Ya habíamos visto a personalidades muy diversas surcando el espacio a bordo de naves de Blue Origin —la compañía espacial del fundador de Amazon, Jeff Bezos—; desde periodistas como Jesús Calleja, a cantantes como Katy Perry o activistas como Amanda Nguyen (nominada al Nobel de la Paz en 2019).
De hecho, a sus 90 años, el legendario actor de "Star Trek" William Shatner se convirtió en la persona de mayor edad en viajar al espacio en 2021. Sin embargo, aún faltaba un hito: que enviaran en un vuelo comercial a una persona en silla de ruedas.
Michaela "Michi" Benthaus se ha convertido en el primer pasajero con movilidad reducida en viajar más allá de la línea Kármán, situada a unos 100 kilómetros sobre la Tierra y reconocida internacionalmente como el límite espacial.
Según aseguró Blue Origin en la red social X este sábado, se trata de "un paso más hacia la accesibilidad de los viajes espaciales para todos".
Benthaus es una ingeniera aeroespacial y de mecatrónica alemana de la Agencia Espacial Europea que sufrió una lesión medular tras un accidente de ciclismo de montaña en 2018, la cual ha formado parte de una misión de seis tripulantes llamada 'Out of the Blue' que ha tenido lugar este sábado.
"Estoy emocionada de mostrarle al mundo que las personas en silla de ruedas también pueden realizar un vuelo suborbital, y estoy muy contenta de que Blue Origin lo esté apoyando", dijo.
En total, la misión espacial duró aproximadamente unos 10 minutos y sus participantes pasaron varios de ellos en microgravedad antes de regresar a salvo a la superficie terrestre.
Blue Origin advirtió que no fue necesario modificar ni la torre de lanzamiento ni la cápsula de la tripulación para adaptarlas a las necesidades de una persona con discapacidad porque ya fueron diseñadas teniendo en cuenta estas especificidades.
No obstante, se tuvieron en cuenta una serie de aspectos. Se incorporó una plataforma de transferencia para pacientes, de modo que Benthaus pudiera deslizarse desde la compuerta de la cápsula hasta su asiento.
El equipo de recuperación también dispuso una alfombra para extenderla sobre la arena del desierto tras el aterrizaje, lo que le permitió llegar de inmediato a su silla de ruedas, que había dejado en tierra antes del despegue.
Asimismo, Hans Koenigsmann, exejecutivo de SpaceX y amigo de Benthaus, viajó con ella. Este había recibido formación para brindarle asistencia en caso de ser necesario.
La compañía de Bezos ya ha llevado a decenas de turistas espaciales más allá de la línea de Kármán en misiones de entre 10 y 11 minutos.
Un accidente de bici
Benthaus, una persona con espíritu aventurero desde siempre, sufrió una lesión en la médula espinal tras un accidente de ciclismo de montaña en 2018.
Según explicó a la CNN, tras ese hecho su interés por la exploración espacial se intensificó, ya que volcó todos sus esfuerzos en retos de ingeniería e investigación que podía afrontar utilizando una silla de ruedas como medio de movilidad.
La joven, de 33 años, forma parte del programa de formación para graduados de la Agencia Espacial Europea en Holanda y ya había probado breves momentos de ingravidez durante un vuelo parabólico en avión desde Houston en 2022.
Menos de dos años después, participó en una misión espacial simulada de dos semanas en Polonia.
"Nunca pensé realmente que ir en un vuelo espacial sería una opción real para mí porque incluso siendo una persona súper saludable, es tan competitiva, ¿verdad?", dijo a The Associated Press antes del vuelo.
Tras su accidente, esas aspiraciones parecían haberse desvanecido por completo. "No hay historia de personas con discapacidades volando al espacio", indicó.
Cuando Koenigsmann le preguntó el año pasado si estaría dispuesta a volar con Blue Origin y vivir más de tres minutos de ingravidez en un salto espacial, Benthaus pensó al principio que se trataba de un malentendido. Pero no lo era, y lo aceptó sin dudarlo.
El viaje supone una misión privada para Benthaus, sin respaldo directo de la agencia espacial, que este año dio luz verde al astronauta de reserva John McFall, amputado de una pierna, para un futuro vuelo a la Estación Espacial Internacional. El exatleta paralímpico británico perdió la pierna derecha en un accidente de moto cuando era adolescente.
La lesión medular de Benthaus le impide caminar por completo, a diferencia de McFall, que utiliza una prótesis y podría abandonar por sí mismo una cápsula espacial en caso de evacuación tras el aterrizaje.
"Uno nunca debe renunciar a sus sueños, ¿verdad?", instó Benthaus después del aterrizaje. Recalcó su determinación de hacer por sí misma todo lo posible. Su objetivo es que el espacio sea accesible para las personas con discapacidad y, al mismo tiempo, impulsar mejoras en la accesibilidad aquí en la Tierra.
Aunque recibe muchas reacciones positivas dentro de "mi burbuja espacial", reconoce que fuera de ese entorno los comentarios no siempre son iguales de inclusivos. "Realmente espero que se esté abriendo para personas como yo, como espero ser solo el comienzo", señaló.
Como parte de su viaje espacial, Benthaus está recaudando fondos para Wings for Life, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación de lesiones de la médula espinal.
