Jaron Lanier, pionero en el campo de la realidad virtual y de la inteligencia artificial, alertó de que el gran peligro del desarrollo de los algoritmos tiene que ver con la salud mental porque "nos volvamos locos".
Ricardo Baeza-Yates, informático y profesor chileno muy reconocido por sus críticas a la IA, ha suscrito el argumento de Lainer en una entrevista con el divulgador español Jon Hernández. Sostiene que "el gran problema no es que vaya a acabar con la humanidad, sino que nos vuelva locos".
Además, declara que aparte de desquiciarnos, podría volvernos "tontos y perezosos", lo que podría estancar la evolución humana al depender exclusivamente de la tecnología y dejar de usar nuestras propias capacidades cognitivas.
Tareas aburridas, para la IA
Por ejemplo, en el ámbito estudiantil muchos profesores han empezado a protestar porque los alumnos están realizando sus trabajos a través de herramientas como ChatGPT. O, a nivel laboral, se envían correos electrónicos o se publican posts en redes sociales a través de las aplicaciones de IA.
Según Baeza, en sus mejores sueños, los algoritmos deberían hacer "todo lo físico que no deberíamos estar haciendo, todo lo aburrido que nadie quiere hacer". En cambio, enfatiza que el ser humano debería encargarse de las tareas más creativas.
"El resto del tiempo nosotros hacemos las cosas que son humanas, nosotros pintamos, nosotros escribimos, nosotros generamos música, para mí es el verdadero renacimiento", recalca.
Baeza-Yates, actual director del nuevo Barcelona Supercomputing Center, es reconocido a nivel mundial por sus importantes contribuciones en el campo de la recuperación de información, ciencia de datos, y algoritmos para la Web. Es considerado una figura clave en la ética en la inteligencia artificial.
"Un loro perfecto"
Por su parte, durante la conversación señala la diferencia actual entre nosotros y la IA en el momento actual de desarrollo. Apunta que estos sistemas copian de forma probabilística la información que procesan, pero no son capaces todavía de interpretar.
"Nosotros leemos o escribimos algo de forma humana, estamos entendiendo semánticamente el contenido de ese texto. La IA, en cambio, es como un loro perfecto. Yo incluso creo que los loros son más inteligentes, pero este parece un loro que repite todo".
Provocar la locura en el mundo es una de sus principales consecuencias, pero el informático ha querido resaltar también la peligrosidad de que una herramienta tan poderosa se convierta en una arma en una eventual Tercera Guerra Mundial.
De este modo, explica que tras la Primera Guerra Mundial se dejaron de utilizar armas químicas; en la Segunda Guerra Mundial, se usaron bombas atómicas y aún no se ha llegado a un acuerdo para dejar de utilizarlas. Por ello, se pregunta "a qué estamos esperando para prohibir la IA de cara a una Tercera Guerra Mundial".
