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El aumento de la tecnología está poniendo patas arriba a toda la sociedad. Los jóvenes, en general, se están adaptando rápidamente al auge de la inteligencia artificial, mientras que el resto de grupos de población van un poco más lento.

Los jubilados, cuando todavía estaban adaptándose a los teléfonos inteligentes y a las redes sociales, tienen que lidiar ahora con las nuevas herramientas de inteligencia artificial, así como ChatGPT, Gemini, Notebook LM o Perplexity.

Una de ellas es Concepción, pensionista de 68 años que, desde que pudo retirarse del mercado laboral, ha realizado diferentes cursos. Sin embargo, ninguno de inteligencia artificial porque todavía desconfía: "me da miedo la inteligencia artificial mal usada", confirma a EL ESPAÑOL.

Concepción, Conchi para amigos y familiares, se jubiló en 2022, el mismo año que falleció su marido por un problema de salud. Desde entonces, en su día a día se dedica a caminar, realizar las tareas de casa y asiste a un curso de memoria en el centro de salud de su municipio en la Comunidad de Madrid.

Aunque piensa que el mundo de los algoritmos y la inteligencia artificial es muy complejo y difícil de acotar, se mantiene informada sobre las nuevas actualizaciones y las alertas de los expertos acerca de los peligros de realizar un uso inadecuado.

Se perderán miles de empleos

"Me parece un avance maravilloso y a la vez un peligro si se le da mal uso", explica. En su caso, no teme que la IA le quite el trabajo, pero sí se muestra preocupada por el futuro de sus hijos y de sus nietos.

De hecho, según el Foro Económico Mundial, se estima que hasta 92 millones de empleos podrían ser desplazados por la IA antes de 2030, aunque por otro lado también podría crearse 78 millones nuevos.

Por ello, ella insiste a sus hijos que, aunque la IA dé miedo, es importante formarse porque el futuro laboral gira en torno a los algoritmos, que año tras año serán más inteligentes.

Conchi trabajaba como teleoperadora, una profesión que podría tener los días contados por el auge de startups que están desarrollando aplicaciones de IA capaces de imitar la voz, la expresión y la comunicación humana para atender a los clientes.

Es el caso de Arcadi Mayor, experto en inteligencia artificial que ha impulsado una aplicación en la que el asistente virtual, orientado a inmobiliarias, explica al cliente con mucha naturalidad las condiciones del piso y del área donde prevé comprar la vivienda.

En este sentido, esta jubilada madrileña sigue mostrando interés en formarse y entender un poco mejor en qué consiste. "Me gustaría recibir algún curso", concluye, aunque se muestra escéptica ante una tecnología que podría cambiar la humanidad rápidamente.