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La incertidumbre de la sociedad, generalmente, está motivada por la angustia laboral, la falta de dinero, la soledad y la muerte. Sin embargo, sobre todo en los últimos años, ha surgido un nuevo temor: que la inteligencia artificial reemplace a los seres humanos.

Sobre este tema se ha pronunciado una de las principales eminencias en algoritmos inteligentes del mundo, el británico-bangladesí Emad Mostaque. En una entrevista en España, ha encendido todas las alarmas tras haber afirmado que el primer amor de mis hijos "será probablemente una IA".

El temor de que las máquinas sustituyan a los seres humanos e incluso puedan mostrar sentimientos como empatía o tristeza parecía algo lejano, pero con la irrupción meteórica de la IA se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la sociedad y de los expertos en la materia.

"Es espeluznante", expresa, sosteniendo que es inevitable hacerse preguntas sobre el futuro de las relaciones humanas cuando has tenido una conversación muy similar a la que tendrías con tu familia, pareja o amigos, pero con una IA.

Emad Mostaque es matemático de profesión, fundador de Stability AI y creador de Stable Diffusion. Con este imponente currículum se ha sentado con el divulgador español de inteligencia artificial, Jon Hernández, en su canal de YouTube.

Daño psicológico

Además de la influencia que puede tener la inteligencia artificial en las relaciones humanas, el gurú ha destacado el impacto psicológico que puede tener la creación de un "gemelo digital" que puede aconsejarte durante toda tu vida.

"Esto es muy loco. El impacto psicológico puede ser masivo. Las implicaciones para la salud mental de usar la IA de la manera correcta son fantásticas. De usarla de la manera incorrecta, son aterradoras", ha avisado.

Por otra parte, ha querido ir un paso más allá y hacer hincapié en el objetivo principal de las empresas que controlan aplicaciones como ChatGPT, DeepSeek, Gemini o Grok, que es básicamente manipular a los usuarios.

"Tenemos que recordar que Meta y Google son, en última instancia, empresas de publicidad basadas en la manipulación. Así que tenemos que pensar si tenemos una IA susurrándonos al oído todo el tiempo, ¿para quién está trabajando esa IA?", concluye.