flores Omicrono

Cabe tener en cuenta que no son unos auriculares para todo el mundo. Empezando por su precio, que ronda los 470 euros; por otro lado, la necesidad de conexión por cable que, o bien dispone de adaptador, o ya hay muchos equipos que ni siquiera disponen de conexión de sonido que no sea inalámbrica. Asimismo, entre las renuncias —recordemos que es un equipo de edición de sonido profesional— también están la ausencia de micrófonos o la cancelación de ruido, con lo que si estas características son importantes para usted, estos auriculares es mejor descartarlos. 

Pero en suma, los MDR-MV1 son unos auriculares para disfrutar con y para el sonido. Pensado para melómanos y profesionales, donde los matices de las piezas pueden apreciarse con precisión y harán las delicias de los enamorados de la música.

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